La mezcla mexicana cayó debido a que los inversionistas movieron su dinero debido al alza en las tasas de interés en los Estados Unidos.
La mezcla mexicana de petróleo cerró la jornada con una caída de 3.12% o 2.37 dólares frente al precio de cierre del viernes, al cotizarse en el mercado energético internacional en 73.66 dólares por barril, informó Petróleos Mexicanos (Pemex).
La mezcla mexicana de petróleo mantiene un promedio de 94.49 dólares por barril, 39.49 dólares por arriba de lo presupuestado por la Secretaría de Hacienda para 2022.
La mezcla mexicana cerró el mes de marzo con una ganancia de 6.75%, mientras que en abril cerró con una ganancia de 4.19%, en mayo con una utilidad de 11.58%, en junio cerró con una pérdida de 7.94%, en julio terminó con una pérdida de 8.63%, en agosto cayó 12.58% y en septiembre suma una caída de 14.31%.
Los precios del petróleo cayeron 2 dólares por barril el lunes, cerrando en mínimos de nueve meses tras una sesión agitada, presionados por el fortalecimiento del dólar mientras los agentes del mercado esperaban detalles sobre nuevas sanciones a Rusia.
Los futuros del crudo Brent para noviembre cayeron 2.09 dólares, o un 2.4%, a 84.06 dólares el barril, cayendo por debajo de los niveles alcanzados el 14 de enero.
El crudo estadounidense West Texas Intermediate (WTI) para entrega en noviembre cayó 2.06 dólares, o un 2.3%, a 76.71 dólares, el nivel más bajo desde el 6 de enero.
Ambos contratos habían subido al principio de la sesión, después de caer un 5% el viernes.
El índice del dólar alcanzó un máximo de dos décadas, presionando a la demanda de petróleo que se cotiza en la moneda estadounidense. El impacto de la fortaleza del dólar en los precios del petróleo es el más pronunciado en más de un año, según datos de Refinitiv Eikon.
“Es difícil que alguien espere que el petróleo se recupere tras un dólar tan caro”, dijo Bob Yawger, director de futuros de energía de Mizuho.
Las perturbaciones derivadas de la guerra entre Rusia y Ucrania también afectaron al mercado del petróleo, ya que las sanciones de la Unión Europea por las que se prohíbe el crudo ruso empezarán a aplicarse en diciembre, y el plan de los países del G7 de limitar el precio del petróleo ruso parece que va a restringir la oferta.
La subida de las tasas de interés por parte de los bancos centrales de numerosos países consumidores de petróleo ha hecho temer una desaceleración económica que podría reducir la demanda de petróleo.
“Con cada vez más bancos centrales que se ven obligados a tomar medidas extraordinarias sin importar el costo para la economía, la demanda va a sufrir un golpe que podría ayudar a reequilibrar el mercado del petróleo”, dijo Craig Erlam, analista de mercado senior de Oanda en Londres.
La atención se centra en lo que harán la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados liderados por Rusia, conocidos como OPEP+, cuando se reúnan el 5 de octubre, tras haber acordado en su anterior reunión un modesto recorte de la producción.
Sin embargo, la OPEP+ está produciendo muy por debajo de su objetivo, lo que significa que un nuevo recorte podría no tener mucho impacto en la oferta.
(Reporte adicional de Mohi Narayan en Nueva Delhi y Sonali Paul en Melbourne; editado en español por Carlos Serrano)