La deuda de Pemex con proveedores crece, poniendo en riesgo a PyMEs y empleos, con pagos que solo cubren el 8% de las facturas pendientes.
Las deudas que acumula la petrolera nacional con empresas proveedoras nacional e internacionales ya hicieron crisis y amenaza la producción de petróleo y el suministro de petrolíferos en el territorio nacional.
El incremento de la deuda de Petróleos Mexicanos (Pemex) con sus proveedores es un tema de creciente preocupación, especialmente por las repercusiones que tiene sobre las empresas y el empleo en el sector energético. Javier Bello Ávila, presidente de Contraloría Ciudadana de Carmen, A.C., ha destacado que la situación es alarmante debido a los largos periodos de prórroga que Pemex está imponiendo para saldar sus cuentas, lo que pone en riesgo a numerosas pequeñas y medianas empresas (PyMEs) que dependen de estos pagos para sostener sus operaciones.
En los últimos meses, Pemex ha realizado pagos que cubren solo un pequeño porcentaje de las facturas pendientes, con un estimado del 8% del total adeudado, que mayormente corresponden a servicios prestados en septiembre y octubre de 2023. Este nivel de pago es considerablemente bajo en relación con la magnitud de la deuda que la empresa tiene con sus proveedores.
Esta situación ha llevado a un incremento significativo en la deuda total de Pemex. Al finalizar 2023, la deuda a proveedores había aumentado un 17%, alcanzando los 163 millones de pesos. Aunque Pemex pagó 382 mil 894 millones de pesos en deudas durante 2023, todavía quedaba un saldo pendiente de 62 mil 337 millones de pesos.
Para marzo de 2024, la situación no mostró mejoras sustanciales. A pesar de haber pagado 100 mil 546 millones de pesos, la empresa aún tenía deudas reconocidas por un valor de 123 mil 082 millones de pesos. Además, se reportaron trabajos realizados por proveedores y contratistas que aún estaban pendientes de facturación, sumando aproximadamente 325 millones 719 mil pesos.
Otro dato preocupante es la variabilidad en los pagos. Mientras que en octubre de 2023 los trabajos pendientes de recibir facturas ascendían a 739 millones de pesos, para febrero de 2024 esta cifra se redujo a 325 millones, lo que implica una disminución del 56.02%. Sin embargo, la deuda de la empresa productiva del estado aumentó más del 30% de un mes a otro, lo que refleja una gestión de pagos inconsistente y potencialmente insostenible.
El crecimiento continuo de la deuda de Pemex indica que la empresa está pagando menos de lo que consume en servicios, lo que Bello Ávila describe como una posible “bola de nieve” de problemas económicos para la empresa productiva del estado. Este escenario resalta la dificultad económica por la que atraviesa Pemex, lo cual podría tener repercusiones aún más severas si no se encuentran soluciones a corto plazo.
Esta deuda creciente no solo afecta la operatividad de Pemex, sino que también tiene un impacto directo en la viabilidad de las empresas proveedoras. Las PyMEs, en particular, enfrentan desafíos significativos debido a la falta de flujo de efectivo, lo cual podría resultar en el cierre de estas empresas y en la pérdida de empleos, exacerbando así los problemas económicos en el sector energético.
El caso de Pemex es un claro ejemplo de cómo la gestión de deudas en grandes corporativos puede tener un efecto dominó en toda una cadena de suministro, afectando no solo a las empresas involucradas sino también a la economía más amplia. La situación requiere atención inmediata no solo para asegurar la salud financiera de la petrolera nacional, sino también para proteger a las empresas más pequeñas que dependen de ella y preservar los empleos en el sector.
La deuda de Pemex con proveedores crece, poniendo en riesgo a PyMEs y empleos, con pagos que solo cubren el 8% de las facturas pendientes.
Las deudas que acumula la petrolera nacional con empresas proveedoras nacional e internacionales ya hicieron crisis y amenaza la producción de petróleo y el suministro de petrolíferos en el territorio nacional.
El incremento de la deuda de Petróleos Mexicanos (Pemex) con sus proveedores es un tema de creciente preocupación, especialmente por las repercusiones que tiene sobre las empresas y el empleo en el sector energético. Javier Bello Ávila, presidente de Contraloría Ciudadana de Carmen, A.C., ha destacado que la situación es alarmante debido a los largos periodos de prórroga que Pemex está imponiendo para saldar sus cuentas, lo que pone en riesgo a numerosas pequeñas y medianas empresas (PyMEs) que dependen de estos pagos para sostener sus operaciones.
En los últimos meses, Pemex ha realizado pagos que cubren solo un pequeño porcentaje de las facturas pendientes, con un estimado del 8% del total adeudado, que mayormente corresponden a servicios prestados en septiembre y octubre de 2023. Este nivel de pago es considerablemente bajo en relación con la magnitud de la deuda que la empresa tiene con sus proveedores.
Esta situación ha llevado a un incremento significativo en la deuda total de Pemex. Al finalizar 2023, la deuda a proveedores había aumentado un 17%, alcanzando los 163 millones de pesos. Aunque Pemex pagó 382 mil 894 millones de pesos en deudas durante 2023, todavía quedaba un saldo pendiente de 62 mil 337 millones de pesos.
Para marzo de 2024, la situación no mostró mejoras sustanciales. A pesar de haber pagado 100 mil 546 millones de pesos, la empresa aún tenía deudas reconocidas por un valor de 123 mil 082 millones de pesos. Además, se reportaron trabajos realizados por proveedores y contratistas que aún estaban pendientes de facturación, sumando aproximadamente 325 millones 719 mil pesos.
Otro dato preocupante es la variabilidad en los pagos. Mientras que en octubre de 2023 los trabajos pendientes de recibir facturas ascendían a 739 millones de pesos, para febrero de 2024 esta cifra se redujo a 325 millones, lo que implica una disminución del 56.02%. Sin embargo, la deuda de la empresa productiva del estado aumentó más del 30% de un mes a otro, lo que refleja una gestión de pagos inconsistente y potencialmente insostenible.
El crecimiento continuo de la deuda de Pemex indica que la empresa está pagando menos de lo que consume en servicios, lo que Bello Ávila describe como una posible “bola de nieve” de problemas económicos para la empresa productiva del estado. Este escenario resalta la dificultad económica por la que atraviesa Pemex, lo cual podría tener repercusiones aún más severas si no se encuentran soluciones a corto plazo.
Esta deuda creciente no solo afecta la operatividad de Pemex, sino que también tiene un impacto directo en la viabilidad de las empresas proveedoras. Las PyMEs, en particular, enfrentan desafíos significativos debido a la falta de flujo de efectivo, lo cual podría resultar en el cierre de estas empresas y en la pérdida de empleos, exacerbando así los problemas económicos en el sector energético.
El caso de Pemex es un claro ejemplo de cómo la gestión de deudas en grandes corporativos puede tener un efecto dominó en toda una cadena de suministro, afectando no solo a las empresas involucradas sino también a la economía más amplia. La situación requiere atención inmediata no solo para asegurar la salud financiera de la petrolera nacional, sino también para proteger a las empresas más pequeñas que dependen de ella y preservar los empleos en el sector.