Empresas estatales de Irán y Venezuela comenzarán en las próximas semanas una renovación de 100 días del complejo de refinación más grande de la nación sudamericana para restaurar su capacidad de destilación de crudo, dijeron cuatro fuentes cercanas al plan.
El esfuerzo de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) y la Compañía Nacional de Refinación y Distribución de Petróleo de Irán (NIORDC), de propiedad estatal, para aumentar la producción de combustibles del Centro de Refinación Paraguaná (CRP) marca un paso hacia el fin de la dependencia de Venezuela de tecnologías de refinación estadounidenses, dijeron las fuentes.
Venezuela, que tiene las reservas de crudo más grandes del mundo, ha enfrentado problemas en los últimos años para producir suficiente gasolina y diésel debido a frecuentes interrupciones y fallas, insuficiente inversión y sanciones de Estados Unidos que crean obstáculos para importar. Largas filas frente a las gasolineras son habituales desde 2020.
Teherán ha fortalecido los lazos con Caracas en los últimos años, proporcionando crudo y condensado, piezas y materias primas para la envejecida red de refinación de Venezuela, con capacidad para procesar 1.3 millones de barriles por día (bpd).
Una unidad de NIORDC firmó un contrato de 110 millones de euros con PDVSA en mayo para reparar la refinería más pequeña de Venezuela, El Palito, de 146 mil bpd y ubicada en el centro del país, un proyecto que actualmente está en marcha.
Ahora se espera que las compañías firmen en las próximas semanas un contrato propuesto de 460 millones de euros para modernizar el CRP, que tiene una capacidad instalada de 955.000 bpd, según las fuentes.
El ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Hossein Amirabdollahian, llegó a Caracas y se reunió el viernes con el ministro de Petróleo de Venezuela, Tareck El Aissami, según mensajes en la cuenta de Twitter de la embajada iraní en Caracas y el Ministerio de Petróleo de Venezuela.
La embajada no respondió a llamadas para solicitar comentarios sobre la agenda del funcionario. PDVSA, NIORDC y el Ministerio de Petróleo de Venezuela no respondieron a solicitudes de comentarios.
El proyecto de modernización de Paraguaná permitirá que NIORDC negocie con contratistas y subcontrate trabajos específicos para reparar cinco de las nueve unidades de destilación del complejo, que realizan la refinación primaria de petróleo crudo, dijeron las cuatro personas.
El CRP, integrado por las refinerías de Amuay y Cardón, está operando este mes al 25% de su capacidad aun tras el reinicio del craqueador catalítico de Amuay, clave para producir gasolinas.
Irán estará a cargo de la procura de piezas y unidades, instalación e inspección antes de devolver las operaciones de la refinería a PDVSA, dijeron dos de las personas.
La reforma prevista de las unidades de destilación combinará piezas y equipos chinos e iraníes en refinerías construidas originalmente con tecnología estadounidense, dijeron las fuentes. La integración de los componentes nuevos y antiguos no será fácil, agregaron.
Si la renovación tiene éxito, podría continuar con un proyecto de modernización más grande en 2024 y 2025, según las fuentes.
“Si las plantas de destilación no funcionan, la refinería no funciona”, dijo el experto en energía radicado en Caracas Nelson Hernández. “Es necesario someter a todas las refinerías a un programa de renovación de su infraestructura o a un mantenimiento mayor”.
UN CUARTO DE CAPACIDAD
También se planea un proyecto para restaurar el suministro de energía del deteriorado complejo como parte de la modernización, según las fuentes.
El suministro de crudo a las refinerías de Amuay y Cardón podría modificarse para elevar la producción de combustibles de motor, como lo hizo NIORDC en El Palito, donde agregó petróleo iraní a la dieta de la refinería, dijeron las personas.
Técnicos de Irán también están considerando agregar crudo mejorado del proyecto Petromonagas, una empresa mixta entre PDVSA y una compañía estatal rusa, agregó una de las personas.
“Quieren eliminar las líneas de gasolina. Eso es lo que quieren, estabilizar el suministro”, dijo otra fuente sobre los planes del gobierno de Venezuela.
El buque de carga de bandera iraní Golsan llegó a Venezuela este mes con equipos, según mostraron los datos de Refinitiv Eikon. El barco hizo una primera parada en el puerto de La Guaira, cerca de Caracas, y se dirigió luego al terminal de Jose, cerca de la refinería Puerto la Cruz en el oriente del país, según los datos.
Reuters no pudo determinar de inmediato qué descargó el buque en Jose.
TRABAJADORES IRANÍES
Técnicos iraníes han inspeccionado las refinerías venezolanas varias veces en el último año en preparación a la llegada de al menos 400 trabajadores iraníes que trabajarán junto a entre 1.000 a 1.500 empleados y contratistas locales, dijeron las fuentes.
A funcionarios venezolanos se les asignó la tarea de encontrar viviendas temporales y vehículos para los trabajadores, incluida la posibilidad de establecer un campamento cerca de Paraguaná, donde se ubica el complejo refinador, en el noroeste venezolano, dijo una de las fuentes.
Aún no se ha comunicado al personal de Paraguaná una fecha firme para la llegada de los trabajadores iraníes, según las fuentes.
Durante la remodelación de El Palito, PDVSA envió a casa a cientos de trabajadores venezolanos para abrir paso a los técnicos iraníes, lo que desencadenó protestas. Un grupo separado de contratistas que afirman que no se les ha pagado por trabajos en Paraguaná desde 2021 también protestó recientemente.
“Nos podrán criticar, que tenemos puros malos profesionales o sin experiencia”, dijo un trabajador venezolano de Paraguaná que pidió no ser identificado por temor a represalias. “Pero la verdad es que a nosotros nos toca producir en las condiciones más difíciles y aun así lo hacemos”.
PDVSA no se ha pronunciado públicamente sobre la situación y no respondió a preguntas de Reuters sobre el estado de los reclamos laborales.
(Reporte de Mircely Guanipa; Reporte adicional de Marianna Parraga en Houston, Deisy Buitrago en Caracas y Tibisay Romero en Valencia; Escrito para Marianna Parraga; editado por Aida Peláez-Fernández)
Empresas estatales de Irán y Venezuela comenzarán en las próximas semanas una renovación de 100 días del complejo de refinación más grande de la nación sudamericana para restaurar su capacidad de destilación de crudo, dijeron cuatro fuentes cercanas al plan.
El esfuerzo de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) y la Compañía Nacional de Refinación y Distribución de Petróleo de Irán (NIORDC), de propiedad estatal, para aumentar la producción de combustibles del Centro de Refinación Paraguaná (CRP) marca un paso hacia el fin de la dependencia de Venezuela de tecnologías de refinación estadounidenses, dijeron las fuentes.
Venezuela, que tiene las reservas de crudo más grandes del mundo, ha enfrentado problemas en los últimos años para producir suficiente gasolina y diésel debido a frecuentes interrupciones y fallas, insuficiente inversión y sanciones de Estados Unidos que crean obstáculos para importar. Largas filas frente a las gasolineras son habituales desde 2020.
Teherán ha fortalecido los lazos con Caracas en los últimos años, proporcionando crudo y condensado, piezas y materias primas para la envejecida red de refinación de Venezuela, con capacidad para procesar 1.3 millones de barriles por día (bpd).
Una unidad de NIORDC firmó un contrato de 110 millones de euros con PDVSA en mayo para reparar la refinería más pequeña de Venezuela, El Palito, de 146 mil bpd y ubicada en el centro del país, un proyecto que actualmente está en marcha.
Ahora se espera que las compañías firmen en las próximas semanas un contrato propuesto de 460 millones de euros para modernizar el CRP, que tiene una capacidad instalada de 955.000 bpd, según las fuentes.
El ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Hossein Amirabdollahian, llegó a Caracas y se reunió el viernes con el ministro de Petróleo de Venezuela, Tareck El Aissami, según mensajes en la cuenta de Twitter de la embajada iraní en Caracas y el Ministerio de Petróleo de Venezuela.
La embajada no respondió a llamadas para solicitar comentarios sobre la agenda del funcionario. PDVSA, NIORDC y el Ministerio de Petróleo de Venezuela no respondieron a solicitudes de comentarios.
El proyecto de modernización de Paraguaná permitirá que NIORDC negocie con contratistas y subcontrate trabajos específicos para reparar cinco de las nueve unidades de destilación del complejo, que realizan la refinación primaria de petróleo crudo, dijeron las cuatro personas.
El CRP, integrado por las refinerías de Amuay y Cardón, está operando este mes al 25% de su capacidad aun tras el reinicio del craqueador catalítico de Amuay, clave para producir gasolinas.
Irán estará a cargo de la procura de piezas y unidades, instalación e inspección antes de devolver las operaciones de la refinería a PDVSA, dijeron dos de las personas.
La reforma prevista de las unidades de destilación combinará piezas y equipos chinos e iraníes en refinerías construidas originalmente con tecnología estadounidense, dijeron las fuentes. La integración de los componentes nuevos y antiguos no será fácil, agregaron.
Si la renovación tiene éxito, podría continuar con un proyecto de modernización más grande en 2024 y 2025, según las fuentes.
“Si las plantas de destilación no funcionan, la refinería no funciona”, dijo el experto en energía radicado en Caracas Nelson Hernández. “Es necesario someter a todas las refinerías a un programa de renovación de su infraestructura o a un mantenimiento mayor”.
UN CUARTO DE CAPACIDAD
También se planea un proyecto para restaurar el suministro de energía del deteriorado complejo como parte de la modernización, según las fuentes.
El suministro de crudo a las refinerías de Amuay y Cardón podría modificarse para elevar la producción de combustibles de motor, como lo hizo NIORDC en El Palito, donde agregó petróleo iraní a la dieta de la refinería, dijeron las personas.
Técnicos de Irán también están considerando agregar crudo mejorado del proyecto Petromonagas, una empresa mixta entre PDVSA y una compañía estatal rusa, agregó una de las personas.
“Quieren eliminar las líneas de gasolina. Eso es lo que quieren, estabilizar el suministro”, dijo otra fuente sobre los planes del gobierno de Venezuela.
El buque de carga de bandera iraní Golsan llegó a Venezuela este mes con equipos, según mostraron los datos de Refinitiv Eikon. El barco hizo una primera parada en el puerto de La Guaira, cerca de Caracas, y se dirigió luego al terminal de Jose, cerca de la refinería Puerto la Cruz en el oriente del país, según los datos.
Reuters no pudo determinar de inmediato qué descargó el buque en Jose.
TRABAJADORES IRANÍES
Técnicos iraníes han inspeccionado las refinerías venezolanas varias veces en el último año en preparación a la llegada de al menos 400 trabajadores iraníes que trabajarán junto a entre 1.000 a 1.500 empleados y contratistas locales, dijeron las fuentes.
A funcionarios venezolanos se les asignó la tarea de encontrar viviendas temporales y vehículos para los trabajadores, incluida la posibilidad de establecer un campamento cerca de Paraguaná, donde se ubica el complejo refinador, en el noroeste venezolano, dijo una de las fuentes.
Aún no se ha comunicado al personal de Paraguaná una fecha firme para la llegada de los trabajadores iraníes, según las fuentes.
Durante la remodelación de El Palito, PDVSA envió a casa a cientos de trabajadores venezolanos para abrir paso a los técnicos iraníes, lo que desencadenó protestas. Un grupo separado de contratistas que afirman que no se les ha pagado por trabajos en Paraguaná desde 2021 también protestó recientemente.
“Nos podrán criticar, que tenemos puros malos profesionales o sin experiencia”, dijo un trabajador venezolano de Paraguaná que pidió no ser identificado por temor a represalias. “Pero la verdad es que a nosotros nos toca producir en las condiciones más difíciles y aun así lo hacemos”.
PDVSA no se ha pronunciado públicamente sobre la situación y no respondió a preguntas de Reuters sobre el estado de los reclamos laborales.
(Reporte de Mircely Guanipa; Reporte adicional de Marianna Parraga en Houston, Deisy Buitrago en Caracas y Tibisay Romero en Valencia; Escrito para Marianna Parraga; editado por Aida Peláez-Fernández)