Los precios internacionales de las gasolinas y diésel se incrementaron en 11% y 5% respectivamente.
Adicional a una ligera depreciación del peso frente al dólar, los precios internacionales de los combustibles registraron su mayor incremento en los últimos 8 años.
Estos incrementos tendrán una repercusión en el precio de los combustibles en México de casi 2 pesos por litro al alza en el caso de las gasolinas y de un peso por litro en el diésel; a menos que el gobierno continúe con el mecanismo de control de precios a través de la aplicación de un IEPS negativo.
La aplicación de un IEPS negativo ayudará a los comercializadores como Pemex, a ofrecer un precio de venta a sus clientes que no refleje las fluctuaciones de los precios internacionales, y tendrá un costo neto para el gobierno de 110 millones de pesos diarios, ya descontando los beneficios obtenidos por el incremento de las exportaciones del crudo mexicano.
Hasta aquí todo parece bajo control, sin embargo, como sabemos diariamente entran al país miles de barriles de combustible de contrabando llamado “huachicol fiscal”, y que hoy en día ya se estima entre el 25% y 30% de la demanda nacional.
El producto de contrabando, sólo por el considerable volumen que maneja, requiere de canales de venta bien establecidos y una logística probada y nada improvisada. Es este volumen de contrabando el que se saldrá de competencia en el mercado mexicano y Pemex tendrá que hacer frente a esta demanda adicional.
Pero para que Pemex se haga cargo de esta demanda adicional, que puede ser de hasta el 40% de sus ventas actuales, requiere de varias cosas: la primera, buenos niveles de inventarios, que actualmente se encuentra en lo más bajo desde que inicio el presente gobierno; modificar su logística actual con rapidez en términos de internación de producto vía terrestre por ferrocarril y marítima; y por último resolver con velocidad el tema contractual comercial con aquellos clientes que querrán volverse adherir, con todo lo que esto conlleva en términos de inspección y cumplimiento de las normas vigentes.
La otra opción por la que podría optar el gobierno es abrir nuevamente los permisos de importación, con la finalidad de diversificar la oferta de combustibles como en el pasado, y evitar un posible desabasto de gasolinas y diésel.
Recuerda, si tienes a tu cargo la administración de algún expendio al público o eres dueño de una o varias Estaciones de Servicio, utilizar métodos y herramientas para la actualización de precios en bomba de forma rápida, fácil y eficaz; de tal manera que no seas de los que se ven afectados en sus márgenes de ganancia por las fluctuaciones diarias de los precios de compra; el Sitio https://www.fuelpricing.com.mx te ofrece herramientas automatizadas para que determines tus precios en bomba diariamente y en segundos. Es muy fácil, los publicas y listo; sin errores y protegiendo tus márgenes de ganancia.
Los que ya lo usan actualizan sus precios en bomba diariamente y mantienen niveles justos sin comprometer sus márgenes de ganancia, mejoran sus niveles de competitividad e incrementan sus ingresos.
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Adicional a una ligera depreciación del peso frente al dólar, los precios internacionales de los combustibles registraron su mayor incremento en los últimos 8 años.
Estos incrementos tendrán una repercusión en el precio de los combustibles en México de casi 2 pesos por litro al alza en el caso de las gasolinas y de un peso por litro en el diésel; a menos que el gobierno continúe con el mecanismo de control de precios a través de la aplicación de un IEPS negativo.
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Hasta aquí todo parece bajo control, sin embargo, como sabemos diariamente entran al país miles de barriles de combustible de contrabando llamado “huachicol fiscal”, y que hoy en día ya se estima entre el 25% y 30% de la demanda nacional.
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Pero para que Pemex se haga cargo de esta demanda adicional, que puede ser de hasta el 40% de sus ventas actuales, requiere de varias cosas: la primera, buenos niveles de inventarios, que actualmente se encuentra en lo más bajo desde que inicio el presente gobierno; modificar su logística actual con rapidez en términos de internación de producto vía terrestre por ferrocarril y marítima; y por último resolver con velocidad el tema contractual comercial con aquellos clientes que querrán volverse adherir, con todo lo que esto conlleva en términos de inspección y cumplimiento de las normas vigentes.
La otra opción por la que podría optar el gobierno es abrir nuevamente los permisos de importación, con la finalidad de diversificar la oferta de combustibles como en el pasado, y evitar un posible desabasto de gasolinas y diésel.
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