La crisis sanitaria generada por el virus SARS-COV-2 comienza a causar estragos entre las empresas del sector energético mundial, desde pérdidas multimillonarias en el segundo trimestre del año hasta quiebras de grandes firmas es lo que hemos visto en este turbulento primer semestre del 2020.
Desde que se registró el primer caso de Covid-19 en China, a inicios de diciembre del 2019, se comenzó a observar afectaciones en el sector energético mundial. Las estrictas medidas de confinamiento impuestas por el gobierno chino, a inicios del 2020, provocaron una caída en la cotización del WTI y Brent.
Los analistas e inversionistas trataban de medir el potencial de contagio del virus para determinar la afectación en la demanda mundial de combustibles. Conforme el virus SARS-Cov-2 se expandía por todo el continente asiático comenzaron a encenderse las alertas.
Arabia Saudita, líder de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), pedía a Rusia llevar a cabo una reunión de emergencia para discutir una extensión en los recortes de crudo para compenzar la caída en la demanda de crudo en China.
A mediados de febrero se comenzó a gestar la tormenta perfecta: el virus llegaba con fuerza a Europa y Estados Unidos paralizando a la mayor economía del mundo, al mismo tiempo la negativa de Rusia a incrementar el recorte de producción durante el primer semestre del año, provocó una guerra de precios que llevó al costo de barril de petróleo a niveles por debajo a los vistos en 2015.
Muchas de las empresas de servicios petroleras y operadoras no pudieron soportar el nivel de apalancamiento al que recurrieron para salir a flote tras la crisis petrolera del 2015. Pero ante la crisis sanitaria de Covid-19, he aquí las afectaciones.
Daños colaterales por Covid-19
La primera quiebra importante se registró el 29 de junio cuando Chesapeake Energy, pionera del desarrollo de no convencionales en el mundo, anunciaba que se apegaba al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos para reestructurar una deuda de 7,000 millones de dólares (mdd).
Las grandes empresas de servicio en el mundo, Halliburton y Schlumberger, anunciaron en mayo y junio el despido masivo de empleados para compensar la caída en los ingresos por la falta de actividad en el sector de exploración y producción.
Schlumberger despidió a 21 mil trabajadores a nivel mundial, con lo cual espera alcanzar ahorros por 1,500 mdd en costos. “Probablemente éste ha sido el trimestre más desafiante de las últimas décadas”, dijo en una declaración el consejero delegado de la empresa, Olivier Le Peuch, director general de Schlumberger.
Mientras que Halliburton anunció el recorte de 5,000 plazas a nivel mundial, tras registrar una pérdida en segundo trimestre de 1.7 mil mdd debido a la falta de actividad en Estados Unidos. “Los despidos son provocados por una desaceleración comercial imprevesible y drámatica por el coronavirus y al disminución sin precedentes en el precio de los commodities”, dijo la compañía.
Las afectaciones por la frágil situación del mercado no se limitan a Estados Unidos, en México Halliburton anunció el cierre definitivo de sus oficinas en la capital mexicana y Tabasco.
“Es así que para ajustar nuestra infraestructura a la nueva realidad del entorno económico global, una de las acciones que hemos decidido implementar de manera inmediata es el cierre definitivo de las oficinas en la Ciudad de México, Villahermosa y Base Paraíso”, se lee en el correo.
Fieldwood Energy, socia de Petrobal en el campo Ichalkil y Pokoch, solicitó apegarse al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos como parte de sus esfuerzos para reestructurar la compañía.
A inicios de agosto, Fieldwood declaró que espera tener acceso a liquidez suficiente para cumplir con las obligaciones financieras durante la reestructuración, incluido el efectivo disponible y un servicio de deudor en posesión de algunos de sus prestamistas de primer gravamen.
El operador, que es socio en nuestro país en los campos Ichalkil y Pokoch con Petrobal, agregó que continuaría operando su negocio normalmente durante la tramitación de los casos del Capítulo 11 y que continuaría trabajando con sus proveedores, propietarios de intereses que trabajan conjuntamente y empleados para apoyar las operaciones.
Sin embargo, las afectaciones en el mercado no están limitadas a Upstream; a finales de julio, la petrolera estadounidense Marathon Petroleum anunció el cierre definitivo dos refinerías en Estados Unidos, como parte de su estrategia para incrementar su competitividad y rentabilidad tras Covid-19.
“La inactividad indefinida de las refinerías desafortunadamente significa que la mayoría de los trabajos en estas refinerías ya no serán necesarios, por lo cual esperamos comenzar una reducción gradual de los niveles de personal en octubre”.