La falta de transmisión de energía eléctrica, es el elefante en la habitación mexicano y representa el amague de una estocada final a las aerolíneas mexicanas.
Expertos en energía de la firma legal Santamarina y Steta señalaron que la creciente frecuencia de apagones de electricidad en el país, se debe en gran medida a una deficiente infraestructura en líneas de transmisión, así como una parálisis en su crecimiento.
“Tan solo durante el mes de febrero, 12 estados sufrieron cortes de energía, mientras el Centro Nacional de Control de Energía del Gobierno Federal (CENACE) está señalando que corredores de transmisión en zonas como Mexicali, Guadalajara, el Istmo de Tehuantepec, el Valle de México y Monterrey operan al límite máximo de su capacidad”, dijeron Norma Álvarez y Pablo Ortiz Mena, abogados especialistas en energía, sustentabilidad e infraestructura de la firma.
A esta creciente escasez se debe sumar la imposibilidad de la Comisión Federal de Electriciad (CFE) para asegurar el fluido eléctrico a los industriales que solicitan conexión de sus centros de consumo a la red.
“Ya prevalece un clima de preocupación ante una eventual parálisis de actividades productivas que representarán pérdidas económicas enormes en diversos puntos del país. Si en sexenios pasados era apremiante la expansión y modernización de la infraestructura de transmisión, a la vista de una creciente demanda de electricidad, el panorama ahora es crítico”, señalaron.
Los expertos explicaron que la transmisión de electricidad es una actividad reservada al Estado mexicano, y ni la Secretaría de Energía (SENER) ni la CFE han desarrollado proyectos para modernizar o fortalecer la red. Por su parte, la Comisión Reguladora de Energía (CRE), bajo el argumento de que las redes de transmisión están saturadas, ha dejado de otorgar permisos de generación o de aprobar las modificaciones necesarias para que los permisos otorgados puedan seguir operando.
En medio de la escasez, el Estado mexicano canceló opciones.
“Ni picha, ni cacha ni deja batear, provocando una parálisis que está dejando al país en rezago” , afirmaron los expertos:
En 2019, la presente Administración dio un giro en relación con la posibilidad de que los privados coadyuven en el desarrollo de líneas de transmisión, obstaculizando su participación a través de procesos de licitación. Como consecuencia de lo anterior, CFE canceló la licitación para la línea de Transmisión de Corriente Directa Yautepec–Ixtepec que serviría para desahogar la energía eólica del Istmo de Tehuantepec al centro del país.
Por su parte, la SENER canceló el proyecto Interconexión del Sistema Eléctrico de Baja California, que tiene un sistema aislado del resto del país, con el Sistema Interconectado Nacional. Con inversiones estimadas conjuntas de 3,300 millones de dólares, ambas obras hubieran incorporado tecnología HDVC, que solo unas cuantas empresas en el mundo pueden desarrollar.
Según los últimos datos públicos del Centro Nacional de Conrol de Energía (CENACE), en 2021 sólo se construyeron 52 km de líneas de transmisión, representando un insignificante incremento de 0.05% del total de la red. Y de los 167 proyectos de ampliación instruidos por la SENER de 2015 a 2021, solo 6 han sido completados. Además, el país se enfrenta a la obsolescencia de la infraestructura de transmisión que se tiene.
Peor aún: en 2021,CENACE registró un máximo histórico de 87 declaratorias de estados operativos de emergencia y 2,097 de alerta, causados principalmente por falta de infraestructura y fallas en la red.
De igual forma, los especialistas mencionaron que un gran reto consistirá en seguir el esquema de las licitaciones canceladas consistente en socializar (repartir) los costos de los nuevos proyectos de transmisión entre todas las partes conectadas al sistema de transmisión, o bien, determinar si las partes que se benefician directamente de la nueva infraestructura de transmisión sean quienes deban asumir los costos, como sucede en otros mercados eléctricos. Otro gran reto será que las empresas que construyan e inviertan en la construcción de líneas de transmisión garanticen retornos sobre sus inversiones.
Tanto Norma Álvarez como Pablo Ortiz Mena concluyeron que el desarrollo de nuevas líneas de transmisión, así como la modernización de las actuales, garantizará el suministro de electricidad a las familias, comercios e industrias, beneficiará a nuestro país concretando las oportunidades de negocio del nearshoring, creando nuevas fuentes de empleo, evitando apagones de electricidad, y permitiendo, además, desahogar la generación solar y eólica en aras de cumplir con nuestros compromisos internacionales de generación limpia y reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
“En cuanto a infraestructura eléctrica, resulta necesario que vuelvan a retomarse las licitaciones para la celebración de contratos de gestión de transmisión de energía eléctrica con particulares, para que éstos lleven a cabo, por cuenta del Estado, el financiamiento, instalación, mantenimiento, gestión, operación y ampliación de la infraestructura de transmisión. Hay mucho en juego y México necesita soluciones urgentes”, concluyeron.
La falta de transmisión de energía eléctrica, es el elefante en la habitación mexicano y representa el amague de una estocada final a las aerolíneas mexicanas.
Expertos en energía de la firma legal Santamarina y Steta señalaron que la creciente frecuencia de apagones de electricidad en el país, se debe en gran medida a una deficiente infraestructura en líneas de transmisión, así como una parálisis en su crecimiento.
“Tan solo durante el mes de febrero, 12 estados sufrieron cortes de energía, mientras el Centro Nacional de Control de Energía del Gobierno Federal (CENACE) está señalando que corredores de transmisión en zonas como Mexicali, Guadalajara, el Istmo de Tehuantepec, el Valle de México y Monterrey operan al límite máximo de su capacidad”, dijeron Norma Álvarez y Pablo Ortiz Mena, abogados especialistas en energía, sustentabilidad e infraestructura de la firma.
A esta creciente escasez se debe sumar la imposibilidad de la Comisión Federal de Electriciad (CFE) para asegurar el fluido eléctrico a los industriales que solicitan conexión de sus centros de consumo a la red.
“Ya prevalece un clima de preocupación ante una eventual parálisis de actividades productivas que representarán pérdidas económicas enormes en diversos puntos del país. Si en sexenios pasados era apremiante la expansión y modernización de la infraestructura de transmisión, a la vista de una creciente demanda de electricidad, el panorama ahora es crítico”, señalaron.
Los expertos explicaron que la transmisión de electricidad es una actividad reservada al Estado mexicano, y ni la Secretaría de Energía (SENER) ni la CFE han desarrollado proyectos para modernizar o fortalecer la red. Por su parte, la Comisión Reguladora de Energía (CRE), bajo el argumento de que las redes de transmisión están saturadas, ha dejado de otorgar permisos de generación o de aprobar las modificaciones necesarias para que los permisos otorgados puedan seguir operando.
En medio de la escasez, el Estado mexicano canceló opciones.
“Ni picha, ni cacha ni deja batear, provocando una parálisis que está dejando al país en rezago” , afirmaron los expertos:
En 2019, la presente Administración dio un giro en relación con la posibilidad de que los privados coadyuven en el desarrollo de líneas de transmisión, obstaculizando su participación a través de procesos de licitación. Como consecuencia de lo anterior, CFE canceló la licitación para la línea de Transmisión de Corriente Directa Yautepec–Ixtepec que serviría para desahogar la energía eólica del Istmo de Tehuantepec al centro del país.
Por su parte, la SENER canceló el proyecto Interconexión del Sistema Eléctrico de Baja California, que tiene un sistema aislado del resto del país, con el Sistema Interconectado Nacional. Con inversiones estimadas conjuntas de 3,300 millones de dólares, ambas obras hubieran incorporado tecnología HDVC, que solo unas cuantas empresas en el mundo pueden desarrollar.
Según los últimos datos públicos del Centro Nacional de Conrol de Energía (CENACE), en 2021 sólo se construyeron 52 km de líneas de transmisión, representando un insignificante incremento de 0.05% del total de la red. Y de los 167 proyectos de ampliación instruidos por la SENER de 2015 a 2021, solo 6 han sido completados. Además, el país se enfrenta a la obsolescencia de la infraestructura de transmisión que se tiene.
Peor aún: en 2021,CENACE registró un máximo histórico de 87 declaratorias de estados operativos de emergencia y 2,097 de alerta, causados principalmente por falta de infraestructura y fallas en la red.
De igual forma, los especialistas mencionaron que un gran reto consistirá en seguir el esquema de las licitaciones canceladas consistente en socializar (repartir) los costos de los nuevos proyectos de transmisión entre todas las partes conectadas al sistema de transmisión, o bien, determinar si las partes que se benefician directamente de la nueva infraestructura de transmisión sean quienes deban asumir los costos, como sucede en otros mercados eléctricos. Otro gran reto será que las empresas que construyan e inviertan en la construcción de líneas de transmisión garanticen retornos sobre sus inversiones.
Tanto Norma Álvarez como Pablo Ortiz Mena concluyeron que el desarrollo de nuevas líneas de transmisión, así como la modernización de las actuales, garantizará el suministro de electricidad a las familias, comercios e industrias, beneficiará a nuestro país concretando las oportunidades de negocio del nearshoring, creando nuevas fuentes de empleo, evitando apagones de electricidad, y permitiendo, además, desahogar la generación solar y eólica en aras de cumplir con nuestros compromisos internacionales de generación limpia y reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
“En cuanto a infraestructura eléctrica, resulta necesario que vuelvan a retomarse las licitaciones para la celebración de contratos de gestión de transmisión de energía eléctrica con particulares, para que éstos lleven a cabo, por cuenta del Estado, el financiamiento, instalación, mantenimiento, gestión, operación y ampliación de la infraestructura de transmisión. Hay mucho en juego y México necesita soluciones urgentes”, concluyeron.