Mientras México paraliza grandes proyectos solares, empresas recurren a pequeñas soluciones.
Empresas en México están recurriendo cada vez más a proyectos de pequeña escala de energías renovables para reducir emisiones de carbono, y como una forma de evitar barreras regulatorias que han frenado el avance de las energías alternativas en el país y lo han enfrentado con sus socios de Norteamérica.
Empresas de energía solar y analistas de energía dijeron que están viendo un aumento sin precedentes en los proyectos solares de generación distribuida (GD), que son más pequeños y menos regulados, con un umbral en México de 500 kilovatios -suficiente para alimentar a unos 200 hogares-.
El productor de pan Grupo Bimbo y la francesa de energía Engie se encuentran entre los que están recurriendo cada vez más a la GD.
Aunque estos proyectos a menudo proporcionan sólo el 10% o el 20% de las necesidades de energía de una empresa, se ven como el “único juego” posible en este momento, según Andrés Friedman, director ejecutivo de la startup solar canadiense-mexicana Solfium.
Incluso con el explosivo crecimiento previsto de la GD, analistas dudan que sea suficiente para que México aborde con éxito su transición energética, dado que las políticas gubernamentales siguen dando prioridad a la electricidad generada con combustibles fósiles.
Pero para muchas empresas es la mejor opción, ya que los proyectos de GD no requieren un permiso de generación y tardan sólo semanas en ser aprobados, frente a los meses o años de los proyectos a escala comercial. Es probable que siga siendo así, al menos por ahora, según analistas, que no prevén cambios en la normativa sobre GD en un futuro próximo.
“Las empresas han dicho: ‘ya está, vamos a ser dueños de nuestro propio destino con la generación distribuida. Podemos hacerlo de inmediato'”, dijo Friedman, quien cuenta entre sus clientes a Engie, al fabricante industrial alemán Prettl y BTicino, del grupo Legrand.
LUCHA POR CONTROL DEL SECTOR ENERGÉTICO
México está inmerso en tensiones con Estados Unidos y Canadá, sus socios comerciales de América del Norte, por las políticas del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador para reforzar el control estatal del mercado energético.
Washington ha exigido que se entablen conversaciones con México para resolver la disputa, argumentando que las políticas son injustas para las empresas estadounidenses y que probablemente infringe un acuerdo comercial regional.
El empeño de López Obrador ha generado incertidumbre en el sector de las energías renovables, ya que al menos nueve proyectos que suman más de 1,000 megavatios (MW) de grandes desarrolladores como la alemana BayWa y la italiana Enel están paralizados a la espera de los permisos del regulador de energía, según Valentina Izquierdo, analista solar en México para Wood Mackenzie.
La española Iberdrola tiene un parque eólico de 100 MW ya construido al que se le denegó el permiso de generación.
La gran mayoría de los proyectos de generación distribuida en México se centran en paneles solares fáciles de instalar “in situ” en lugar de grandes turbinas eólicas.
“En este momento, en México, los clientes comerciales e industriales no tienen ninguna otra opción, por lo que esto ha empujado a más clientes hacia el mercado de la GD”, dijo Izquierdo.
Enlight, una empresa solar mexicana enfocada en proyectos de GD para clientes industriales, dijo que tenía algunos que consideraban aprovechar la energía renovable de fuentes más grandes, pero el clima político les hizo inclinarse por la GD como un paso más proactivo hacia sus propios compromisos de sustentabilidad.
“Hubo un crecimiento bastante grande para ese tipo de clientes, para ciertas industrias específicas que tienen metas de descarbonización muy agresivas, como la automotriz”, dijo Oscar García, director de crecimiento de Enlight, que ha trabajado con Grupo Bimbo.
Expertos del sector han calculado que las inversiones en GD en México han superado los 3,500 millones de dólares en los últimos ocho años y se esperan otros 500 millones para finales de 2022.
También hay intentos de aumentar el umbral para los proyectos de GD, que es más bajo que en países como Brasil y Colombia, con la legisladora del Partido Verde (PVEM) Nayeli Arlen Fernández presionando para duplicar la capacidad a 1.0 MW.
El plan de desarrollo eléctrico más reciente de México, para el periodo 2022/2036, retrasa siete años el compromiso del país de generar el 35% de su energía a partir de fuentes renovables para 2024. Ahora dice que eso sólo será posible en 2031.
Pero la GD sigue siendo un área importante de crecimiento de las fuentes renovables: se prevé que alcance casi 16,500 MW acumulados en 2036 en el mejor de los casos, un aumento de casi un 725%. En cambio, no incluye escenarios para proyectos solares o eólicos a escala de servicios públicos.
“Esto nos permite interpretar que podrían concederse pocos permisos para proyectos de generación de energía renovable a escala comercial”, dijo la directora en México de la consultora Acclaim Energy, María José Treviño.
(Reporte de Cassandra Garrison; editado en español por Adriana Barrera)