Con una deuda histórica y pérdidas millonarias, expertos proponen que Pemex adopte un modelo como Petrobras, compartiendo riesgos con inversión privada para optimizar operaciones.
Petróleos Mexicanos (Pemex) enfrenta una situación financiera crítica. Al cierre del tercer trimestre de 2024, su deuda financiera ascendió a 1.91 billones de pesos, mientras que registró pérdidas netas de 430 mil millones de pesos.
Además, la empresa estatal arrastra una deuda de 600 mil millones de pesos con proveedores y contratistas, lo que ha generado inactividad operativa en varios frentes.
Schreiner Parker, vicepresidente senior de Rystad Energy, analizó el panorama y sugirió que Pemex podría beneficiarse de adoptar un modelo como el de Petrobras, la estatal brasileña.
Petrobras ha logrado operar eficientemente al permitir la participación de empresas privadas, compartiendo riesgos y capital, gracias a la apertura del mercado energético brasileño. Este enfoque ha optimizado las operaciones de la empresa sin que el gobierno pierda control estratégico.
En contraste, México revirtió su apertura del sector energético tras las reformas de 2013, cerrando nuevamente la exploración y producción a la inversión privada durante la administración pasada. Este cambio ha limitado las capacidades operativas y financieras de Pemex, según expertos.
La posibilidad de que México retome una política de apertura en el sector energético dependerá de las decisiones de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien asumió el cargo en 2024. Sin embargo, Parker destacó la incertidumbre sobre si la actual administración optará por una mayor inclusión del sector privado o continuará con un modelo cerrado.
El futuro de Pemex y su capacidad para superar la crisis financiera dependerá en gran medida de su estrategia para manejar la deuda y atraer inversiones. Una política más abierta podría ser clave para garantizar su viabilidad a largo plazo.
Con una deuda histórica y pérdidas millonarias, expertos proponen que Pemex adopte un modelo como Petrobras, compartiendo riesgos con inversión privada para optimizar operaciones.
Petróleos Mexicanos (Pemex) enfrenta una situación financiera crítica. Al cierre del tercer trimestre de 2024, su deuda financiera ascendió a 1.91 billones de pesos, mientras que registró pérdidas netas de 430 mil millones de pesos.
Además, la empresa estatal arrastra una deuda de 600 mil millones de pesos con proveedores y contratistas, lo que ha generado inactividad operativa en varios frentes.
Schreiner Parker, vicepresidente senior de Rystad Energy, analizó el panorama y sugirió que Pemex podría beneficiarse de adoptar un modelo como el de Petrobras, la estatal brasileña.
Petrobras ha logrado operar eficientemente al permitir la participación de empresas privadas, compartiendo riesgos y capital, gracias a la apertura del mercado energético brasileño. Este enfoque ha optimizado las operaciones de la empresa sin que el gobierno pierda control estratégico.
En contraste, México revirtió su apertura del sector energético tras las reformas de 2013, cerrando nuevamente la exploración y producción a la inversión privada durante la administración pasada. Este cambio ha limitado las capacidades operativas y financieras de Pemex, según expertos.
La posibilidad de que México retome una política de apertura en el sector energético dependerá de las decisiones de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien asumió el cargo en 2024. Sin embargo, Parker destacó la incertidumbre sobre si la actual administración optará por una mayor inclusión del sector privado o continuará con un modelo cerrado.
El futuro de Pemex y su capacidad para superar la crisis financiera dependerá en gran medida de su estrategia para manejar la deuda y atraer inversiones. Una política más abierta podría ser clave para garantizar su viabilidad a largo plazo.