Pemex se ha arriesgado a enfrentar multas por infracciones por tratar de aumentar la producción de petróleo.
Presionada para aumentar su producción, la petrolera mexicana Pemex se ha arriesgado a enfrentar multas por infracciones, que han resultado en daños ambientales, en lugar de retrasar la extracción mientras soluciona problemas subyacentes, según dos fuentes de la empresa.
La decisión de la estatal de afrontar multas en lugar de hacer reparaciones representa un duro golpe a la lucha del regulador petrolero por controlar algunas prácticas de la empresa, una gigante estrechamente vinculada al Gobierno.
Durante el último año, el regulador conocido como Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) la multó cuatro veces por no cumplir con sus propios planes de desarrollo para dos campos principales, Ixachi en Veracruz y Quesqui en Tabasco, que resultaron en la quema de grandes cantidades de gas natural.
Además de un desperdicio de recursos, la quema libera gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático.
Las dos multas más recientes podrían llegar cada una a 120 millones de pesos mexicanos (6.2 millones de dólares), dijo una tercera fuente, del regulador, con conocimiento directo del asunto. Si bien son relativamente pequeñas, serían las multas individuales más altas jamás impuesta por el regulador.
No se ha informado previamente del monto de las dos nuevas multas ni de las discusiones internas sobre las mismas.
A diferencia de otros países, las multas en México no se hacen públicas hasta que se completa el proceso legal.
Pemex no respondió a solicitudes de comentarios, mientras que el regulador declinó a comentar.
Un funcionario de alto nivel de la gigante estatal dijo a Reuters que las multas por infracciones son “pequeñas” y que la empresa necesitaba acelerar la producción para cumplir con las ambiciosas metas de producción del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Pemex dijo en octubre a inversionistas que había logrado reducir el tiempo entre el descubrimiento de un campo y la producción de ocho años a un año.
La estatal ya había sido multada con más de 42 millones de pesos (dos millones de dólares) por violar sus propios planes de desarrollo para Ixachi, informó Reuters en agosto.
Reuters no pudo determinar los detalles de la primera multa para Quesqui.
Las multas son pequeñas para una empresa que tuvo ingresos de más de 87,000 millones de dólares entre enero y septiembre, impulsados por los altos precios del petróleo.
La otra fuente dijo que habían visto a ejecutivos de alto nivel de Pemex acordar en cuatro reuniones que tuvieron lugar desde principios de año que la empresa preferiría pagar las multas que hacer cambios.
La oficina de López Obrador se negó a comentar sobre las multas. En 2019 durante una visita a Ixachi, el mandatario habló sobre la urgencia de impulsar la producción petrolera.
“Si no interveníamos a tiempo, nos iba a arrastrar la caída en la producción de petróleo y nos iba a colocar en una situación de mucho riesgo. Nos iba a producir, posiblemente, una grave crisis económica y financiera”, dijo al reiterar que cuando llegó al poder le entregaron una petrolera en decadencia.
Pemex está apelando las cuatro multas, según dos fuentes del regulador. Reuters no pudo determinar cuánto tiempo tomaría resolver las violaciones o cuánto costaría.
Desde febrero, ni Pemex ni la Secretaría de Energía han respondido a reiteradas solicitudes de comentarios sobre la quema excesiva.
La voluntad de la compañía de aceptar las multas en lugar de resolver sus problemas de quema subraya dificultades estructurales en torno a la regulación de Pemex, que enfrenta un escrutinio cada vez mayor por parte de sus inversionistas cada vez más conscientes del medio ambiente.
La ley mexicana estipula que el regulador petrolero solo puede imponer multas por incumplimiento de los planes de desarrollo y no por daños ambientales. El regulador de energía y ambiente, la ASEA, cuyo jefe y miembros clave son designados por el presidente, tiene la tarea de vigilar el daño ambiental, pero históricamente no ha tomado medidas contra Pemex por quema.
La ASEA no respondió a una solicitud de comentarios.
PALABRAS VS ACCIONES
El enfoque de Pemex entra en conflicto con la retórica de los líderes mexicanos que se reunirán con sus homólogos mundiales en la cumbre COP27 de la ONU esta semana para discutir cómo las empresas de petróleo y gas deben acelerar la transición hacia una economía baja en carbono.
Recientemente, Pemex dijo que trabajaría con la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por su sigla en inglés) para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero con miras a cumplir con ambiciosos compromisos internacionales.
La compañía petrolera más endeudada del mundo, cuyas ganancias fueron saqueadas durante años para financiar el gasto público, ha luchado por revertir años de producción en declive.
En México, las multas se deciden por varios factores, incluyendo si es una infracción inicial o hay reincidencia, y el daño causado.
Las multas son bajas para evitar agotar los fondos de Pemex que podrían usarse para resolver los problemas subyacentes, dijeron las fuentes del regulador.
El gas a menudo se quema cuando llega a la superficie como subproducto de la exploración y producción de petróleo; pero en los casos de Ixachi y Quesqui el gas no es un subproducto sino uno de dos recursos clave, el otro es un condensado de mayor valor.
(1 dólar = 19.3812 pesos mexicanos)
(Reporte adicional de Adriana Barrera en Ciudad de México y Sabrina Valle en Houston; Editado por Stephen Eisenhammer y Lisa Shumaker)
Pemex se ha arriesgado a enfrentar multas por infracciones por tratar de aumentar la producción de petróleo.
Presionada para aumentar su producción, la petrolera mexicana Pemex se ha arriesgado a enfrentar multas por infracciones, que han resultado en daños ambientales, en lugar de retrasar la extracción mientras soluciona problemas subyacentes, según dos fuentes de la empresa.
La decisión de la estatal de afrontar multas en lugar de hacer reparaciones representa un duro golpe a la lucha del regulador petrolero por controlar algunas prácticas de la empresa, una gigante estrechamente vinculada al Gobierno.
Durante el último año, el regulador conocido como Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) la multó cuatro veces por no cumplir con sus propios planes de desarrollo para dos campos principales, Ixachi en Veracruz y Quesqui en Tabasco, que resultaron en la quema de grandes cantidades de gas natural.
Además de un desperdicio de recursos, la quema libera gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático.
Las dos multas más recientes podrían llegar cada una a 120 millones de pesos mexicanos (6.2 millones de dólares), dijo una tercera fuente, del regulador, con conocimiento directo del asunto. Si bien son relativamente pequeñas, serían las multas individuales más altas jamás impuesta por el regulador.
No se ha informado previamente del monto de las dos nuevas multas ni de las discusiones internas sobre las mismas.
A diferencia de otros países, las multas en México no se hacen públicas hasta que se completa el proceso legal.
Pemex no respondió a solicitudes de comentarios, mientras que el regulador declinó a comentar.
Un funcionario de alto nivel de la gigante estatal dijo a Reuters que las multas por infracciones son “pequeñas” y que la empresa necesitaba acelerar la producción para cumplir con las ambiciosas metas de producción del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Pemex dijo en octubre a inversionistas que había logrado reducir el tiempo entre el descubrimiento de un campo y la producción de ocho años a un año.
La estatal ya había sido multada con más de 42 millones de pesos (dos millones de dólares) por violar sus propios planes de desarrollo para Ixachi, informó Reuters en agosto.
Reuters no pudo determinar los detalles de la primera multa para Quesqui.
Las multas son pequeñas para una empresa que tuvo ingresos de más de 87,000 millones de dólares entre enero y septiembre, impulsados por los altos precios del petróleo.
La otra fuente dijo que habían visto a ejecutivos de alto nivel de Pemex acordar en cuatro reuniones que tuvieron lugar desde principios de año que la empresa preferiría pagar las multas que hacer cambios.
La oficina de López Obrador se negó a comentar sobre las multas. En 2019 durante una visita a Ixachi, el mandatario habló sobre la urgencia de impulsar la producción petrolera.
“Si no interveníamos a tiempo, nos iba a arrastrar la caída en la producción de petróleo y nos iba a colocar en una situación de mucho riesgo. Nos iba a producir, posiblemente, una grave crisis económica y financiera”, dijo al reiterar que cuando llegó al poder le entregaron una petrolera en decadencia.
Pemex está apelando las cuatro multas, según dos fuentes del regulador. Reuters no pudo determinar cuánto tiempo tomaría resolver las violaciones o cuánto costaría.
Desde febrero, ni Pemex ni la Secretaría de Energía han respondido a reiteradas solicitudes de comentarios sobre la quema excesiva.
La voluntad de la compañía de aceptar las multas en lugar de resolver sus problemas de quema subraya dificultades estructurales en torno a la regulación de Pemex, que enfrenta un escrutinio cada vez mayor por parte de sus inversionistas cada vez más conscientes del medio ambiente.
La ley mexicana estipula que el regulador petrolero solo puede imponer multas por incumplimiento de los planes de desarrollo y no por daños ambientales. El regulador de energía y ambiente, la ASEA, cuyo jefe y miembros clave son designados por el presidente, tiene la tarea de vigilar el daño ambiental, pero históricamente no ha tomado medidas contra Pemex por quema.
La ASEA no respondió a una solicitud de comentarios.
PALABRAS VS ACCIONES
El enfoque de Pemex entra en conflicto con la retórica de los líderes mexicanos que se reunirán con sus homólogos mundiales en la cumbre COP27 de la ONU esta semana para discutir cómo las empresas de petróleo y gas deben acelerar la transición hacia una economía baja en carbono.
Recientemente, Pemex dijo que trabajaría con la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por su sigla en inglés) para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero con miras a cumplir con ambiciosos compromisos internacionales.
La compañía petrolera más endeudada del mundo, cuyas ganancias fueron saqueadas durante años para financiar el gasto público, ha luchado por revertir años de producción en declive.
En México, las multas se deciden por varios factores, incluyendo si es una infracción inicial o hay reincidencia, y el daño causado.
Las multas son bajas para evitar agotar los fondos de Pemex que podrían usarse para resolver los problemas subyacentes, dijeron las fuentes del regulador.
El gas a menudo se quema cuando llega a la superficie como subproducto de la exploración y producción de petróleo; pero en los casos de Ixachi y Quesqui el gas no es un subproducto sino uno de dos recursos clave, el otro es un condensado de mayor valor.
(1 dólar = 19.3812 pesos mexicanos)
(Reporte adicional de Adriana Barrera en Ciudad de México y Sabrina Valle en Houston; Editado por Stephen Eisenhammer y Lisa Shumaker)