La mezcla mexicana rompió una racha de tres días con fuertes caídas, que la llevaron a perder 8.14%, al ganar hoy 0.57%.
La mezcla mexicana de petróleo registró una ganancia de 0.57% o 0.37 dólares frente al precio de cierre del miércoles, al cotizarse en el mercado energético internacional en 64.92 dólares por barril, informó Petróleos Mexicanos (Pemex).
Con el resultado obtenido hoy, el petróleo mexicano alcanzó promedio anual a 61.46 dólares por barril.
Desde el lunes el petróleo mexicana ha perdido 7.61% debido a los temores de que la tercera ola de COVID-19 ralentice la economía de China y Estados Unidos.
El petróleo WTI cerró este jueves con una ganancia del 1.38%, hasta 69.09 dólares el barril, impulsado por las tensiones geopolíticas en Oriente Medio.
Mientras que el Brent para entrega en octubre terminó este jueves en el mercado de futuros de Londres en 71.30 dólares, un 1.28% más que al finalizar la sesión anterior.
Por su parte, los contratos de gasolina con vencimiento en septiembre subieron 4 centavos y terminaron en 2.29 dólares el galón, mientras los de gas natural para entrega el mismo mes restaron 2 centavos hasta 4.14 dólares por cada mil pies cúbicos.
Influyó en el mercado la inestabilidad en Oriente Medio, con bombardeos israelíes en el sur del Líbano en respuesta a ataques con cohetes desde esa zona y a los últimos incidentes con varios buques en el golfo de Omán, de los que algunos países responsabilizan a Irán.
Los precios del petróleo recuperaron prácticamente la mitad de lo perdido en los últimos días, cuando se conoció que en la semana terminada el 30 de julio los inventarios estadounidenses se incrementaron en 3.6 millones de barriles.
La cifra sorprendió al mercado, que esperaba un descenso en las reservas tras varias semanas de caídas, especialmente después de una primera lectura ofrecida en ese sentido por parte del Instituto Americano del Petróleo (API).
En los últimos días, el precio del petróleo se ha visto afectado además por el aumento de casos de COVID-19 vinculado al avance de la variante delta en muchos países, incluidos Estados Unidos y China, los dos mayores consumidores de crudo.
El miedo de los inversores es que ello golpee a la demanda, justo cuando los países productores están comenzando a elevar los niveles de suministro que mantuvieron muy bajos para evitar un desplome total de los precios durante la pandemia.