Europa sigue buscando alternativas viables para no depender del gas procedente de Rusia para cubrir sus necesidades energéticas.
Rusia suministra actualmente a Europa entre el 35 y el 40% de sus necesidades de gas. La guerra de Ucrania ha puesto de manifiesto la urgente necesidad de que Europa diversifique sus fuentes de gas, así como el objetivo a largo plazo de la transición a fuentes de energía limpias.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) advierte que el próximo invierno Europa no contará con gas suficiente si se corta el suministro proveniente Rusia.
Esto nos lleva a preguntarnos, ¿es viable el plan europeo para reducir la dependencia del gas ruso? El equipo de expertos en energía de Schroders, analizó los 5 objetivos principales del plan europeo y los retos que enfrenta.
Objetivo 1: Importar 50 mil millones de metros cúbicos adicionales de GNL de fuentes alternativas
Incluso antes de la invasión de Ucrania, Europa había estado reduciendo el consumo de gas ruso e importando más GNL. El problema es que Estados Unidos no puede un ofrecer un suministro tan amplio, y Europa está compitiendo con otros países por los cargamentos de GNL importados.
Otro obstáculo es que el GNL, como su nombre indica, es líquido y para poder utilizarlo hay que volver a convertirlo en gas. Se trata de un proceso llamado “regasificación”, y Europa tiene muy poca capacidad de regasificación de GNL.
Objetivo 2: Aumentar las importaciones por gasoductos no rusos en 10 mil millones de metros cúbicos
Si el envío de más GNL no es la solución, ¿qué pasa con el aumento del suministro a través de los gasoductos existentes? Esto resultará muy difícil sin un mayor desarrollo de los yacimientos. Los yacimientos en producción están funcionando a plena capacidad en estos momentos.
Alrededor de 3.5 billones de pies cúbicos diarios proceden de Argelia, donde el operador Sonatrach tiene en construcción el proyecto de ampliación de Tinrhert.
Noruega y Reino Unido juntos abastecen actualmente a Europa con unos 15 billones de pies cúbicos diarios de producción. Pero, al igual que en Argelia, el desarrollo de los yacimientos ha sido muy limitado en los últimos años.
Objetivo 3: Reducir la demanda de gas natural en 20 mil millones metros cúbicos, aumentando la generación de energía renovable
Centrarse en las energías renovables es la solución más lógica y sostenible. Sin embargo, es una solución a largo plazo, que no proporcionará suficiente capacidad para sustituir 20 mil millones metros cúbicos de gas en 2023.
Desde el punto de vista de los costos, incluso con los recientes encarecimientos de las materias primas, la generación de energía renovable a través de la energía eólica y la solar ya es significativamente más barata que la generación de energía a partir de la CCGT (de ciclo combinado) y del carbón. Con los recientes aumentos de los precios del gas y la electricidad, el argumento de la relación de costes es incuestionable.
Sin embargo, el gasto de capital en la generación de energía renovable está muy por debajo de lo que se necesita para cumplir los objetivos planteados para 2030/2050. Lo mismo ocurre con la inversión asociada necesaria para las redes de transmisión y distribución.
Objetivo 4: Utilizar medidas de eficiencia energética para reducir la demanda en 15 mil millones metros cúbicos
Desde el punto de vista temporal, muchas industrias -sobre todo de fabricación de fertilizantes y cemento- están anunciando cierres de plantas a corto plazo debido a los elevados precios del gas. Mientras tanto, un reciente análisis de Bloomberg sugiere que una bajada de 1.75 grados Fahrenheit en el termostato podría reducir la demanda anual de Europa en el sector residencial y comercial en un 10% .
Cuando son viables, las bombas de calor son una forma eficaz de reducir el consumo total de gas. La UE quiere acelerar su adopción en los hogares, con el objetivo de que el mercado comunitario crezca en al menos 10 millones de unidades en los próximos cinco años. Calculamos que esto contribuirá a la sustitución de la demanda de gas natural en unos 1.5-2 millones de metros cúbicos. El mayor obstáculo para el consumidor residencial (y comercial) sigue siendo el coste inicial, que es más del doble que el de una caldera convencional. Esperamos que el coste relativo mejore en los próximos cinco a diez años a medida que aumenten los volúmenes.
Objetivo 5: Reponer el almacenamiento al 80% de su capacidad para noviembre
Por último, el plan incluye un objetivo para rellenar la capacidad de almacenamiento hasta el 80% el 1 de noviembre de 2022, y hasta el 90% en todos los años siguientes. Se trata de un objetivo un poco convencional, porque esencialmente estipula que los participantes en el mercado (empresas de servicios públicos/operadores de almacenamiento) deben comprar gas en el mercado a cualquier precio, durante el verano, para evitar otro pico invernal.
Actualmente, los niveles de almacenamiento de gas en Europa están en torno a un 25% por debajo de lo normal, pero por encima de los mínimos registrados en 2018.