El Parlamento Europeo aprobó formalmente el martes una ley que prohibirá la venta de autos nuevos de gasolina y diésel en Europa, con el objetivo de acelerar la conversión a vehículos eléctricos y combatir el calentamiento global.
La normativa exigirá que para 2035 los fabricantes de automóviles reduzcan un 100% las emisiones de CO2 de los nuevos vehículos vendidos, lo que imposibilitará la venta de los propulsados por combustibles fósiles en los 27 países del bloque.
La ley también fijará un recorte del 55% de las emisiones de CO2 para los coches nuevos vendidos a partir de 2030 respecto de las de 2021, muy por encima del objetivo actual del 37,5%.
“Los costos de funcionamiento de un vehículo eléctrico ya son inferiores a los de un vehículo con motor de combustión interna”, declaró Jan Huitema, principal negociador de la normativa en el Parlamento Europeo.
Los países de la UE llegaron a un acuerdo con los legisladores en octubre, pero todavía tienen que aprobar formalmente las normas para que puedan entrar en vigor. La sanción definitiva está prevista para marzo.
Las nuevas furgonetas deberán reducir sus emisiones de CO2 un 100% para 2035 y un 50% para 2030, en comparación con las de 2021.
Muchos fabricantes de automóviles europeos han anunciado inversiones en electrificación.
El presidente ejecutivo de Volkswagen, Thomas Schaefer, dijo el año pasado que a partir de 2033 la marca sólo producirá coches eléctricos en Europa.
Aun así, la ley de la UE se ha topado con la resistencia de algunos sectores y países cuando se propuso en julio de 2021. Como resultado, el acuerdo final incluye algunas excepciones, entre ellas que los pequeños fabricantes de automóviles puedan negociar objetivos menos estrictos hasta 2036.
La ley de CO2 forma parte de un paquete más amplio de políticas climáticas más estrictas de la UE, diseñadas para cumplir los objetivos del bloque de reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero esta década.
(Reporte de Kate Abnett Editado en español por Javier López de Lérida)