Los presidentes de Estados Unidos y México discuten integración económica, seguridad y migración.
Los presidentes de Estados Unidos y México discutieron el lunes la integración económica, la lucha contra los cárteles de la droga y la gestión de la migración irregular, en el marco de la Cumbre de Líderes de América del Norte, que se lleva a cabo en la capital mexicana, dejando fuera el tema energético.
Entrada la tarde del lunes, el líder mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y su homólogo estadounidense, Joe Biden, conversaron en privado, junto a una nutrida comitiva, en el Palacio Nacional de Ciudad de México. Posteriormente, se les unió el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.
“Estimado presidente Biden, tengo la certeza de que es usted un gobernante humanista y visionario y que hay condiciones inmejorables para iniciar una nueva política de integración económica y social en nuestro continente”, comentó López Obrador, minutos antes de la reunión privada entre ambos.
“La integración productiva que proponemos debe también contar con el respaldo de inversión pública y privada para el bienestar de todos los pueblos de América, sin excluir a nadie”, agregó el líder mexicano. “Es el momento de terminar con ese olvido, ese abandono, ese desdén hacia América Latina y el Caribe, opuesto a la política de la buena vecindad”.
López Obrador, conocido por su acrónimo AMLO, mencionó que si bien el Tratado México, Estados Unidos y Canadá (TMEC) ha demostrado ser un valioso instrumento para consolidar los procesos productivos en la región, en los puertos del océano Pacífico aún crece el arribo de barcos repletos de mercancías procedentes de Asia.
“¿No podríamos producir en América lo que consumimos? Claro que sí, es asunto de definición y de planear conjuntamente nuestro desarrollo futuro”, sostuvo AMLO.
Desde que la pandemia del coronavirus azotó las cadenas de suministro, los líderes norteamericanos han intensificado los llamados a las empresas para que trasladen negocios desde Asia para fortalecer la zona económica bajo el TMEC.
Ambos líderes también platicaron sobre profundizar los lazos económicos, incluso cuando persisten desacuerdos sobre las políticas energéticas nacionalistas de AMLO, que llevaron a Washington y Ottawa a presentar una queja comercial formal en julio.
López Obrador también generó alarma en Estados Unidos con un plan para prohibir las importaciones de maíz transgénico. México acordó retrasar la prohibición hasta 2025, pero es probable que el problema salga a la luz. Los tres socios también han estado en desacuerdo sobre las reglas de origen de los automóviles.
“Las tensiones comerciales sobre los automóviles, las normas aduaneras, el maíz transgénico y las políticas energéticas de México ya son altas y podrían agudizarse”, advirtió Jake Colvin, presidente del Consejo Nacional de Comercio Exterior con sede en Washington.
“Para crear un corredor norteamericano para superar a China, Estados Unidos, Canadá y México deben estar en la misma página económica”, agregó.
El mandatario mexicano sostiene que su política energética es un asunto de soberanía nacional, argumentando que los gobiernos anteriores sesgaron el mercado para favorecer los intereses privados.
Estados Unidos y Canadá alegan que sus empresas se han visto perjudicadas por la campaña del mandatario mexicano para dar el control del mercado a compañías estatales de energía con problemas de liquidez. La disputa ha quitado brillo a las perspectivas de inversión.
El lunes, la Casa Blanca emitió un comunicado sobre la reunión privada entre AMLO y Biden donde aseguró que ambos mandatarios reafirmaron su compromiso con el TMEC como “base de la competitividad de América del Norte y base de la prosperidad económica y el desarrollo social”.
Además, discutieron su visión compartida de una mayor integración económica para aumentar la capacidad productiva y promover el crecimiento inclusivo, incluidos los incentivos para promover la inversión en semiconductores a lo largo de la frontera.
Trudeau dijo a Reuters el viernes que argumentaría que resolver la disputa energética ayudaría a traer más capital extranjero a la nación latinoamericana y confiaba en lograr avances.
La tarde del lunes, Mary Ng, ministra canadiense de Comercio Internacional, se reunió con la secretaria de Economía mexicana, Raquel Buenrostro, y le manifestó las preocupaciones de su gobierno respecto a las reformas energéticas de México “y sus posibles efectos en las inversiones canadienses, destacando la importancia de encontrar una resolución mutuamente aceptable”.
“Además, la ministra Ng expresó su preocupación con respecto al trato de las empresas mineras canadienses en México y la necesidad de procesos transparentes para los permisos del sector minero”, agregó un comunicado del gobierno canadiense.
A fines del año pasado, Buenrostro comentó que el sector minero en México prácticamente no paga impuestos en proporción a sus ingresos totales y es una de la industrias con más corrupción relacionada con las concesiones.
La Casa Blanca, por su parte, sostuvo que Biden y AMLO destacaron las oportunidades económicas creadas por la transición de energía limpia en Norteamérica, incluidas las inversiones en energía renovable y los créditos fiscales para aumentar la producción de baterías y vehículos eléctricos.
México también ha instado a Washington a comprometer fondos para Centroamérica y el sur mexicano con los que impulsar el desarrollo y detener la migración de lo que durante mucho tiempo ha sido una región pobre y para facilitar que los inmigrantes obtengan empleos en Estados Unidos.
Sin embargo, Biden pareció adelantar su respuesta antes de la reunión privada: “Estados Unidos brinda más asistencia al exterior que cualquier otro país. Desafortunadamente, nuestra responsabilidad no termina con el hemisferio occidental (…) ojalá pudiéramos enfocarnos en sólo una región”.
La cumbre, que se celebrará hasta el miércoles en la capital mexicana, es la primera que se realiza desde fines de 2021. Biden llegó a la nación latinoamericana el domingo y, en el trayecto desde el aeropuerto hacia la capital, charló con AMLO en su vehículo blindado conocido como “la bestia”. Trudeau, por su parte, lo hizo la tarde del lunes.
(Escrito por Diego Oré)