Pemex cuestiona en su reporte trimestral enviado a la BMV el control presupuestal y de operación que el gobierno federal tiene sobre ella.
Petróleos Mexicanos (Pemex) cuestionó en el reporte trimestral enviado a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) el control que el gobierno federal tiene sobre la operación y presupuesto.
“A pesar de una mayor autonomía, el Gobierno Federal continúa controlando a Pemex y puede realizar ajustes a su balance financiero, que representa la meta de flujo neto de efectivo para el ejercicio fiscal basada en la proyección de ingresos y gastos de Pemex, así como al techo de gasto de servicios personales, sujeto a la aprobación de la Cámara de Diputados”.
La empresa productiva del estado asegura que este control podría afectar su capacidad para desarrollar las reservas que tiene asignadas por el estado mexicano o para competir exitosamente con otras compañías petroleras que participan en el sector energético en México.
Adicionalmente, este control del gobierno federal podría afectar la capacidad de Pemex para cumplir con sus obligaciones de pago derivadas de cualquier valor emitido por la empresa.
En el reporte, la petrolera explica que a pesar de que Pemex es propiedad exclusiva del gobierno federal, las obligaciones derivadas de los financiamientos que contrata no son obligaciones del estado ni están garantizadas por el mismo.
“El Gobierno Federal tendría facultad, en caso de que la Constitución y la legislación federal tuvieran modificaciones posteriores, de reorganizar a la empresa, incluyendo la transferencia de la totalidad o parte sustancial de sus activos a una entidad que no estuviese controlada, directa o indirectamente, por el Gobierno Federal”.
Pemex cuestiona en su reporte trimestral enviado a la BMV el control presupuestal y de operación que el gobierno federal tiene sobre ella.
Petróleos Mexicanos (Pemex) cuestionó en el reporte trimestral enviado a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) el control que el gobierno federal tiene sobre la operación y presupuesto.
“A pesar de una mayor autonomía, el Gobierno Federal continúa controlando a Pemex y puede realizar ajustes a su balance financiero, que representa la meta de flujo neto de efectivo para el ejercicio fiscal basada en la proyección de ingresos y gastos de Pemex, así como al techo de gasto de servicios personales, sujeto a la aprobación de la Cámara de Diputados”.
La empresa productiva del estado asegura que este control podría afectar su capacidad para desarrollar las reservas que tiene asignadas por el estado mexicano o para competir exitosamente con otras compañías petroleras que participan en el sector energético en México.
Adicionalmente, este control del gobierno federal podría afectar la capacidad de Pemex para cumplir con sus obligaciones de pago derivadas de cualquier valor emitido por la empresa.
En el reporte, la petrolera explica que a pesar de que Pemex es propiedad exclusiva del gobierno federal, las obligaciones derivadas de los financiamientos que contrata no son obligaciones del estado ni están garantizadas por el mismo.
“El Gobierno Federal tendría facultad, en caso de que la Constitución y la legislación federal tuvieran modificaciones posteriores, de reorganizar a la empresa, incluyendo la transferencia de la totalidad o parte sustancial de sus activos a una entidad que no estuviese controlada, directa o indirectamente, por el Gobierno Federal”.