A costa del país, Andrés Manuel López Obrador, buscará colgarse la medalla en 2024 de que gracias a Zama, Pemex logró aumentar la producción nacional de hidrocarburos.
El hallazgo de Zama en 2017 por parte del consorcio integrado por Talos Energy, Wintershall DEA y Harbour Energy es considerado como el mayor descubrimiento de hidrocarburos en el país de los últimos 30 años, con recursos prospectivos de mil 010 millones de barriles de petróleo crudo equivalente de acuerdo con información de Netherland, Sewell & Associates, Inc.
El correcto desarrollo del yacimiento Zama por parte de Petróleos Mexicanos (Pemex) significaría para la actual administración el cumplir la meta sexanal de incrementar la producción nacional de hidrocarburos, situación no vista desde el sexenio de Vicente Fox, cuando la producción nacional de aceite tocó su máximo histórico de 3.4 millones de barriles diarios en diciembre de 2003.
Luis Serra Barragán, Director Ejecutivo de la Iniciativa de Energía del Tecnológico de Monterrey en la Escuela de Gobierno y Transformación Pública, aseguró en entrevista con Oil & Gas Magazine que la decisión de la SENER de otorgar la operación de Zama a la empresa productiva del estado afectará las inversiones en upstream en el país y recalca que la actual administración no respeta las decisiones con fundamentos técnicos.
“Digamos que existe un efecto en cómo aprecia el sector privado internacional esta decisión y cómo se evidencia que no hay una garantía respecto al Estado de derecho en términos de respetar decisiones con fundamentos técnicos. Sobre todo, en el marco de los contratos que, durante campaña y tras haber ganado la presidencia en julio de 2018, el presidente había dicho que respetaría”.
Serra Barragán considera que puede haber una afectación en las decisiones de los inversionistas en los tres años que le restan a la administración, sobre todo en el marco de una coyuntura internacional de transición energética.
“Evidentemente las grandes empresas del sector de la industria de hidrocarburos estarán reformulando sus decisiones de inversión en activos fijos en los próximos años, especialmente porque en algunos años serán inversiones en infraestructura obsoleta”.
Pese a que algunas de las grandes empresas petroleras están dejando de invertir en hidrocarburos, algunas están tomando riesgos y apuestas porque ven la oportunidad de hacer inversiones con mayor rentabilidad, precisamente porque muchos jugadores están dejando la industria y generando oportunidades en el mediano plazo, lo que podría ser conveniente para el país si SENER hubiera tomado otra decisión.
“Si la decisión de SENER hubiera ocurrido bajo consideraciones técnicas, los impactos de Zama hubieran sido más importantes para nuestro país que este cauce de la resolución a favor de Pemex”.
Serra considera que fue un error que la SENER no evidenciará con documentación y con argumentos técnicos la decisión de otorgar la operación de Zama a a la empresa productiva del Estado.
“Veremos en qué términos se dará el impacto de esta decisión en el tiempo; hay dos elementos, uno por supuesto en términos de los flujo de inversión y otro a nivel resolución legal y política que tenga este evento”.
Respecto a los comentario de la representante comercial de los Estados Unidos, Katheryn Tai, de que la decisión de la dependencia federal de entregar Zama a Pemex no es violatoria del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (TMEC), Serra Barragán, considera que si bien si se podría considerar una violación al tratado comercial, esta estrategia no sería la ideal a seguir por parte del consorcio Bloque 7.
“Yo creo que acudir a esa vía representa escalar el conflicto. En términos legales, el camino esta allanado para que puedas ir conduciendo estas resoluciones de manera escalonada, y el primer recurso que está disponible pues es que Talos Energy recurra la decisión de la Secretaría de Energía”.
El Director Ejecutivo de la Iniciativa de Energía del ITESM considera que es muy probable que la SENER confirme la decisión de otorgar Zama a Pemex y entonces el consorcio podrá analizar otra estrategia legal que sea conveniente para ellos.
“Irse por una estrategia asociada al acuerdo internacional puede ser muy desgastante para todas las partes. Puede convertirse en una estrategia que involucrará a actores políticos que dirija la negociación hacia otros frentes que no sean favorables para las partes. Si Estados Unidos se anima a llevar el caso hacia un frente comercial, esto podría conducir posiblemente a fricciones con el gobierno mexicano en el que éste juegue cartas que también son de mucho interés para el gobierno estadunidense, como lo es el tema migratorio”.
En este sentido, Serra consideró que el tema migratorio podría se la moneda de cambio que utilizaría la administración de Andrés Manuel López Obrador para tener margen de maniobra con la política energética nacionalista que está implementando.
“Si esto se le lleva a ese cauce, entonces el juego político le añade otra dimensión al conflicto, y la resolución entablará negociaciones mucho más complejas, lo cual no sería benéfico para ninguna de las naciones”.
Lo que se visualiza es un conflicto sumamente desgastante para las partes, costoso y duradero, en el cual difícilmente el mismo gobierno norteamericano se quiera involucrar.
La Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) realizó un análisis en el cual dio visto bueno para que SENER otorgará la operación de Zama a Pemex. En el documento se argumenta que, debido al desempeño de la petrolera nacional en el desarrollo de los campos Ek, Balam, Octli, Mulach, Pokche y Hok, se decidió hacer el fallo en favor de Pemex, sin embargo, en los últimos tres meses los campos con yacimientos similares a Zama han experimentado un descenso en los niveles de producción.
Zama tiene un tirante de agua de 165 metros, ubicándose en la frontera entre aguas someras y aguas profundas, haciendo la operación del yacimiento más parecida a un desarrollo en aguas profundas, donde la empresa productiva del Estado carece de experiencia. El campo con mayor profundidad desarrollado con éxito por Pemex tiene un tirante de agua de 122 metros.
Justo en 2019, el plan de negocios de Pemex estableció que la petrolera se enfocaría en el desarrollo de campos terrestres y en aguas someras debido a la falta de recursos para realizar las inversiones necesarias.
En este sentido, Serra Barragán asegura que las condiciones de la empresa en este momento no son las óptimas para desarrollar el campo.
“Si las condiciones de Pemex fueran de otra manera a la que se encuentran al día de hoy, el fallo se evaluaría diferente. Pero al día de hoy Pemex tiene debilidades importantes; tiene unos riesgos muy altos en términos de su expectativa futura como empresa, de su posibilidad de desplegar proyectos de alto riesgo, y aquí básicamente lo que está haciendo es asumir un riesgo importante. El yacimiento tiene un alto potencial de producción, de alrededor de dos años de toda la producción nacional al ritmo actual, pero eso es aún un estimado; no está garantizado”.
“Al final del día, Pemex asumirá un riesgo, y eso es algo que no debería hacer una empresa que se encuentra en las condiciones en las que está Pemex. Evidentemente, lo que le hubiera convenido más al Estado mexicano y a la Nación es precisamente proseguir con el esquema que estaba planteado originalmente, dejar que una empresa o consorcio que no sea Pemex asuma el riesgo y que cumpla con las condiciones contractuales que se establecieron en la licitación que se hizo a través de la Ronda 1.1”.
En su opinión la decisión fue política y tiene que ver con la narrativa de comunicar en un futuro que Pemex fue la que logró incrementar la producción nacional de petróleo.
“Yo creo que lo que verdaderamente está detrás de esta decisión, dado que la apuesta es que este sea un yacimiento exitoso, es que el presidente no quiere llegar a 2024 diciendo que va bien Zama porque un consorcio privado internacional que ganó un contrato producto de la reforma energética de 2013 lo está haciendo bien”.
“Esto sería un golpe para su su narrativa política, sobre todo en la parte de política energética. Imagínatelo anunciando el triunfo de la industria de hidrocarburos en México por una consorcio privado, además liderado por una empresa de Estados Unidos, y que lo hizo a través del mecanismo de la reforma energética”.
Pemex asumirá riesgos financieros y tecnológicos, porque sobre el riesgo geológico ya existe mayor claridad, aproximadamente entre 670 y mil 013 millones de barriles de petróleo crudo equivalente, lo que convierte a Zama en el yacimiento con mayor potencial en mucho tiempo, consideró el experto.
“Pemex no debería de estar haciendo esto y no necesita hacerlo. No le va a modificar su estructura financiera de forma favorable y no va a cambiar su perspectiva de largo plazo o su estructura de deuda”.
Sobre lo que estaremos viendo en los próximos meses en el tema Zama, Serra Barragán considera que el conflicto será muy largo y estará influenciado por la carrera presidencial del 2024.
“Yo creo que va a ser una carrera muy larga, y también que hay un cierto desgaste detrás de juego o conflicto interno, entre la misma Secretaría de Energía y Pemex”.
“Es ampliamente conocida las diferencias, y si lo quieres ver así también, la antipatía que existe entre la secretaria y el director general de Pemex. Y también la forma en que ellos se pelean digamos el pole position en términos del sector energético ante los ojos del presidente. Por lo tanto, también la secretaria busca poner al director general de Pemex en una situación complicada”.
“Este juego puede estar influenciado por la sucesión presidencial del 2024, a que la misma secretaria Nahle, según algunas fuentes la han colocado en la lista de morenistas que pudieran tener la venia del presidente para su sucesión”.
Talos tendrá que decidir cuál va a ser su estrategia, analizar si lo hará en tribunales, lo hace en términos del TMEC, o recurrir a tribunales europeos.
El experto consideró que sin importar el resultado de la estrategia legal emprendida por el consorcio, el gran perdedor en esta decisión es México, por la pérdida de confianza de los inversionistas y los riesgos financieros en los que incurrirá Pemex.
“Nuestro país podría obtener con un riesgo mínimo los ingresos petroleros más importantes en mucho tiempo hacia final de este sexenio. Podría efectivamente estar en condiciones de recuperar una buena parte de la plataforma de producción para esa fecha y podría estar incluso vislumbrando un mayor flujo de capitales. Otros inversionistas podrían ver que esta administración si respetó los contratos como se dijo en un inicio y que si hay interés de establecer un ecosistema amigable con el sector privado, a pesar de ejercer un mayor control sobre el sector energético. Esto es, se podría haber sentado las bases para un mayor impulso del desempeño económico de esta administración”.
“Entonces al final del día los perdedores somos nosotros”.
“Lo que vamos a observar es que Pemex va a seguir debilitándose, sobre todo si insiste el presidente en sumarle en vez de restarle empresas o líneas de negocio que no son rentables. Tal es el caso del “Gas Bienestar” o de las intenciones de que Pemex produzca fertilizantes cuando es una empresa que tiene 113 mil millones de dólares en deuda. Así va a ser muy difícil que Pemex pueda concentrarse en los negocios que le salen mejor”.
Zama es un gran yacimiento; de los más atractivos que se ha visto en la industria mexicana en mucho tiempo y, sin embargo, no es desgraciadamente la mejor apuesta para que Pemex pueda aprovechar ese potencial que podría tener.