Europa tiene poco margen para reducir su dependencia de la energía rusa a corto plazo.
Después de dos años de mercados energéticos volátiles, 2022 parecía ser un año en el que las cosas comenzarían a volver gradualmente a la normalidad. En cambio, la invasión rusa de Ucrania ha traído precios de la energía sin precedentes que tendrán un enorme impacto económico en Europa e implicaciones en todo el mundo.
A medida que los precios del gas y el carbón alcanzaron nuevos máximos históricos debido a la incertidumbre en torno a los suministros de Rusia, los precios de la electricidad y los costos de generación de energía se dispararon.
Desafortunadamente, Europa tiene poco margen para reducir su dependencia de la energía rusa a corto plazo.
Sin embargo, el estudio REPowerEU de la Unión Europea, publicado la semana pasada, brinda algunas pautas para fortalecer la seguridad energética a largo plazo de la región al diversificar el suministro de combustibles fósiles y acelerar el crecimiento de la capacidad de energía renovable.
Si bien aún no se han resuelto los detalles, es seguro que el plan implicará un desarrollo más rápido de la capacidad de energía renovable.
Los precios de la energía suben por los riesgos de suministro
A fines de 2021, las exportaciones de gas de Rusia a Europa por debajo de lo normal ya habían provocado una crisis de suministro que llevó el contrato spot TTF a un récord de 149 €/MWh.
Dado que la energía del gas es la fuente marginal de generación, los precios de la energía tuvieron un aumento similar, superando los 400 €/MWh en diciembre. Sin embargo, la entrada de GNL en Europa y las temperaturas suaves ayudaron a que los precios retrocedieran durante enero y febrero, dibujando un panorama más optimista para los próximos meses.
La perspectiva optimista duró poco, ya que la invasión rusa de Ucrania interrumpió el mercado y llevó los precios en todo el sector energético a niveles sin precedentes. Tras los primeros ataques militares en Ucrania el 24 de febrero, los precios spot del gas europeo (TTF) alcanzaron un nuevo récord de 227 €/MWh, mientras que los precios del carbón (API2) siguieron una tendencia similar hasta un máximo de 462 $/tonelada. El aumento de los costes de generación llevó el precio de la carga base alemana a un nivel impensable de 530 €/MWh.
Hasta el momento, la Unión Europea no ha impuesto ninguna sanción a las exportaciones rusas de gas, carbón o petróleo, por lo que el aumento de los precios es el resultado de una prima de riesgo más que un cambio fundamental en el mercado.
Las importaciones de gas ruso a Europa han aumentado en las últimas dos semanas y el carbón también ha seguido llegando. Los precios han retrocedido algo durante los últimos días, pero la volatilidad persiste y muestra el nerviosismo en el mercado.