La Amcham considera que no se cuenta con la suficiente certeza para que las empresas privadas ejerzan sus capitales en el sector energético.
La American Chamber of Commerce (Amcham) dijo que a pesar de que el T-MEC ofrece mecanismos de protección de inversiones, México no cuenta con la suficiente certeza para que las empresas privadas ejerzan sus capitales en el sector energético.
“La energía es un componente fundamental de las economías de México y Estados Unidos. Es responsable de la generación de ingresos para el país, motor de innovación, creación de millones de empleos calificados y hoy más que nunca, elemento esencial para capturar la gran oportunidad de reubicación de cadenas productivas para Norteamérica”, considera la asociación.
La AmCham considera que a tres años de entrar en vigor, es indispensable soportar la seguridad energética de la región en el andamiaje del TMEC para la prosperidad e integración comercial de los tres socios.
Aun cuando el TMEC contiene mejores condiciones de inversión en el sector energético que aquellas contenidas en el TLCAN como los mecanismos de protección de inversiones, a tres años de su entrada en vigor aún existen factores que requieren resolverse para alentar la inversión en el sector energético, entre ellos, certeza regulatoria para la inversión privada en todo el sector energético y condiciones equitativas para la competencia entre el sector privado y las empresas estatales, así como una política que impulse la colaboración público privada para el desarrollo de la infraestructura energética necesaria en la región.
La asociación considera que es necesario contar con un suministro de energía confiable y a precios competitivos a lo largo de Norteamérica es clave para poder capitalizar la oportunidad de reubicación de cadenas productivas.
“Este potencial puede ser aprovechado por la iniciativa privada de los tres socios del Tratado, en tanto exista la estabilidad regulatoria que genere la certidumbre de largo plazo que requieren los proyectos de inversión en el sector energético”.
La AmCham considera que la integración energética en Norteamérica es un proceso crítico para crear las condiciones necesarias para la atracción de cadenas productivas hacia Norteamérica, prepararse para el futuro de los mercados energéticos regionales, dar una ventaja competitiva sobre otras regiones también integradas y brindar seguridad energética en la región.
“La integración energética de Norteamérica permitirá ampliar el tamaño de los mercados energéticos, crea economías de escala para atraer inversiones privadas, reduce los costos de capital y los de energía para los consumidores”.
Entre las oportunidades que favorece el TMEC destacan: impulsar con grandes inversiones, una red de transmisión transfronteriza para transportar electricidad y gas natural al sur del país; consolidar a México como proveedor de energía solar fotovoltaica para Norteamérica, todo esto con miras a sentar las bases necesarias para capturar la oportunidad la reubicación de cadenas productivas en la región.
La Amcham considera que no se cuenta con la suficiente certeza para que las empresas privadas ejerzan sus capitales en el sector energético.
La American Chamber of Commerce (Amcham) dijo que a pesar de que el T-MEC ofrece mecanismos de protección de inversiones, México no cuenta con la suficiente certeza para que las empresas privadas ejerzan sus capitales en el sector energético.
“La energía es un componente fundamental de las economías de México y Estados Unidos. Es responsable de la generación de ingresos para el país, motor de innovación, creación de millones de empleos calificados y hoy más que nunca, elemento esencial para capturar la gran oportunidad de reubicación de cadenas productivas para Norteamérica”, considera la asociación.
La AmCham considera que a tres años de entrar en vigor, es indispensable soportar la seguridad energética de la región en el andamiaje del TMEC para la prosperidad e integración comercial de los tres socios.
Aun cuando el TMEC contiene mejores condiciones de inversión en el sector energético que aquellas contenidas en el TLCAN como los mecanismos de protección de inversiones, a tres años de su entrada en vigor aún existen factores que requieren resolverse para alentar la inversión en el sector energético, entre ellos, certeza regulatoria para la inversión privada en todo el sector energético y condiciones equitativas para la competencia entre el sector privado y las empresas estatales, así como una política que impulse la colaboración público privada para el desarrollo de la infraestructura energética necesaria en la región.
La asociación considera que es necesario contar con un suministro de energía confiable y a precios competitivos a lo largo de Norteamérica es clave para poder capitalizar la oportunidad de reubicación de cadenas productivas.
“Este potencial puede ser aprovechado por la iniciativa privada de los tres socios del Tratado, en tanto exista la estabilidad regulatoria que genere la certidumbre de largo plazo que requieren los proyectos de inversión en el sector energético”.
La AmCham considera que la integración energética en Norteamérica es un proceso crítico para crear las condiciones necesarias para la atracción de cadenas productivas hacia Norteamérica, prepararse para el futuro de los mercados energéticos regionales, dar una ventaja competitiva sobre otras regiones también integradas y brindar seguridad energética en la región.
“La integración energética de Norteamérica permitirá ampliar el tamaño de los mercados energéticos, crea economías de escala para atraer inversiones privadas, reduce los costos de capital y los de energía para los consumidores”.
Entre las oportunidades que favorece el TMEC destacan: impulsar con grandes inversiones, una red de transmisión transfronteriza para transportar electricidad y gas natural al sur del país; consolidar a México como proveedor de energía solar fotovoltaica para Norteamérica, todo esto con miras a sentar las bases necesarias para capturar la oportunidad la reubicación de cadenas productivas en la región.