Las ciudades son protagonistas cada vez más importantes, y se prevé que para 2050, agrupen al 70% de nuestra población, lo que implicará una
mayor demanda de soluciones no sólo tecnológicas, también de ingeniería orientada a una infraestructura cada vez más eficiente, a favor de una mejor calidad de vida de las personas.
La intervención temprana en estas futuras ciudades inteligentes, abordando los proyectos urbanos desde la planificación integral inicial, permite anticiparse a los problemas y establecer soluciones enfocadas hacia un mismo objetivo, evitando un crecimiento desordenado y dando respuesta a las necesidades de las personas.
Entre las tendencias que observamos para los próximos años, destacan:
• Alta velocidad: Las ciudades buscan estar más cerca con trenes de alta velocidad hasta los ultrarrápidos, lo que implica un desafío en términos tanto de ingeniería como urbanísticos, pues supone una infraestructura especial de líneas férreas unitarias, para permitir alcanzar velocidades de entre 200 a 250 km/hr hasta los 1,200 km/hr que busca el Hyperloop, el sistema de transporte basado en cápsulas que levitan dentro de túneles a baja presión, que se moverían con motores eléctricos en línea.
• Más interconexión en beneficio de la seguridad: La incorporación de tecnologías en infraestructura, como los Sistemas Inteligentes de Transporte (ITS) y Sistemas de Telepeaje permiten incrementar la eficacia y seguridad de los usuarios que viajan por carretera; y la tendencia es que haya una mayor conexión con la tecnología incorporada en autos y vías de comunicación, lo que permitirá establecer patrones en distintas circunstancias de visibilidad, atmosféricas o velocidad, en beneficio de la seguridad de los usuarios.
• Cuidado por el entorno: Si bien habrá cada vez ciudades más grandes, muchas crecerán a partir de las ya existentes, lo que implica que la incorporación de nuevas opciones de transporte urbano como metros, trenes ligeros, tranvías, así como los trazados de carreteras o implementación de sistemas de gestión de agua, basura o energía, deben estar integradas al entorno visual, cuidar el patrimonio tanto cultural como ambiental.
Las ciudades son protagonistas cada vez más importantes, y se prevé que para 2050, agrupen al 70% de nuestra población, lo que implicará una
mayor demanda de soluciones no sólo tecnológicas, también de ingeniería orientada a una infraestructura cada vez más eficiente, a favor de una mejor calidad de vida de las personas.
La intervención temprana en estas futuras ciudades inteligentes, abordando los proyectos urbanos desde la planificación integral inicial, permite anticiparse a los problemas y establecer soluciones enfocadas hacia un mismo objetivo, evitando un crecimiento desordenado y dando respuesta a las necesidades de las personas.
Entre las tendencias que observamos para los próximos años, destacan:
• Alta velocidad: Las ciudades buscan estar más cerca con trenes de alta velocidad hasta los ultrarrápidos, lo que implica un desafío en términos tanto de ingeniería como urbanísticos, pues supone una infraestructura especial de líneas férreas unitarias, para permitir alcanzar velocidades de entre 200 a 250 km/hr hasta los 1,200 km/hr que busca el Hyperloop, el sistema de transporte basado en cápsulas que levitan dentro de túneles a baja presión, que se moverían con motores eléctricos en línea.
• Más interconexión en beneficio de la seguridad: La incorporación de tecnologías en infraestructura, como los Sistemas Inteligentes de Transporte (ITS) y Sistemas de Telepeaje permiten incrementar la eficacia y seguridad de los usuarios que viajan por carretera; y la tendencia es que haya una mayor conexión con la tecnología incorporada en autos y vías de comunicación, lo que permitirá establecer patrones en distintas circunstancias de visibilidad, atmosféricas o velocidad, en beneficio de la seguridad de los usuarios.
• Cuidado por el entorno: Si bien habrá cada vez ciudades más grandes, muchas crecerán a partir de las ya existentes, lo que implica que la incorporación de nuevas opciones de transporte urbano como metros, trenes ligeros, tranvías, así como los trazados de carreteras o implementación de sistemas de gestión de agua, basura o energía, deben estar integradas al entorno visual, cuidar el patrimonio tanto cultural como ambiental.