Trump declara Emergencia Energética en Estados Unidos, priorizando inversión en infraestructura, aceleración de permisos y producción de etanol para reforzar la seguridad energética nacional.
El presidente Trump firmó una Orden Ejecutiva declarando una Emergencia Energética Nacional en Estados Unidos, lo que marca un enfoque prioritario en el desarrollo energético.
Según Barclays, esta medida podría impulsar la inversión en infraestructura, especialmente en gas natural licuado (GNL), y agilizar los procesos de concesión de permisos para proyectos energéticos.
La orden considera que las capacidades actuales de identificación, producción y transporte de recursos energéticos y minerales críticos son insuficientes para satisfacer las necesidades nacionales. En su definición, incluye una amplia gama de fuentes como petróleo crudo, gas natural, uranio y biocombustibles, mientras que excluye en gran medida las energías renovables intermitentes.
Un aspecto destacado es la urgencia que transmite la orden, exigiendo respuestas regulatorias rápidas, como las consultas de emergencia relacionadas con la Ley de Especies en Peligro de Extinción, que deben resolverse en un plazo de 30 días. Esto evidencia la intención de la administración de eliminar trabas burocráticas y acelerar proyectos energéticos.
La orden también abre la posibilidad de emitir exenciones de combustible para permitir la venta de gasolina E15 durante todo el año, lo que podría aumentar la demanda de etanol de producción local. Aunque el E15 es más económico, plantea dudas sobre el rendimiento del combustible y la infraestructura necesaria para su distribución.
Además, la orden instruye a las agencias a priorizar la finalización de proyectos energéticos ya aprobados y presupuestados, reafirmando el compromiso de avanzar en infraestructura crítica. Esta acción refuerza la estrategia energética de Estados Unidos, centrada en la autosuficiencia y la seguridad energética.