La OPEP y Rusia evalúan si reajustan la oferta de petróleo ante alza de precios en los últimos meses.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus socios evalúan en una reunión si ajustan o no la producción de petróleo, ante el aumento en el precio de los energéticos.
En su última sesión, la OPEP decidió seguir adelante con el plan aprobado en julio para aumentar de forma paulatina la producción conjunta hasta septiembre de 2022, añadiendo 400 mil barriles diarios cada mes.
Los miembros de la alianza prevén así terminar de devolver al mercado los barriles que retiraron en 2020, cuando pactaron un gran recorte, de 9.7 millones de barriles diario, para hacer frente al histórico desplome de la demanda y los precios del petróleo causado por la crisis del COVID-19.
Otros países cuestionan si la recuperación de la oferta se corresponde al de la demanda y a los precios internacionales, en medio de un entorno marcado por una fuerte alza de los precios de la energía, incluido el petróleo, aunque sobre todo destaca el aumento del gas justo en vísperas de la temporada fría, de alto consumo.
En el caso del precio del petróleo, ya hace buen rato que han vuelto a los niveles pre pandemia: el barril del crudo Brent, de referencia en Europa, superó la semana pasada la barrera psicológica de los 80 dólares por primera vez desde 2018, antes de moderarse levemente.
A este encarecimiento ha contribuido, además del vigoroso aumento del consumo propiciado por la recuperación de la economía mundial, el tirón de los precios del gas, que al dispararse cerca del 300 % impulsan también a los productos de crudo usados para generar electricidad, y por ende, la inflación.
La OPEP y Rusia evalúan si reajustan la oferta de petróleo ante alza de precios en los últimos meses.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus socios evalúan en una reunión si ajustan o no la producción de petróleo, ante el aumento en el precio de los energéticos.
En su última sesión, la OPEP decidió seguir adelante con el plan aprobado en julio para aumentar de forma paulatina la producción conjunta hasta septiembre de 2022, añadiendo 400 mil barriles diarios cada mes.
Los miembros de la alianza prevén así terminar de devolver al mercado los barriles que retiraron en 2020, cuando pactaron un gran recorte, de 9.7 millones de barriles diario, para hacer frente al histórico desplome de la demanda y los precios del petróleo causado por la crisis del COVID-19.
Otros países cuestionan si la recuperación de la oferta se corresponde al de la demanda y a los precios internacionales, en medio de un entorno marcado por una fuerte alza de los precios de la energía, incluido el petróleo, aunque sobre todo destaca el aumento del gas justo en vísperas de la temporada fría, de alto consumo.
En el caso del precio del petróleo, ya hace buen rato que han vuelto a los niveles pre pandemia: el barril del crudo Brent, de referencia en Europa, superó la semana pasada la barrera psicológica de los 80 dólares por primera vez desde 2018, antes de moderarse levemente.
A este encarecimiento ha contribuido, además del vigoroso aumento del consumo propiciado por la recuperación de la economía mundial, el tirón de los precios del gas, que al dispararse cerca del 300 % impulsan también a los productos de crudo usados para generar electricidad, y por ende, la inflación.