Por: Diego Montaño
Cualquier empresario sabe que cuando invierte más de lo que gana deja de ser un negocio rentable. Pues lamento decirles que quienes encabezaran nuestra empresa productiva del estado (PEMEX), todavía no lo han entendido.
Diversos especialistas se han pronunciado en contra de las inversiones que se plantean hacer en las refinerías, ya sea por los gastos de operación que existen o por las imprecisiones en los precios internacionales; pero pocos son los que hablan de las actividades ilícitas que día con día se llevan a cabo.
Sin duda, el plan energético que la próxima administración pretende realizar en PEMEX, es un plan a largo plazo bastante ambicioso que a cualquier mexicano le va a interesar por tratarse de “autosuficiencia energética”; pero que de igual forma, debe ser atendido a corto plazo en sus sectores estratégicos y no utilizarlo como un simple discurso político.
¿Y a que me refiero con los sectores estratégicos?, el pasado 30 de septiembre el presidente electo Andrés Manuel López Obrador acudió a Hidalgo , un estado estratégico no solo porque se encuentra la refinería de Tula a la que prometió otorgarle miles de millones para su rehabilitación, sino porque es uno de los principales estados en el que se lleva a cabo el robo de combustible, ejemplo de ello fue la carroza fúnebre que el día 12 de Octubre encontraron con 1,000 litros de huachicol.
De acuerdo con PEMEX, en el año 2017 se registró un record de más de 10,000 tomas clandestinas, 50% más que las reportadas en 2016, provocando perdidas de hasta 30,000 millones de pesos. En el presente año, el titular de PEMEX Carlos Alberto Treviño durante su comparecencia el 11 de octubre en la Cámara de Diputados, señalo que las tomas clandestinas aumentaron 262%, por lo que este sexenio ha sido el más afectado.
De acuerdo con lo anterior, este problema es uno de los mayores impedimentos para que PEMEX y el sector energético crezca; un problema en el que lamentablemente no se ha mostrado el interés para proponer una solución con la seriedad y atención que se requiere.
La magnitud del problema es tan grande que con el incremento de tomas clandestinas, las perdidas de PEMEX por robo de combustible en este año podrían rebasar el monto que la próxima Secretaria de Energía (Sener) Roció Nahle indicó que se ocupaba para rehabilitar las 6 refinerías, es decir 38,000 millones de pesos.
No debe olvidar el próximo presidente que sus perdidas pueden llegar a ser mayores que sus inversiones en caso de que la tendencia del robo continúe al alza. Por otro lado, si ejerce un excelente plan de acción en contra del robo de combustible, será más efectiva la recaudación que muchos puntos de su plan de austeridad que castigan a los distintos Poderes de la Unión, por lo que es momento de dar propuestas concretas sobre el tema.
Por: Diego Montaño
Cualquier empresario sabe que cuando invierte más de lo que gana deja de ser un negocio rentable. Pues lamento decirles que quienes encabezaran nuestra empresa productiva del estado (PEMEX), todavía no lo han entendido.
Diversos especialistas se han pronunciado en contra de las inversiones que se plantean hacer en las refinerías, ya sea por los gastos de operación que existen o por las imprecisiones en los precios internacionales; pero pocos son los que hablan de las actividades ilícitas que día con día se llevan a cabo.
Sin duda, el plan energético que la próxima administración pretende realizar en PEMEX, es un plan a largo plazo bastante ambicioso que a cualquier mexicano le va a interesar por tratarse de “autosuficiencia energética”; pero que de igual forma, debe ser atendido a corto plazo en sus sectores estratégicos y no utilizarlo como un simple discurso político.
¿Y a que me refiero con los sectores estratégicos?, el pasado 30 de septiembre el presidente electo Andrés Manuel López Obrador acudió a Hidalgo , un estado estratégico no solo porque se encuentra la refinería de Tula a la que prometió otorgarle miles de millones para su rehabilitación, sino porque es uno de los principales estados en el que se lleva a cabo el robo de combustible, ejemplo de ello fue la carroza fúnebre que el día 12 de Octubre encontraron con 1,000 litros de huachicol.
De acuerdo con PEMEX, en el año 2017 se registró un record de más de 10,000 tomas clandestinas, 50% más que las reportadas en 2016, provocando perdidas de hasta 30,000 millones de pesos. En el presente año, el titular de PEMEX Carlos Alberto Treviño durante su comparecencia el 11 de octubre en la Cámara de Diputados, señalo que las tomas clandestinas aumentaron 262%, por lo que este sexenio ha sido el más afectado.
De acuerdo con lo anterior, este problema es uno de los mayores impedimentos para que PEMEX y el sector energético crezca; un problema en el que lamentablemente no se ha mostrado el interés para proponer una solución con la seriedad y atención que se requiere.
La magnitud del problema es tan grande que con el incremento de tomas clandestinas, las perdidas de PEMEX por robo de combustible en este año podrían rebasar el monto que la próxima Secretaria de Energía (Sener) Roció Nahle indicó que se ocupaba para rehabilitar las 6 refinerías, es decir 38,000 millones de pesos.
No debe olvidar el próximo presidente que sus perdidas pueden llegar a ser mayores que sus inversiones en caso de que la tendencia del robo continúe al alza. Por otro lado, si ejerce un excelente plan de acción en contra del robo de combustible, será más efectiva la recaudación que muchos puntos de su plan de austeridad que castigan a los distintos Poderes de la Unión, por lo que es momento de dar propuestas concretas sobre el tema.