En la Zona Metropolitana del Valle de México hay más de ocho millones de autos, que representan casi 90% de los contaminantes del aire, según datos del gobierno de la Ciudad de México.
“La contaminación atmosférica en el Valle de México es un problema que se ha pospuesto por mucho tiempo, pero hemos llegado al punto en el que la atención es urgente, especialmente cuando vemos cada vez más pruebas del cambio climático”, dijo Andrés Bayona, Presidente de la Asociación Mexicana de GNV, GNC, GNL y Biogás (AMGNV).
El incremento del parque vehicular ha causado alerta entre los ambientalistas, en un debate que crece a nivel internacional, donde la activista sueca Greta Thunberg se enfrentó al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en un debate público sobre el impacto del cambio climático.
En el caso particular de México, la emisión de gases de efecto invernadero aumentó 27% de 2000 a la fecha, mientras que la temperatura ambiente promedio pasó de 12 grados en 2010 a 22.2 grados al cierre de 2018, según datos del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC).
Estas cifras, que arrojan un costo económico que alcanza el cuatro por ciento del Producto Interno Bruto, han llevado al gobierno capitalino a crear el Plan de Reducción de Emisiones del Sector Movilidad en la Ciudad de México.
Este plan incluye acciones como reducir los viajes más contaminantes, cambiar a viajes más sustentables y mejorar la tecnología existente para reducir emisiones.
En el último apartado se puede incluir la conversión de vehículos de gasolina o diésel a Gas Natural Vehicular (GNV), pero este apartado no viene especificado en el plan de la Ciudad de México, presentado en junio pasado.
En la propuesta de Semovi se señalan como alternativas los autos híbridos, que funcionan con electricidad y gasolina, y los que son 100% eléctricos. Sin embargo, los altos costos de estas unidades, que inician en alrededor de 300 mil pesos, los hacen poco asequibles para la población general.
“En la carrera contra el cambio climático, todas las medidas y la ayuda posible debe integrarse y, sobre todo, contar con planes de sustentabilidad que sean accesibles para toda la población, como la conversión de autos de gasolina a vehículos que funcionen a GNV”, añadió Andrés Bayona.
Según estimaciones de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), utilizar gas natural permite que las emisiones de dióxido de carbono se reduzcan 25% en comparación con la gasolina, cifra que se eleva hasta 35% si se compara con el uso del diésel.