Moody’s conserva la calificación de inversión para México, aunque advierte sobre deterioro fiscal, débil crecimiento y presión por el apoyo a Pemex.
A pesar de la reforma judicial y otros cambios estructurales recientes, Moody’s mantiene la calificación crediticia de México en “Baa2” con perspectiva estable. Sin embargo, la agencia de calificación expresa preocupaciones por el deterioro fiscal del país, la debilidad del crecimiento económico y la presión que representa el apoyo financiero a Pemex.
Durante el evento anual “Moody’s Inside Latam México”, Renzo Merino, analista soberano para México, señaló que es poco probable una rebaja en la calificación del país a menos que ocurra un choque económico significativo que afecte el perfil crediticio, como ocurrió durante la pandemia.
Merino añadió que para que México pierda su grado de inversión, se necesitaría un deterioro institucional mayor y que las perspectivas macroeconómicas sean más débiles de lo esperado. La preocupación surge de la falta de materialización de inversiones y proyectos anunciados, a pesar del impulso inicial que se esperaba con la llegada de empresas extranjeras bajo la tendencia del nearshoring.
Hace un año, las expectativas para el crecimiento económico de México eran positivas, ya que el nearshoring se veía como una oportunidad para aumentar la inversión extranjera y el desarrollo económico del país. Sin embargo, muchos de estos anuncios no se han traducido en inversiones reales, y se han incrementado las preocupaciones en el ámbito político tras las elecciones presidenciales y los posibles cambios de la próxima administración.
Merino destacó que en junio de este año, se esperaba que México “desafiaría su historia” de bajo crecimiento en años electorales, y se proyectaba una tasa de crecimiento entre 2.5% y 3% en los próximos años. Sin embargo, las perspectivas económicas ahora son más inciertas debido al escenario político y fiscal actual.
Moody’s conserva la calificación de inversión para México, aunque advierte sobre deterioro fiscal, débil crecimiento y presión por el apoyo a Pemex.
A pesar de la reforma judicial y otros cambios estructurales recientes, Moody’s mantiene la calificación crediticia de México en “Baa2” con perspectiva estable. Sin embargo, la agencia de calificación expresa preocupaciones por el deterioro fiscal del país, la debilidad del crecimiento económico y la presión que representa el apoyo financiero a Pemex.
Durante el evento anual “Moody’s Inside Latam México”, Renzo Merino, analista soberano para México, señaló que es poco probable una rebaja en la calificación del país a menos que ocurra un choque económico significativo que afecte el perfil crediticio, como ocurrió durante la pandemia.
Merino añadió que para que México pierda su grado de inversión, se necesitaría un deterioro institucional mayor y que las perspectivas macroeconómicas sean más débiles de lo esperado. La preocupación surge de la falta de materialización de inversiones y proyectos anunciados, a pesar del impulso inicial que se esperaba con la llegada de empresas extranjeras bajo la tendencia del nearshoring.
Hace un año, las expectativas para el crecimiento económico de México eran positivas, ya que el nearshoring se veía como una oportunidad para aumentar la inversión extranjera y el desarrollo económico del país. Sin embargo, muchos de estos anuncios no se han traducido en inversiones reales, y se han incrementado las preocupaciones en el ámbito político tras las elecciones presidenciales y los posibles cambios de la próxima administración.
Merino destacó que en junio de este año, se esperaba que México “desafiaría su historia” de bajo crecimiento en años electorales, y se proyectaba una tasa de crecimiento entre 2.5% y 3% en los próximos años. Sin embargo, las perspectivas económicas ahora son más inciertas debido al escenario político y fiscal actual.