Por: Ramsés Pech
Existe el dilema de que es primero el huevo o la gallina, esto debemos aplicar en México en la parte de energía en que es:
Primero las materias primas o la infraestructura. En México no se ha entendido la reforma energética su conceptualización en general; desde el punto de vista de negocios en crecimiento, se ha polarizado en el ser un punto de discusión política sin fundamento.
La reforma energética sus leyes, normas, reguladores y lo relacionada a la misma; no son las que reducirán los precios al consumidor final, si no son la base del crecimiento de un mercado a donde haga circular flujo de efectivo dentro de la nación bajo el concepto de un crecimiento sostenido de largo plazo alineado a un plan estratégico de aseguramiento energético – económico.
Es irracional la conceptualización dada a la reforma energética por parte de algunos sectores de la sociedad, quienes al no entender el concepto de la misma y ante el carecimiento de un plan de largo plazo hacen culpable del incremento de precios a la reforma energética.
Supongamos que tenemos un numero de hectáreas de tierra, la cual pensamos cosechar trigo. Realizamos los preparativos y sembramos, esperamos el tiempo del crecimiento y después recogemos el producto obtenido, pero nos damos cuenta que no contamos con silos para su almacenamiento, transporte, logística, distribución y mercado.
Entonces no importa tener la materia prima para su trasformación, si no contamos con una infraestructura que nos ayude a tener una ventaja competitiva en tiempos en que el mercado demanda más y es escaso el producto.
Dilema energético:
Un ejemplo claro es EUA, el cual ha desarrollado de 1973 a 2008 infraestructura energética desde la construcción de centros de almacenamiento de hidrocarburos, refinerías, petroquímicas, plantas de procesamiento de gas, ductos; plantas de generación de electricidad, líneas y redes de distribución a lo largo, ancho del país y algunas latitudes del mundo.
Bajo el concepto de poder asegurar energía de largo plazo. El fundamento inicial fue estudiar; si contaban con materia prima de largo plazo bajo la estructuración de infraestructura alineada al crecimiento poblacional y económico interno-externo, creando una red de compra de materias primas de otros países para ser transformadas dentro de la nación y regresarlas al mercado interno- externo en productos que sean consumidos, mientras maduraba el mercado, adquirían conocimiento y replanteaban en forma continua su plan energético.
A partir del 2008 al concluir parte del plan estratégico de infraestructura y el análisis de las materias primas disponibles dentro de su territorio, emprendieron las inversiones para poder generar una política de autoconsumo y disminuir la dependencia a las importaciones de materias primas, logrando en el 2015 la autosuficiencia energética y reduciendo a más del 50% las importaciones de materias primas.
México no es Estados Unidos; tenemos una cultura de pertenencia en los negocios de poder y no somos prácticos, nos gusta enfatizar a donde no hay necesidad, limitando al negocio a la voluntad de una sola persona o grupo, sin compartir el bien común alrededor del negocio.
La política y ideología ya no existen en el mundo, existe la necesidad de tener un plan de largo plazo que asegure la estabilidad económica de la sociedad dentro de cada país; con el empoderamiento económico de cada individuo a donde la suma de como resultado el crecimiento de un país.
Construir una casa sin saber que exista electricidad, agua o combustibles para su funcionamiento no es rentable para vivir, para llegar estos servicios que cubran la necesidad; las administraciones de los países tienen que tener primero una infraestructura que almacene, transforme, transmita y distribuya para llegar a donde se requiera, dejando a un lado vender al mundo sin haber asegurado que se necesita para no codepender de otros en un mercado volátil y especulativo.