La restricción de las exportaciones podría inundar temporalmente el mercado estadounidense, bajando los precios, pero las refinerías podrían responder reduciendo la producción.
Los refinadores estadounidenses intentarán convencer al Gobierno del presidente Joe Biden de que no prohíba las exportaciones de combustible estadounidense para combatir los precios récord de la gasolina durante una reunión prevista para el jueves, según fuentes conocedoras de los planes.
La Casa Blanca ha convocado una reunión de emergencia con los principales refinadores de Estados Unidos para discutir formas de reducir los precios récord de la gasolina que han llevado la inflación a máximos de 40 años.
La reunión ocurre tras semanas de enfrentamientos entre Biden y las compañías petroleras sobre quién es el culpable de las subidas de precios, que están afectando a los consumidores de todo el mundo.
En las semanas previas a la reunión, los representantes de la Casa Blanca indicaron a las refinerías que estaban considerando la posibilidad de prohibir parcial o totalmente las exportaciones de combustible para ayudar a reducir el precio nacional de la gasolina y el diésel.
Estados Unidos es el mayor exportador mundial de productos refinados y últimamente envía casi un récord de 6 millones de barriles diarios de productos que incluyen la gasolina y el diésel, según datos federales.
La restricción de las exportaciones podría inundar temporalmente el mercado estadounidense, bajando los precios, pero las refinerías podrían responder reduciendo la producción.
Los responsables de las refinerías también se están preparando para argumentar que una prohibición de las exportaciones enfadaría a los aliados y provocaría recortes en la producción de las refinerías, ya que las empresas perderían el acceso a los mercados mundiales, que se han convertido en algo crucial para sus ingresos.
“Las limitaciones o las prohibiciones totales de los productos petrolíferos no sólo tendrán el efecto contrario al deseado —subir los precios de los combustibles en lugar de bajarlos y poner en peligro la capacidad de refinado—, sino que también perjudicarán a nuestros aliados de América Latina y Europa”, declaró un portavoz de los Fabricantes Estadounidenses de Combustibles y Productos Petroquímicos.
México, Canadá y Japón se encuentran entre los principales compradores de productos refinados estadounidenses y Europa ha aumentado sus compras en las últimas semanas para compensar la pérdida de suministro ruso tras la decisión de Moscú de invadir Ucrania en febrero.
Las refinerías también sugerirán sus opciones favoritas a corto plazo para bajar los precios, como renunciar a las especificaciones de combustible de verano diseñadas para reducir el esmog, relajar las reglas de envío que requieren mano de obra sindical y aprobar la nueva tecnología de combustible renovable, dijeron las fuentes.
Biden ya pidió el miércoles al Congreso que apruebe una suspensión de tres meses de los impuestos federales sobre la gasolina y el diésel.
La Casa Blanca no respondió a las solicitudes de comentarios.
(Información de Jarrett Renshaw y Laura Sanicola Editado en español por Benjamín Mejías Valencia)
La restricción de las exportaciones podría inundar temporalmente el mercado estadounidense, bajando los precios, pero las refinerías podrían responder reduciendo la producción.
Los refinadores estadounidenses intentarán convencer al Gobierno del presidente Joe Biden de que no prohíba las exportaciones de combustible estadounidense para combatir los precios récord de la gasolina durante una reunión prevista para el jueves, según fuentes conocedoras de los planes.
La Casa Blanca ha convocado una reunión de emergencia con los principales refinadores de Estados Unidos para discutir formas de reducir los precios récord de la gasolina que han llevado la inflación a máximos de 40 años.
La reunión ocurre tras semanas de enfrentamientos entre Biden y las compañías petroleras sobre quién es el culpable de las subidas de precios, que están afectando a los consumidores de todo el mundo.
En las semanas previas a la reunión, los representantes de la Casa Blanca indicaron a las refinerías que estaban considerando la posibilidad de prohibir parcial o totalmente las exportaciones de combustible para ayudar a reducir el precio nacional de la gasolina y el diésel.
Estados Unidos es el mayor exportador mundial de productos refinados y últimamente envía casi un récord de 6 millones de barriles diarios de productos que incluyen la gasolina y el diésel, según datos federales.
La restricción de las exportaciones podría inundar temporalmente el mercado estadounidense, bajando los precios, pero las refinerías podrían responder reduciendo la producción.
Los responsables de las refinerías también se están preparando para argumentar que una prohibición de las exportaciones enfadaría a los aliados y provocaría recortes en la producción de las refinerías, ya que las empresas perderían el acceso a los mercados mundiales, que se han convertido en algo crucial para sus ingresos.
“Las limitaciones o las prohibiciones totales de los productos petrolíferos no sólo tendrán el efecto contrario al deseado —subir los precios de los combustibles en lugar de bajarlos y poner en peligro la capacidad de refinado—, sino que también perjudicarán a nuestros aliados de América Latina y Europa”, declaró un portavoz de los Fabricantes Estadounidenses de Combustibles y Productos Petroquímicos.
México, Canadá y Japón se encuentran entre los principales compradores de productos refinados estadounidenses y Europa ha aumentado sus compras en las últimas semanas para compensar la pérdida de suministro ruso tras la decisión de Moscú de invadir Ucrania en febrero.
Las refinerías también sugerirán sus opciones favoritas a corto plazo para bajar los precios, como renunciar a las especificaciones de combustible de verano diseñadas para reducir el esmog, relajar las reglas de envío que requieren mano de obra sindical y aprobar la nueva tecnología de combustible renovable, dijeron las fuentes.
Biden ya pidió el miércoles al Congreso que apruebe una suspensión de tres meses de los impuestos federales sobre la gasolina y el diésel.
La Casa Blanca no respondió a las solicitudes de comentarios.
(Información de Jarrett Renshaw y Laura Sanicola Editado en español por Benjamín Mejías Valencia)