La mezcla mexicana cayó de su nivel más alto desde octubre de 2018, debido a un aumento en los inventarios de crudo de EU.
La mezcla mexicana de petróleo registró una caída de 1.57% o 1.18 dólares frente al precio de cierre del martes, al cotizarse en el mercado energético internacional en 73.84 dólares por barril, informó Petróleos Mexicanos (Pemex).
La mezcla mexicana de exportación cayó de su mejor cotización desde el 10 de octubre de 2018 cuando cerró en 75.77 dólares por barril.
Con el resultado obtenido hoy, la mezcla mexicana de petróleo alcanzó promedio anual a 62.66 dólares por barril.
El petróleo WTI cerró este miércoles con un descenso del 1.9% y se situó en 77.43 dólares, mientras que los contratos de gas natural cayeron más del 10%.
Mientras que el Brent para entrega en diciembre terminó este miércoles en el mercado de futuros de Londres en 81.16 dólares, un 1.77% menos que al finalizar la sesión anterior.
Por otra parte, los contratos de gas natural para entrega en noviembre cayeron un 10.1%, o 64 centavos, y se situaron en 5.675 dólares por cada mil pies cúbicos tras unas declaraciones del presidente ruso, Vladímir Putin.
Los contratos de gasolina con vencimiento en noviembre bajaron 5 centavos, hasta 2.31 dólares el galón.
Putin afirmó hoy que Rusia no aumentará más los volúmenes de gas suministrado a Europa a través de Ucrania ya que el gasoducto Nord Stream 2, que deberá ser puesto en marcha en los próximos meses, es mucho más rentable.
“Los precios del crudo caen por tres razones: el presidente ruso Putin ha aliviado las preocupaciones por el suministro energético en Europa, los inventarios estadounidenses ha subido más de lo esperado y Arabia Saudita ha recortado los petroprecios por el mayor miedo a una ralentización y a la inflación”, explicó Ed Moya, de la firma Oanda.
La OPEP y sus aliados, entre ellos Rusia, anunciaron esta semana que mantendrían sin cambios sus planes para incrementar el suministro y en noviembre su aumentarán producción conjunta de petróleo en 400 mil barriles diarios.
Los precios del petróleo se han disparado desde comienzo de año y están contribuyendo a presiones inflacionarias que hacen temer por la continuidad de la recuperación económica, más aún después de la decisión de la OPEP+.