De acuerdo con la IEA un 42% de esa capacidad se encuentra en la provincia de Xinjiang.
Los países necesitan ampliar la fabricación de paneles solares a partir de su actual base concentrada en China para garantizar el suministro y cumplir los objetivos de reducción de las emisiones de carbono, dijo el jueves la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés).
El mundo necesita duplicar su capacidad actual de producción de los “componentes clave” de los paneles solares -polisilicio, lingotes, obleas, células y módulos- de aquí a 2030, señala la IEA en un nuevo informe.
En parte, gracias a la inversión china, la tecnología solar fotovoltaica, que convierte la luz solar en electricidad, se ha convertido en la forma más barata de generar energía en muchas partes del mundo.
En 2021, China albergaba el 79% de la capacidad de fabricación de polisilicio, según la IEA. Un 42% de esa capacidad se encuentra en la provincia de Xinjiang, donde la mayor planta del país representa por sí sola el 14% de la capacidad mundial.
“Este nivel de concentración en cualquier cadena de suministro mundial representaría una vulnerabilidad considerable”, declaró a Reuters el director ejecutivo de la IEA, Fatih Birol.
Según el informe, China pronto producirá casi el 95% del polisilicio mundial y los lingotes y obleas de la cadena de valor.
“Si hay un incendio o una catástrofe natural puede tener implicaciones para la transición mundial a la energía limpia, en términos de empujar los precios hacia arriba e incluso la disponibilidad de la energía solar fotovoltaica. Pero si se diversifica y se toman las medidas necesarias, sugerimos a los Gobiernos de todo el mundo que este riesgo se abordará, tal vez incluso disminuya”, dijo Birol.
Bajo la presión de reducir la dependencia de las importaciones de gas ruso, la Unión Europea se ha comprometido a hacer “lo que sea necesario” para reconstruir la capacidad europea de fabricación de piezas para instalaciones solares.
Según el informe, los países europeos tienen el potencial de fabricar estas piezas de forma que emitan menos carbono, gracias a la elevada proporción de energía nuclear y renovable en sus mezclas energéticas.
Sin embargo, sólo Suecia tiene actualmente precios de energía industrial lo suficientemente bajos como para fabricar productos como las obleas de forma competitiva.
(Reportaje de Isla Binnie; edición de Bernadette Baum; traducción de Darío Fernández)