Shell se compromete a reducir a la mitad sus emisiones para 2030, invirtiendo 10 a 15 mil millones de dólares en soluciones energéticas de bajo carbono.
Shell continúa su compromiso para reducir a la mitad las emisiones de sus operaciones (Alcance 1 y 2) para 2030, en comparación con las cifras de 2016, habiendo ya logrado más del 60% de este objetivo a finales de 2023. Además, Shell ha disminuido la intensidad de carbono neta de los productos energéticos que comercializa en un 6.3% respecto a 2016, marcando el tercer año consecutivo en alcanzar su meta.
En su primer informe de actualización sobre la transición energética desde el lanzamiento de su estrategia Powering Progress en 2021, Shell destaca cómo su enfoque no solo genera más valor, sino también menos emisiones, alineándose con el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1.5°C sobre los niveles preindustriales. La estrategia de Shell busca una transición equilibrada y ordenada hacia soluciones energéticas de bajo carbono, manteniendo al mismo tiempo la seguridad y asequibilidad de los suministros energéticos.
Wael Sawan, CEO de Shell, enfatiza el papel crucial de Shell en proporcionar la energía requerida hoy y en el futuro con sistemas energéticos de bajo carbono. La empresa planea invertir entre 10 y 15 mil millones de dólares en soluciones energéticas de bajo carbono entre 2023 y finales de 2025, consolidando su posición como un inversor significativo en la transición energética.
Shell se ha enfocado en reducir las emisiones de metano, logrando una intensidad de emisiones de metano de 0.05% en 2023, y ha participado en el Fondo Global de Reducción de Quema y Metano del Banco Mundial. Con el objetivo de liderar la transición energética en sectores donde Shell tiene fortalezas competitivas y existe una demanda clara de los clientes, la compañía ha establecido una nueva meta para reducir las emisiones de los clientes derivadas del uso de sus productos petrolíferos en un 15 a 20% para 2030 en comparación con 2021.
Para impulsar la descarbonización del sector del transporte, Shell se enfocará en mercados seleccionados y segmentos estratégicos, anticipando un crecimiento más moderado de las ventas de energía hacia 2030. Esto ha llevado a actualizar su objetivo de intensidad de carbono neta a una reducción del 15 a 20% para 2030, en comparación con 2016.
Shell continuará informando transparentemente su progreso anualmente, invirtiendo significativamente en soluciones de energía baja en carbono, incluyendo la carga de vehículos eléctricos, biocombustibles, energía renovable, hidrógeno y captura y almacenamiento de carbono. Estas inversiones buscan escalar nuevas tecnologías para hacerlas una opción asequible para los clientes, enfocando su incidencia en políticas que apoyen las ambiciones netas cero nacionales, incluyendo la fijación de precios del carbono.