Ryan McGrail analiza los factores detrás del aumento en los precios del gas y lo que podría suceder a continuación.
Por Ryan McGrail, Analista senior de investigación crediticia de Loomis Sayles, filial de Natixis IM
El aumento a escala global de los precios del gas natural, carbón y electricidad ha colocado a Europa y China en riesgo de paros industriales. Si bien la situación parece haber sorprendido al mercado, han pasado más de nueve meses desde este cambio. A continuación, analizamos los factores detrás del aumento y lo que podría suceder a continuación.
¿Cómo se llegó a esto?
Esto inició en el invierno en Asia y Europa el año pasado. El clima agotó los inventarios de gas y los dejó en niveles muy bajos en todo el mundo. Los países generalmente reconforman sus inventarios durante la temporada primaveral, pero este año no pudieron hacerlo debido a las siguientes razones:
La falta de capacidad adicional en el mercado del gas natural liquido (GNL). Los bajos precios del gas en años recientes y los temores de una sobre oferta de GNL ha sofocado la inversión en nueva oferta de gas natural. Como resultado, las instalaciones de GNL se gestionan u operan con el fin de cubrir los contratos existentes y tienen capacidad reducida para responder a las limitaciones de la oferta.
Un flujo más estrecho de abasto de Rusia.
Rusia ha reducido sus exportaciones de gas natural, una medida que atribuye a un paro en una planta procesadora y a una producción más baja en Rusia. Sin embargo, algunos han especulado que Rusia podría estar tratando de presionar a Alemania para aprobar la red de ductos de gas Nord Stream 2. El gasoducto iría desde Rusia hasta Alemania vía el mar Báltico.
Una pobre producción de gas en Europa.
La inversión en el mar del Norte ha sido muy baja durante la década pasada, lo que ha derivado en una producción local offshore más baja en la región. En tanto, la gigantesca reserva de gas en Groningen en los Países Bajos se está cerrando lentamente debido a los terremotos.
Creo que la transición a largo plazo hacia fuentes de energía renovables ha exacerbado la situación actual. Europa y China han reducido su capacidad generadora de carbón a favor de fuentes de energía renovable como la eólica y solar. Sin embargo, la generación de energías renovables ha sido decepcionante este año, obligando a muchos países a depender más en la generación de electricidad a base de gas natural. En mi opinión, si los inventarios de gas llegan a niveles muy bajos y el carbón ya no está disponible, algunos deberán optar por la generación a base de petróleo. Sin embargo, la habilidad para hacer esto deberá ser limitada. A los niveles actuales de precios tan elevados, creo que tiene más lógica en términos económicos el utilizar diésel versus gas natural o carbón.
¿Cuál es la solución?
En mi opinión, no existe una solución a corto plazo para esta crisis del sector energía. Incluso si las instalaciones de generación de carbón y petróleo vuelven al formato online, creo que el impacto sería probablemente marginal debido a la falta de disponibilidad de carbón y a la capacidad de producción de petróleo. Creo que los precios del gas y del carbón seguirán siendo altos por al menos el año próximo ya que los países restablezcan sus inventarios y aseguren los suministros para el invierno del 2022/2023.
Entre tanto, creo que el mejor escenario es un invierno moderado que atenúe la demanda de gas. Sin embargo, si este invierno es más frío de lo normal y la generación de energías renovables continúa siendo decepcionante, podríamos ver un racionamiento significativo de la capacidad eléctrica en las instalaciones industriales de Europa y Asia.
Si bien el mercado parece haber ya considerado el impacto directo de los elevados precios de la energía, no creo que haya descontado los potenciales efectos en cascada que la escasez podría tener en la actividad industrial y económica. Los paros en la industria ya han iniciado en China y el Reino Unido. Si estos paros se extienden y son más generalizados, creo que podrían ser una disrupción para las cadenas de suministro globales (ya bajo mucha presión por la pandemia) y pondrían a la economía global en riesgo de una desaceleración.
Ryan McGrail analiza los factores detrás del aumento en los precios del gas y lo que podría suceder a continuación.
Por Ryan McGrail, Analista senior de investigación crediticia de Loomis Sayles, filial de Natixis IM
El aumento a escala global de los precios del gas natural, carbón y electricidad ha colocado a Europa y China en riesgo de paros industriales. Si bien la situación parece haber sorprendido al mercado, han pasado más de nueve meses desde este cambio. A continuación, analizamos los factores detrás del aumento y lo que podría suceder a continuación.
¿Cómo se llegó a esto?
Esto inició en el invierno en Asia y Europa el año pasado. El clima agotó los inventarios de gas y los dejó en niveles muy bajos en todo el mundo. Los países generalmente reconforman sus inventarios durante la temporada primaveral, pero este año no pudieron hacerlo debido a las siguientes razones:
La falta de capacidad adicional en el mercado del gas natural liquido (GNL). Los bajos precios del gas en años recientes y los temores de una sobre oferta de GNL ha sofocado la inversión en nueva oferta de gas natural. Como resultado, las instalaciones de GNL se gestionan u operan con el fin de cubrir los contratos existentes y tienen capacidad reducida para responder a las limitaciones de la oferta.
Un flujo más estrecho de abasto de Rusia.
Rusia ha reducido sus exportaciones de gas natural, una medida que atribuye a un paro en una planta procesadora y a una producción más baja en Rusia. Sin embargo, algunos han especulado que Rusia podría estar tratando de presionar a Alemania para aprobar la red de ductos de gas Nord Stream 2. El gasoducto iría desde Rusia hasta Alemania vía el mar Báltico.
Una pobre producción de gas en Europa.
La inversión en el mar del Norte ha sido muy baja durante la década pasada, lo que ha derivado en una producción local offshore más baja en la región. En tanto, la gigantesca reserva de gas en Groningen en los Países Bajos se está cerrando lentamente debido a los terremotos.
Creo que la transición a largo plazo hacia fuentes de energía renovables ha exacerbado la situación actual. Europa y China han reducido su capacidad generadora de carbón a favor de fuentes de energía renovable como la eólica y solar. Sin embargo, la generación de energías renovables ha sido decepcionante este año, obligando a muchos países a depender más en la generación de electricidad a base de gas natural. En mi opinión, si los inventarios de gas llegan a niveles muy bajos y el carbón ya no está disponible, algunos deberán optar por la generación a base de petróleo. Sin embargo, la habilidad para hacer esto deberá ser limitada. A los niveles actuales de precios tan elevados, creo que tiene más lógica en términos económicos el utilizar diésel versus gas natural o carbón.
¿Cuál es la solución?
En mi opinión, no existe una solución a corto plazo para esta crisis del sector energía. Incluso si las instalaciones de generación de carbón y petróleo vuelven al formato online, creo que el impacto sería probablemente marginal debido a la falta de disponibilidad de carbón y a la capacidad de producción de petróleo. Creo que los precios del gas y del carbón seguirán siendo altos por al menos el año próximo ya que los países restablezcan sus inventarios y aseguren los suministros para el invierno del 2022/2023.
Entre tanto, creo que el mejor escenario es un invierno moderado que atenúe la demanda de gas. Sin embargo, si este invierno es más frío de lo normal y la generación de energías renovables continúa siendo decepcionante, podríamos ver un racionamiento significativo de la capacidad eléctrica en las instalaciones industriales de Europa y Asia.
Si bien el mercado parece haber ya considerado el impacto directo de los elevados precios de la energía, no creo que haya descontado los potenciales efectos en cascada que la escasez podría tener en la actividad industrial y económica. Los paros en la industria ya han iniciado en China y el Reino Unido. Si estos paros se extienden y son más generalizados, creo que podrían ser una disrupción para las cadenas de suministro globales (ya bajo mucha presión por la pandemia) y pondrían a la economía global en riesgo de una desaceleración.