Por: Francisco Manuel Ruiz Barrientos, Director de Utilities en everis
¿Es la crisis sanitaria producida por el Covid-19 una oportunidad para acelerar la transición energética? Las medidas de confinamiento para contener el virus han llevado a una contracción económica y una caída significativa en el consumo de energía.
El impacto del COVID-19 sobre la economía española es todavía muy incierto y se estima una caída del PIB para 2020 entorno al 8,5%, dependiendo de la duración del confinamiento, el tiempo de parada de la actividad industrial, los potenciales rebrotes del virus y la eficacia de las políticas de estímulo.
Desde el punto vista del consumo energético, las medidas de distanciamiento social y de restricciones de viajes para los próximos meses auguran una demanda mundial del petróleo para la segunda mitad de 2020 de hasta un 3% inferior a 2019 y un precio del barril Brent por debajo de 50$, que dificultará la recuperación de las Big Oils muy castigadas en la bolsa, con caídas superiores al 30% al inicio de la crisis sanitaria.
Desde la perspectiva de la electricidad y el gas, la caída de la demanda eléctrica ha sido del 7% ligada a una bajada del precio del pool en un 50% respecto a abril de 2019. La demanda ha sido cubierta en un 50% por generación renovable y en un 78% por fuentes libres de emisiones de CO2.
Esta situación puede colocar a la generación con combustibles fósiles en una posición económica crítica con ingresos limitados y rentabilidad decreciente.
Por último, se refuerza la posición del LNG como energía de transición, en un escenario base para 2020 se estima una caída del LNG del 9% para Gas-to-Power y de menos del 1% para el uso doméstico.
La crisis sanitaria y el parón de la actividad también han afectado a las renovables, el impacto sobre los proyectos brownfield ha sido importante principalmente en aquellos asociados a un PPA debido a la caída de la demanda del offtaker y provocando eventuales incumplimientos financieros del propietario de la instalación con la entidad bancaria.
En los proyectos en fase greenfield, la afectación ha sido aún mayor a causa de la suspensión y ralentización de los trámites administrativos que ponen en riesgo las operaciones de compraventa.
Pero no todo son malas noticias. Según informó REE, en marzo se alcanzó un mínimo histórico en las emisiones de CO2, un 30% inferior a marzo de 2019, no sólo por el impacto del parón de la actividad si no también como resultado de la descarbonización del mix de generación eléctrico.
En la situación de confinamiento y de saturación del sistema sanitario, el sistema energético español ha garantizado un servicio con normalidad demostrando las óptimas condiciones de las redes y cadenas de suministro; así como la alta preparación de los equipos para soportar una situación adversa.
A pesar de la crisis sanitaria y del parón de actividad en España, se mantiene el apetito inversor de los fondos internacionales, manteniéndose los procesos de venta iniciados en 2019 y activándose nuevas operaciones que pueden dar entrada a grandes players en el mercado español.
En términos de innovación, los vehículos de corporate venturing de Enagas, CLH, Perseo, BP, EIT InnoEnergy, Acciona, Capital Energy, así como empresas como Red Eléctrica y DISA, se ha unido para apoyar financieramente a startups con proyectos innovadores relacionados con movilidad sostenible, descarbonización y sostenibilidad, impacto social, digitalización y 4.0; que puedan contribuir a la recuperación económica y social del país.
Parece que se dan todos los ingredientes para ofrecer un salvavidas a las energética en forma de una política de estímulos orientadas a impulsar la descarbonización de las economías y una transición más acelerada hacia las energías renovables, la movilidad eléctrica y la electrificación del hogar y de la industria; donde el LNG y el hidrógeno renovable tendrán un peso importante en los próximos años.
En esa línea, la Comisión Europea ha presentado recientemente “Next Generation EU”, un ambicioso plan que priorizará las acciones requeridas para impulsar la recuperación y la resiliencia de Europa basada en la innovación, digitalización y sostenibilidad.
Si quieres saber más, en este informe analizamos la situación del sector y los ejes clave de respuesta a la pandemia desde el punto de vista del negocio energético.
Por: Francisco Manuel Ruiz Barrientos, Director de Utilities en everis
¿Es la crisis sanitaria producida por el Covid-19 una oportunidad para acelerar la transición energética? Las medidas de confinamiento para contener el virus han llevado a una contracción económica y una caída significativa en el consumo de energía.
El impacto del COVID-19 sobre la economía española es todavía muy incierto y se estima una caída del PIB para 2020 entorno al 8,5%, dependiendo de la duración del confinamiento, el tiempo de parada de la actividad industrial, los potenciales rebrotes del virus y la eficacia de las políticas de estímulo.
Desde el punto vista del consumo energético, las medidas de distanciamiento social y de restricciones de viajes para los próximos meses auguran una demanda mundial del petróleo para la segunda mitad de 2020 de hasta un 3% inferior a 2019 y un precio del barril Brent por debajo de 50$, que dificultará la recuperación de las Big Oils muy castigadas en la bolsa, con caídas superiores al 30% al inicio de la crisis sanitaria.
Desde la perspectiva de la electricidad y el gas, la caída de la demanda eléctrica ha sido del 7% ligada a una bajada del precio del pool en un 50% respecto a abril de 2019. La demanda ha sido cubierta en un 50% por generación renovable y en un 78% por fuentes libres de emisiones de CO2.
Esta situación puede colocar a la generación con combustibles fósiles en una posición económica crítica con ingresos limitados y rentabilidad decreciente.
Por último, se refuerza la posición del LNG como energía de transición, en un escenario base para 2020 se estima una caída del LNG del 9% para Gas-to-Power y de menos del 1% para el uso doméstico.
La crisis sanitaria y el parón de la actividad también han afectado a las renovables, el impacto sobre los proyectos brownfield ha sido importante principalmente en aquellos asociados a un PPA debido a la caída de la demanda del offtaker y provocando eventuales incumplimientos financieros del propietario de la instalación con la entidad bancaria.
En los proyectos en fase greenfield, la afectación ha sido aún mayor a causa de la suspensión y ralentización de los trámites administrativos que ponen en riesgo las operaciones de compraventa.
Pero no todo son malas noticias. Según informó REE, en marzo se alcanzó un mínimo histórico en las emisiones de CO2, un 30% inferior a marzo de 2019, no sólo por el impacto del parón de la actividad si no también como resultado de la descarbonización del mix de generación eléctrico.
En la situación de confinamiento y de saturación del sistema sanitario, el sistema energético español ha garantizado un servicio con normalidad demostrando las óptimas condiciones de las redes y cadenas de suministro; así como la alta preparación de los equipos para soportar una situación adversa.
A pesar de la crisis sanitaria y del parón de actividad en España, se mantiene el apetito inversor de los fondos internacionales, manteniéndose los procesos de venta iniciados en 2019 y activándose nuevas operaciones que pueden dar entrada a grandes players en el mercado español.
En términos de innovación, los vehículos de corporate venturing de Enagas, CLH, Perseo, BP, EIT InnoEnergy, Acciona, Capital Energy, así como empresas como Red Eléctrica y DISA, se ha unido para apoyar financieramente a startups con proyectos innovadores relacionados con movilidad sostenible, descarbonización y sostenibilidad, impacto social, digitalización y 4.0; que puedan contribuir a la recuperación económica y social del país.
Parece que se dan todos los ingredientes para ofrecer un salvavidas a las energética en forma de una política de estímulos orientadas a impulsar la descarbonización de las economías y una transición más acelerada hacia las energías renovables, la movilidad eléctrica y la electrificación del hogar y de la industria; donde el LNG y el hidrógeno renovable tendrán un peso importante en los próximos años.
En esa línea, la Comisión Europea ha presentado recientemente “Next Generation EU”, un ambicioso plan que priorizará las acciones requeridas para impulsar la recuperación y la resiliencia de Europa basada en la innovación, digitalización y sostenibilidad.
Si quieres saber más, en este informe analizamos la situación del sector y los ejes clave de respuesta a la pandemia desde el punto de vista del negocio energético.