El mundo por muchas décadas a utilizado a la naturaleza para poder tomar las energías primarias para crear tecnologías que transporte energía para su utilización por el ser humano.
Actualmente el total de energía primaria consumida en 2019 por el ser humano fue de alrededor de 550 mil petajoulies y entre el 50 a 55% fue desechado (no utilizado) en forma de calor al medio ambiente.
Esto ha originado desde la revolución industrial, el negocio energético en forma pura sin medir las consecuencias al ver el beneficio que podría tener para una zona, país, región o el mundo el crecimiento económico y el desarrollo de una población. Esto trajo como consecuencia en algunos países un crecimiento poblacional desmedido, y derivado de esto una exigencia en forma creciente de una demanda de energía para la vida cotidiana de cada persona en sus hogares y lugares de trabajo.
Este crecimiento de la población trajo consigo que mucha gente dejara las zonas rurales y fuese a buscar mejores oportunidades de trabajo a ciudades dentro de su país y otros afuera, esto ocasionó que el consumo de la energía se concentrará en estas zonas y ante esta situación ante la falta de espacio, tuvo que buscar lugares que permitieran colocar las tecnologías que transforman a las energías primarias, como la creación de centrales eléctricas, refinerías, petroquímicas, carboeléctricas, nucleoeléctricas, hidroeléctricas, plantas eólicas, solares, geotérmicas entre otras en zonas, invadiendo a un más ,a la naturaleza.
Toda esta tecnología insertada en espacios que eran de la naturaleza eliminó la posibilidad de mantener un ecosistema equilibrado como fue concebido en un inicio para los seres vivos. Hay que dejar claro, la naturaleza estaba primero y después llego el homosapiens con “SENTIDO COMÚN” a establecer a la tecnología dentro de esta.
Al haber un crecimiento exponencial de la economía basada en la industria-tecnología y en forma paralela con el crecimiento poblacional, el ser vivo con razonamiento empezó a enfermar y temer por la salud, ante los altos trastornos estaban aconteciendo para poder sobrevivir en el planeta. Lo primero que se dio cuenta, es la mala calidad del aire que respiraba como consecuencia de los contaminantes que emanan principalmente de los escapes en el transporte para mover a cada individuo o sus mercancías ante la llamada regionalización y después mutar a la globalización.
Ante esta circunstancia los gobiernos de algunos países crearon la medición del aire y solicitaron la mejora de los combustibles que eran utilizados en los motores con el objetivo de tener una combustión completa y que no se tenía, creando a hoy día oxigenantes, aditivos y la eliminación de azufre-plomo, ligado con la mejora del rendimiento de los motores en una mayor cantidad de kilómetros por recorrer y utilizan menos combustible. Algunas empresas como Valero, Exxon, Shell, BP entre otras han invertido en mejorar ante las exigencias mundiales y adaptando al mundo a tener carros híbridos.
Después ante el incremento del uso de tecnología en los hogares, trabajo y en la vida cotidiana del humano, tuvo la necesidad de crear una mayor forma de tener electricidad en cada rincón del mundo que fuera posible llegar. Esto ocasionó buscar fuentes de forma barata como el carbón y petróleo crudo, en un inicio no hubo interferencia de la cantidad de contaminantes que emanan y al ver que no era suficiente ante el crecimiento en la demanda de electrones, crearon tecnologías como hidroeléctricas (eliminaron en algunas regiones extensiones vastas de terreno y pretendió controlar a la naturaleza), nucleoeléctricas que en un futuro ocasionaron en algunos lugares por accidentes exposiciones de seres vivos con consecuencias en cada uno de ellos y a hoy en día sean creado los parques eólicos e solares, cuyo objetivo es tener una emanación cero de contaminantes al crear energía secundaria como es la electricidad.
Pero en realidad en esta primera fase, podemos observar que todos es un negocio energético y al cual se obtiene un beneficio, especialmente el que consiste en realizar operaciones comerciales, comprando y vendiendo mercancías o servicio.
Hoy en el siglo XXI a iniciado una nueva “Conciencia de la humanidad”, en ayudar a la naturaleza. Pero qué tan alejado e hipócrita somos. La ingenuidad e incredulidad no cabe hoy día, es un nuevo negocio con beneficio, si ayudar a la naturaleza a mantener el ecosistema y los seres vivos puedan tener un mejor aire para respirar, pero el ser vivo con rozamiento ha determinado un nuevo negocio apegado a su creencia económica con base al crecimiento poblacional y posicionamiento mundial.
La pandemia que surgió en este 2020, ha adelantado una década el inicio al nuevo negocio, al colocar en léxico del mundo el llamado “Energía Limpia”, erróneamente percibida como el inicio del BIG BAN ENERGETICO: Que de una gran explosión de una masa compacta de energía y materia dio inicio al cambio de la utilización de la energía primaria.
No perdamos el foco del BIG BANG energético, “No son las energías limpias”, es la forma cómo aprovechamos la energía primaria en su transformación y cuánta de ella no es desechada.
El mundo por muchas décadas a utilizado a la naturaleza para poder tomar las energías primarias para crear tecnologías que transporte energía para su utilización por el ser humano.
Actualmente el total de energía primaria consumida en 2019 por el ser humano fue de alrededor de 550 mil petajoulies y entre el 50 a 55% fue desechado (no utilizado) en forma de calor al medio ambiente.
Esto ha originado desde la revolución industrial, el negocio energético en forma pura sin medir las consecuencias al ver el beneficio que podría tener para una zona, país, región o el mundo el crecimiento económico y el desarrollo de una población. Esto trajo como consecuencia en algunos países un crecimiento poblacional desmedido, y derivado de esto una exigencia en forma creciente de una demanda de energía para la vida cotidiana de cada persona en sus hogares y lugares de trabajo.
Este crecimiento de la población trajo consigo que mucha gente dejara las zonas rurales y fuese a buscar mejores oportunidades de trabajo a ciudades dentro de su país y otros afuera, esto ocasionó que el consumo de la energía se concentrará en estas zonas y ante esta situación ante la falta de espacio, tuvo que buscar lugares que permitieran colocar las tecnologías que transforman a las energías primarias, como la creación de centrales eléctricas, refinerías, petroquímicas, carboeléctricas, nucleoeléctricas, hidroeléctricas, plantas eólicas, solares, geotérmicas entre otras en zonas, invadiendo a un más ,a la naturaleza.
Toda esta tecnología insertada en espacios que eran de la naturaleza eliminó la posibilidad de mantener un ecosistema equilibrado como fue concebido en un inicio para los seres vivos. Hay que dejar claro, la naturaleza estaba primero y después llego el homosapiens con “SENTIDO COMÚN” a establecer a la tecnología dentro de esta.
Al haber un crecimiento exponencial de la economía basada en la industria-tecnología y en forma paralela con el crecimiento poblacional, el ser vivo con razonamiento empezó a enfermar y temer por la salud, ante los altos trastornos estaban aconteciendo para poder sobrevivir en el planeta. Lo primero que se dio cuenta, es la mala calidad del aire que respiraba como consecuencia de los contaminantes que emanan principalmente de los escapes en el transporte para mover a cada individuo o sus mercancías ante la llamada regionalización y después mutar a la globalización.
Ante esta circunstancia los gobiernos de algunos países crearon la medición del aire y solicitaron la mejora de los combustibles que eran utilizados en los motores con el objetivo de tener una combustión completa y que no se tenía, creando a hoy día oxigenantes, aditivos y la eliminación de azufre-plomo, ligado con la mejora del rendimiento de los motores en una mayor cantidad de kilómetros por recorrer y utilizan menos combustible. Algunas empresas como Valero, Exxon, Shell, BP entre otras han invertido en mejorar ante las exigencias mundiales y adaptando al mundo a tener carros híbridos.
Después ante el incremento del uso de tecnología en los hogares, trabajo y en la vida cotidiana del humano, tuvo la necesidad de crear una mayor forma de tener electricidad en cada rincón del mundo que fuera posible llegar. Esto ocasionó buscar fuentes de forma barata como el carbón y petróleo crudo, en un inicio no hubo interferencia de la cantidad de contaminantes que emanan y al ver que no era suficiente ante el crecimiento en la demanda de electrones, crearon tecnologías como hidroeléctricas (eliminaron en algunas regiones extensiones vastas de terreno y pretendió controlar a la naturaleza), nucleoeléctricas que en un futuro ocasionaron en algunos lugares por accidentes exposiciones de seres vivos con consecuencias en cada uno de ellos y a hoy en día sean creado los parques eólicos e solares, cuyo objetivo es tener una emanación cero de contaminantes al crear energía secundaria como es la electricidad.
Pero en realidad en esta primera fase, podemos observar que todos es un negocio energético y al cual se obtiene un beneficio, especialmente el que consiste en realizar operaciones comerciales, comprando y vendiendo mercancías o servicio.
Hoy en el siglo XXI a iniciado una nueva “Conciencia de la humanidad”, en ayudar a la naturaleza. Pero qué tan alejado e hipócrita somos. La ingenuidad e incredulidad no cabe hoy día, es un nuevo negocio con beneficio, si ayudar a la naturaleza a mantener el ecosistema y los seres vivos puedan tener un mejor aire para respirar, pero el ser vivo con rozamiento ha determinado un nuevo negocio apegado a su creencia económica con base al crecimiento poblacional y posicionamiento mundial.
La pandemia que surgió en este 2020, ha adelantado una década el inicio al nuevo negocio, al colocar en léxico del mundo el llamado “Energía Limpia”, erróneamente percibida como el inicio del BIG BAN ENERGETICO: Que de una gran explosión de una masa compacta de energía y materia dio inicio al cambio de la utilización de la energía primaria.
No perdamos el foco del BIG BANG energético, “No son las energías limpias”, es la forma cómo aprovechamos la energía primaria en su transformación y cuánta de ella no es desechada.