La AIE reporta una desaceleración en la demanda mundial de petróleo, con China perdiendo preeminencia, mientras la oferta global sigue aumentando, liderada por Estados Unidos.
La demanda mundial de petróleo sigue desacelerándose, con un crecimiento de solo 710 mil barriles por día en el segundo trimestre de 2024, el aumento trimestral más lento desde el cuarto trimestre de 2022, según el boletín mensual de julio de la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
Este descenso se debe en gran medida a la contracción del consumo chino, ya que la recuperación pospandémica del país ha perdido impulso.
La AIE prevé que las ganancias globales de demanda promedien menos de 1 millón de barriles por día en 2024 y 2025, debido a un débil crecimiento económico, mayores eficiencias y la electrificación de vehículos. La preeminencia de China en la demanda mundial de petróleo está disminuyendo, pasando de representar el 70% de los aumentos en 2023 a alrededor del 40% en 2024 y 2025.
El suministro mundial de petróleo aumentó 150 mil barriles, alcanzando 102.9 millones de barriles en junio, debido a la reducción del mantenimiento de los yacimientos y al incremento de los biocombustibles, que compensaron una significativa caída en los flujos de Arabia Saudí. La producción del segundo trimestre de 2024 fue 910 mil barriles más alta en comparación con el primer trimestre. Se espera un crecimiento adicional de 770 mil barriles en el tercer trimestre, con 600 mil barriles provenientes de países no pertenecientes a la OPEP+.
La débil demanda y los bajos márgenes presionaron el procesamiento de crudo en China y Europa en mayo. En junio, los márgenes en la cuenca atlántica disminuyeron, alcanzando mínimos de varios años, aunque en Asia rebotaron modestamente debido a los recortes de producción.
Los precios del petróleo crudo se recuperaron de sus mínimos de seis meses en junio, con los futuros del Brent subiendo 5 dólares por barril hasta alcanzar los 86 dólares. Esta recuperación fue impulsada por la caída de las existencias de crudo, las posiciones cortas de los inversores y las tensiones geopolíticas renovadas en Oriente Medio