El craqueador catalítico de la refinería de Amuay, la más grande de Venezuela, no sirve, paralizando el procesamiento de 645 mil barriles diarios de petróleo.
Esta situación es recurrente en las refinerías operadas por la estatal PDVSA debido a la falta de inversión, robos y mala gestión de las plantas.
En esta ocasión la falta de alimentación de componentes para procesar el hidrocarburo, provocó la parálisis de una de las plantas destiladoras.
En diciembre del año pasado, el Centro Refinador Paranguaná redujo sus operaciones en 13% debido a la falta de mantenimiento.
El craqueador catalítico de la refinería de Amuay, la más grande de Venezuela, no sirve, paralizando el procesamiento de 645 mil barriles diarios de petróleo.
Esta situación es recurrente en las refinerías operadas por la estatal PDVSA debido a la falta de inversión, robos y mala gestión de las plantas.
En esta ocasión la falta de alimentación de componentes para procesar el hidrocarburo, provocó la parálisis de una de las plantas destiladoras.
En diciembre del año pasado, el Centro Refinador Paranguaná redujo sus operaciones en 13% debido a la falta de mantenimiento.