El CEESP advierte que la centralización de CFE y Pemex tras la reforma constitucional desincentiva inversiones privadas, limitando competitividad en un contexto favorable para el nearshoring.
El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) ha alertado sobre el impacto negativo de la falta de órganos autónomos en el sector energético de México tras la reciente reforma constitucional.
La modificación coloca a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (Pemex) bajo mayor control del gobierno federal, lo que genera incertidumbre para inversionistas nacionales y extranjeros.
De acuerdo con el CEESP, el presupuesto federal 2025 asignará el 54% de los recursos energéticos a la CFE y el 46% a Pemex, reflejando un enorme compromiso financiero por parte del gobierno. Sin embargo, estas políticas centralizadas, acompañadas de una dependencia fiscal creciente, dificultan la entrada de capital privado.
La falta de independencia en la gestión de estas empresas públicas podría comprometer su eficiencia operativa y su competitividad, dificultando su modernización.
El sector energético mexicano, estratégico en un momento clave de nearshoring, podría desaprovechar oportunidades ante la desconfianza generada por la incertidumbre regulatoria. México se encuentra en una posición privilegiada para atraer inversiones industriales y energéticas debido a su proximidad con Estados Unidos y al contexto global de reorganización de cadenas de suministro.
No obstante, la centralización y las políticas actuales podrían limitar esta ventaja.
El CEESP destacó que garantizar la autonomía y un marco regulatorio estable para CFE y Pemex es esencial para fomentar un entorno competitivo y atraer inversiones, tanto en energías renovables como en hidrocarburos, fundamentales para el desarrollo económico del país.
El CEESP advierte que la centralización de CFE y Pemex tras la reforma constitucional desincentiva inversiones privadas, limitando competitividad en un contexto favorable para el nearshoring.
El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) ha alertado sobre el impacto negativo de la falta de órganos autónomos en el sector energético de México tras la reciente reforma constitucional.
La modificación coloca a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (Pemex) bajo mayor control del gobierno federal, lo que genera incertidumbre para inversionistas nacionales y extranjeros.
De acuerdo con el CEESP, el presupuesto federal 2025 asignará el 54% de los recursos energéticos a la CFE y el 46% a Pemex, reflejando un enorme compromiso financiero por parte del gobierno. Sin embargo, estas políticas centralizadas, acompañadas de una dependencia fiscal creciente, dificultan la entrada de capital privado.
La falta de independencia en la gestión de estas empresas públicas podría comprometer su eficiencia operativa y su competitividad, dificultando su modernización.
El sector energético mexicano, estratégico en un momento clave de nearshoring, podría desaprovechar oportunidades ante la desconfianza generada por la incertidumbre regulatoria. México se encuentra en una posición privilegiada para atraer inversiones industriales y energéticas debido a su proximidad con Estados Unidos y al contexto global de reorganización de cadenas de suministro.
No obstante, la centralización y las políticas actuales podrían limitar esta ventaja.
El CEESP destacó que garantizar la autonomía y un marco regulatorio estable para CFE y Pemex es esencial para fomentar un entorno competitivo y atraer inversiones, tanto en energías renovables como en hidrocarburos, fundamentales para el desarrollo económico del país.