La falta de capacidad de almacenamiento de combustibles en México es un gran problema, porque si Pemex no baja su nivel de producción, las refinerías aumentan el procesamiento de crudo -como ya anunció el actual gobierno- y el consumo de gasolinas sigue bajando, no habrá espacio físico para almacenar la gasolina.
La crisis sanitaria por el nuevo coronavirus, Covid-19, ha afectado a muchas industrias, pero una de las principales es la energética, sobre todo por la falta de movilidad de la ciudadanía y el paro en actividades no esenciales, lo cual ha causado que la demanda de combustibles -gasolinas, turbosina y diésel- estén en sus mínimos históricos.
En este contexto un elemento que se volverá crucial en las siguientes semanas y meses será la capacidad de almacenamiento de cada país, justo porque nadie había previsto tener este tipo de necesidad en estos momentos.
Recordemos que en México, después de la promulgación de la Reforma Energética en 2013, y sus respectivas leyes secundarias de 2014, la iniciativa privada se dio a la tarea de planear y empezar a invertir en la construcción de terminales de almacenamiento independientes a las de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Sin embargo, esta nueva infraestructura no ha fluido como se esperaba, sobre todo después de la llegada del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, porque no ha habido señales claras sobre la política energética y la certidumbre jurídica.
Capacidad de almacenamiento útil
El Plan de Negocios de la petrolera estatal más reciente enlistó la capacidad de almacenamiento útil de la compañía en 15.5 millones de barriles (mdb), que es 60% de su capacidad nominal, además de que Pemex cuenta con cinco terminales privadas con una capacidad de almacenamiento extra de 3.7 mdb.
De acuerdo con un análisis realizado por la consultora Opis, para finales de este mes de abril se alcanzaría el máximo de capacidad de almacenamiento de Pemex, en un momento donde habrá más restricciones de movilidad por la actual crisis sanitaria.
En este contexto, la petrolera estatal (Pemex) deberá colocar su producto en los próximos meses, sea a nivel local o foráneo. Es una decisión de negocios bien complicada, porque hoy, por la sobreoferta existente en el mercado, los precios de las gasolinas y diésel se han ido a la baja y el combustible permanece almacenado, lo cual no conviene a nadie, porque ninguna petrolera produce combustible para guardarlo. A veces se produce sin vender, pero esto solo funciona como estrategia para no detener la producción, pero es muy costosa y no es sostenible.
Siete días de inventario de combustibles en México
Rosanety Barrios, analista del sector energético, explicó que Pemex ha venido mejorando sus niveles de inventarios. Con Enrique Peña Nieto el país estaba en niveles muy bajos, de apenas dos o tres días como máximo, pero desde el año pasado, 2019, la paraestatal llegó a siete días de capacidad de almacenamiento.
La exfuncionaria de la Secretaría de Energía (Sener) detalló que el almacenamiento funcionaría como una medida para evitar que Pemex recorte su producción de crudo y gasolinas, pero esto depende de los volúmenes de ventas y de producción.
El problema mayor es que las instalaciones de almacenamiento se encuentren a tope, momento que llegará por la falta de movilidad en esta crisis por el coronavirus, sin duda, no habrá más remedio que dejar de producir, pero la gran interrogante ahora es cuántos días será capaz Pemex de almacenar su producción mientras no se recupere la demanda.
La incertidumbre en el precio
Si la demanda no se recupera pronto y Pemex siguiera produciendo a los niveles actuales, la propia empresa paraestatal -cuyo nivel de deuda, por si faltara algo más para empeorar la situación- se encuentra ahora catalogada por dos de las principales firmas calificadoras como bonos basura- sería la más afectada, dada la incertidumbre del precio al que podrá vender al momento que la demanda se recupere.
Como todavía no es claro cuándo se regresará a una relativa normalidad y empezar a recuperar la demanda, es difícil prever los niveles de producción de Pemex, aspecto que estuvo en las noticias mundiales hace poco por la participación de Rocío Nahle en la reunión virtual de la OPEP -de la cual México no forma parte-, cuando hizo un papelón al negarse a reducir los niveles de producción como se lo pedía dicha organización internacional.
Incluso, el presidente Donald Trump tuvo que salir al quite para decir que había llegado a un acuerdo con México para que Estados Unidos redujera la producción de crudo que nuestro país se había negado a hacer.
Hasta 15 días como máximo
Pemex tiene capacidad para almacenar alrededor de 20 mdb. Los números, antes de la caída en la demanda de combustibles por la crisis por el coronavirus, revelaban que el país consumía 800 mil barriles de gasolina y 400 mil de diésel al día. Esto significa que la capacidad de almacenamiento es de poco más de 15 días, pero nunca se ha llegado a ese nivel, porque guardar combustible no es negocio, bueno, solo para quien cobra por ello.
Con este telón de fondo, y ante la caída en la demanda de combustibles en nuestro país, Pemex rentó al menos 70 buques para funcionar como almacenamiento ante la saturación de la infraestructura de almacenamiento de nuestro país. Lo anterior fue informado por Pablo González, presidente de la Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineros (Amegas).
Así, Pemex va a lugares lejanos, como Corea del Sur y la India para encontrar barcos y guardar el combustible. Son terminales de almacenamiento flotantes en el Pacífico y Golfo de México, con el fin de no parar lo que Pemex compró a futuro.
Otra mala noticia al coctel
Según información de Marine Traffic, en las costas del Golfo de México se encuentran 72 buques tanque cargados de petrolíferos a la espera de poder descargar su contenido en los puertos de Tuxpan, Coatzacoalcos y Dos Bocas.
Por su lado, la consultora IHS Markit resaltó que el almacenamiento de crudo a nivel mundial está hoy en día a niveles históricos nunca vistos, lo cual, claro está, afecta de inicio los precios. El volumen de crudo que se encuentra en las instalaciones mexicanas -terminales de almacenamiento, carros tanque y pipas- en algún momento tendrá que salir al mercado, lo que es una mala noticia, pues el panorama actual vislumbra precios aún más bajos para el futuro.
La consultora añadió que ahora existe el incentivo de sacarlo al mercado lo antes posible, porque, evidentemente, el almacenamiento en México no es suficiente. Los precios de las gasolinas, a pesar del IEPS, son muy bajos, por lo cual ha perdido su valor estratégico, dada la sobreoferta que hay en el mercado.
Una gran presión encima
Empero, la producción de Pemex está saliendo al mercado sobre todo a los mercados internacionales para exportación, pero no deja de existir una gran presión, sobre todo por el aumento en volumen y los retrasos evidentes para salir al mercado, lo cual castiga aún más los precios.
México necesita importar combustibles con precios de refinerías de Estados Unidos, las cuales continúan enviando producto, sin embargo, hay que considerar que nuestro país tiene una capacidad de almacenamiento muy limitada, a decir de IHS Markit, matriz de OPIS.
Desequilibrio entre oferta y demanda
Las seis refinerías de Pemex, distribuidas a lo largo y ancho del país, procesaron 464 mil barriles de crudo en febrero, según mostraron los informes mensuales más recientes, que es el nivel de producción total más bajo desde diciembre de 1990.
En conclusión, todo lo anterior representa un obstáculo adicional para este gran desafío que tiene México, con el añadido de que el gobierno federal ha prometido mantener los niveles de producción de crudo, como si la actual crisis mundial no estuviera sucediendo. Los desequilibrios entre la oferta y la demanda, además de la presión de los precios en los mercados mundiales de crudo, han jugado de manera similar para nuestro país. Al tiempo.
La falta de capacidad de almacenamiento de combustibles en México es un gran problema, porque si Pemex no baja su nivel de producción, las refinerías aumentan el procesamiento de crudo -como ya anunció el actual gobierno- y el consumo de gasolinas sigue bajando, no habrá espacio físico para almacenar la gasolina.
La crisis sanitaria por el nuevo coronavirus, Covid-19, ha afectado a muchas industrias, pero una de las principales es la energética, sobre todo por la falta de movilidad de la ciudadanía y el paro en actividades no esenciales, lo cual ha causado que la demanda de combustibles -gasolinas, turbosina y diésel- estén en sus mínimos históricos.
En este contexto un elemento que se volverá crucial en las siguientes semanas y meses será la capacidad de almacenamiento de cada país, justo porque nadie había previsto tener este tipo de necesidad en estos momentos.
Recordemos que en México, después de la promulgación de la Reforma Energética en 2013, y sus respectivas leyes secundarias de 2014, la iniciativa privada se dio a la tarea de planear y empezar a invertir en la construcción de terminales de almacenamiento independientes a las de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Sin embargo, esta nueva infraestructura no ha fluido como se esperaba, sobre todo después de la llegada del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, porque no ha habido señales claras sobre la política energética y la certidumbre jurídica.
Capacidad de almacenamiento útil
El Plan de Negocios de la petrolera estatal más reciente enlistó la capacidad de almacenamiento útil de la compañía en 15.5 millones de barriles (mdb), que es 60% de su capacidad nominal, además de que Pemex cuenta con cinco terminales privadas con una capacidad de almacenamiento extra de 3.7 mdb.
De acuerdo con un análisis realizado por la consultora Opis, para finales de este mes de abril se alcanzaría el máximo de capacidad de almacenamiento de Pemex, en un momento donde habrá más restricciones de movilidad por la actual crisis sanitaria.
En este contexto, la petrolera estatal (Pemex) deberá colocar su producto en los próximos meses, sea a nivel local o foráneo. Es una decisión de negocios bien complicada, porque hoy, por la sobreoferta existente en el mercado, los precios de las gasolinas y diésel se han ido a la baja y el combustible permanece almacenado, lo cual no conviene a nadie, porque ninguna petrolera produce combustible para guardarlo. A veces se produce sin vender, pero esto solo funciona como estrategia para no detener la producción, pero es muy costosa y no es sostenible.
Siete días de inventario de combustibles en México
Rosanety Barrios, analista del sector energético, explicó que Pemex ha venido mejorando sus niveles de inventarios. Con Enrique Peña Nieto el país estaba en niveles muy bajos, de apenas dos o tres días como máximo, pero desde el año pasado, 2019, la paraestatal llegó a siete días de capacidad de almacenamiento.
La exfuncionaria de la Secretaría de Energía (Sener) detalló que el almacenamiento funcionaría como una medida para evitar que Pemex recorte su producción de crudo y gasolinas, pero esto depende de los volúmenes de ventas y de producción.
El problema mayor es que las instalaciones de almacenamiento se encuentren a tope, momento que llegará por la falta de movilidad en esta crisis por el coronavirus, sin duda, no habrá más remedio que dejar de producir, pero la gran interrogante ahora es cuántos días será capaz Pemex de almacenar su producción mientras no se recupere la demanda.
La incertidumbre en el precio
Si la demanda no se recupera pronto y Pemex siguiera produciendo a los niveles actuales, la propia empresa paraestatal -cuyo nivel de deuda, por si faltara algo más para empeorar la situación- se encuentra ahora catalogada por dos de las principales firmas calificadoras como bonos basura- sería la más afectada, dada la incertidumbre del precio al que podrá vender al momento que la demanda se recupere.
Como todavía no es claro cuándo se regresará a una relativa normalidad y empezar a recuperar la demanda, es difícil prever los niveles de producción de Pemex, aspecto que estuvo en las noticias mundiales hace poco por la participación de Rocío Nahle en la reunión virtual de la OPEP -de la cual México no forma parte-, cuando hizo un papelón al negarse a reducir los niveles de producción como se lo pedía dicha organización internacional.
Incluso, el presidente Donald Trump tuvo que salir al quite para decir que había llegado a un acuerdo con México para que Estados Unidos redujera la producción de crudo que nuestro país se había negado a hacer.
Hasta 15 días como máximo
Pemex tiene capacidad para almacenar alrededor de 20 mdb. Los números, antes de la caída en la demanda de combustibles por la crisis por el coronavirus, revelaban que el país consumía 800 mil barriles de gasolina y 400 mil de diésel al día. Esto significa que la capacidad de almacenamiento es de poco más de 15 días, pero nunca se ha llegado a ese nivel, porque guardar combustible no es negocio, bueno, solo para quien cobra por ello.
Con este telón de fondo, y ante la caída en la demanda de combustibles en nuestro país, Pemex rentó al menos 70 buques para funcionar como almacenamiento ante la saturación de la infraestructura de almacenamiento de nuestro país. Lo anterior fue informado por Pablo González, presidente de la Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineros (Amegas).
Así, Pemex va a lugares lejanos, como Corea del Sur y la India para encontrar barcos y guardar el combustible. Son terminales de almacenamiento flotantes en el Pacífico y Golfo de México, con el fin de no parar lo que Pemex compró a futuro.
Otra mala noticia al coctel
Según información de Marine Traffic, en las costas del Golfo de México se encuentran 72 buques tanque cargados de petrolíferos a la espera de poder descargar su contenido en los puertos de Tuxpan, Coatzacoalcos y Dos Bocas.
Por su lado, la consultora IHS Markit resaltó que el almacenamiento de crudo a nivel mundial está hoy en día a niveles históricos nunca vistos, lo cual, claro está, afecta de inicio los precios. El volumen de crudo que se encuentra en las instalaciones mexicanas -terminales de almacenamiento, carros tanque y pipas- en algún momento tendrá que salir al mercado, lo que es una mala noticia, pues el panorama actual vislumbra precios aún más bajos para el futuro.
La consultora añadió que ahora existe el incentivo de sacarlo al mercado lo antes posible, porque, evidentemente, el almacenamiento en México no es suficiente. Los precios de las gasolinas, a pesar del IEPS, son muy bajos, por lo cual ha perdido su valor estratégico, dada la sobreoferta que hay en el mercado.
Una gran presión encima
Empero, la producción de Pemex está saliendo al mercado sobre todo a los mercados internacionales para exportación, pero no deja de existir una gran presión, sobre todo por el aumento en volumen y los retrasos evidentes para salir al mercado, lo cual castiga aún más los precios.
México necesita importar combustibles con precios de refinerías de Estados Unidos, las cuales continúan enviando producto, sin embargo, hay que considerar que nuestro país tiene una capacidad de almacenamiento muy limitada, a decir de IHS Markit, matriz de OPIS.
Desequilibrio entre oferta y demanda
Las seis refinerías de Pemex, distribuidas a lo largo y ancho del país, procesaron 464 mil barriles de crudo en febrero, según mostraron los informes mensuales más recientes, que es el nivel de producción total más bajo desde diciembre de 1990.
En conclusión, todo lo anterior representa un obstáculo adicional para este gran desafío que tiene México, con el añadido de que el gobierno federal ha prometido mantener los niveles de producción de crudo, como si la actual crisis mundial no estuviera sucediendo. Los desequilibrios entre la oferta y la demanda, además de la presión de los precios en los mercados mundiales de crudo, han jugado de manera similar para nuestro país. Al tiempo.