La falta de capacidad de almacenamiento que enfrenta nuestro país presenta complicaciones conforme se disminuyen los precios y la demanda de combustibles por COVID-19.
México necesita importar combustibles con precios de refinerías de Estados Unidos, quienes están enviando producto, pero se tiene una capacidad de almacenamiento muy limitada, dijo Paulina Gallardo, analista de IHS Markit, matriz de OPIS.
El Plan de Negocios de Pemex más reciente enumeró la capacidad de almacenamiento “útil” de la compañía en 15.5 millones de barriles, 60% de su capacidad nominal, además de que se cuentan con cinco terminales privadas con una capacidad de almacenamiento extra de 3.7 millones de barriles.
De acuerdo a datos de la Secretaría de Energía (SENER) compilados por OPIS, en 15 días nuestro país estará llegando cerca de su capacidad de almacenamiento de combustibles.
Las seis refinerías de Pemex procesaron 464 mil barriles de crudo en febrero, según mostraron los datos mensuales más recientes, el total más bajo desde diciembre de 1990.
Eso representa un obstáculo adicional con el gobierno federal prometiendo mantener los niveles de producción de crudo. Los desequilibrios de la oferta y la demanda y la presión de los precios en los mercados mundiales de crudo han jugado de manera similar para México, pero el país tiene menos margen para esas presiones.