El secretario de la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales, diputado Fernando Rubio Quiroz (PRD), indicó que el petróleo ya no puede sostener más la economía, crecimiento y subsistencia nacional, pues ya no representa un futuro viable, pese a los muchos beneficios que dio en el pasado, razón por la cual urgió a transitar hacia fuentes de energía renovables.
Al inaugurar el foro “Frente para la Transición Energética y la Sustentabiliad en México”, consideró que ante los retos que el país enfrenta en temas de sustentabilidad, los jóvenes deben sentar las bases para impulsar un desarrollo sostenible y garantizar el derecho a un medio ambiente sano a las futuras generaciones.
“Más allá de las implicaciones negativas para el ecosistema, el petróleo ya no puede continuar como eje principal de la energía nacional. Cifras oficiales refieren que las reservas petroleras alcanzan sólo para los próximos doce años, lo cual es muy desalentador, debido a que México funciona con una matriz energética petrolizada”.
Afirmó que se padece atraso en la utilización de energías sustentables, no por falta de especialistas ni investigadores, sino de voluntad política. El resultado es que hoy existe un debate importante sobre cambio climático y sus efectos en nuestro planeta.
Las consecuencias de ese fenómeno, continuó, “sólo se pueden evitar manteniendo intactas, en los próximos 40 años, una tercera parte de las reservas actuales de petróleo, la mitad de las de gas y más del 80 por ciento de las reservas de carbón. Por ello, es necesario encontrar otra forma de producir energía y mantener la industria”.
Explicó que la extracción de crudo dañó el medio ambiente, pero “también a nosotros por no diversificar la economía”. Las ciudades se hicieron lugares de migrantes en busca de empleos, lo que generó un grave descontrol, que se convirtieron en desastres ecológicos urbanos, y crecimiento demográfico desmedido.
“Es indispensable encaminarnos hacia las energías renovables como la eólica, solar, hidroeléctrica, oceánica, geotérmica y biomasa. Por eso, la importancia de tener una juventud comprometida con el ecosistema, la transición energética y la transformación de procesos industriales, pues sus decisiones y las visiones con que vean a México en los próximos años, serán determinantes para el futuro”.
Francisco Javier Escamilla López, director de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA), del Instituto Politécnico Nacional (IPN), mencionó que hablar de transición energética es romper paradigmas y generar una revolución tecnológica. “Primero fue el carbón, luego el petróleo y ahora estamos de cara a una nueva revolución y los jóvenes serán protagonistas del cambio”.
“En las nuevas generaciones está la responsabilidad de tomar decisiones; hoy la transición energética debe acelerarse porque la decadencia de hidrocarburos es una realidad que impactó social, política y económicamente al país”.
El foro, dijo, debe ser detonador para tomar acción inmediata y que todos y cada uno, haga propuestas que impacten en el trabajo legislativo. “Vamos tarde pero estamos a tiempo para asumir la responsabilidad y actuar”.
Eugenia Hernández Núñez, coordinadora de Maestría en Administración de Empresas y Sustentabilidad, del IPN, destacó los convenios de esa institución educativa con otras academias y organismos como el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), a fin de impulsar el aprendizaje especializado de los estudiantes. “Los programas de posgrados del IPN están acreditados y buscan generar diseños curriculares alineados con las necesidades sociales”.
Florentino Domínguez Cedillo, subdirector de Planeación y Vinculación del Tecnológico Nacional de México, estimó que debe existir mayor apertura de las instituciones profesionales, con el objetivo de brindar formación científica a todos los alumnos interesados en esos campos. “Las colaboraciones también son indispensables, para trabajar estrategias integrales en materia energética”.
El presidente de la Red de Especialistas en Seguridad Energética, Miguel García Reyes, destacó la necesidad de construir políticas públicas para modernizar el sector energético, eliminar su dependencia del petróleo así como fortalecer tanto la seguridad como la sustentabilidad en esta materia para avanzar en el proceso de transición y crear un país más sustentable, lo cual requiere la interacción de todos los ámbitos de la sociedad.
El jefe del departamento de Formación Básica Disciplinaria, de la ESIA-Ticomán, Silvestre Manrique Moreno, explicó los proyectos híbridos de generación de energía que ha desarrollado la institución. Dijo que se deben diseñar, rediseñar e impulsar modelos que impacten positivamente en el medio ambiente y afirmó que para generar energías renovables, “el camino que tomemos es pertinente”.
El investigador de la misma escuela, Leobardo Salazar Peña, mencionó que aun cuando “nos hace falta desarrollarnos, México tiene los suficientes avances científicos y tecnológicos para lograr la transición energética y ser ejemplo para Latinoamérica”.
El secretario de la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales, diputado Fernando Rubio Quiroz (PRD), indicó que el petróleo ya no puede sostener más la economía, crecimiento y subsistencia nacional, pues ya no representa un futuro viable, pese a los muchos beneficios que dio en el pasado, razón por la cual urgió a transitar hacia fuentes de energía renovables.
Al inaugurar el foro “Frente para la Transición Energética y la Sustentabiliad en México”, consideró que ante los retos que el país enfrenta en temas de sustentabilidad, los jóvenes deben sentar las bases para impulsar un desarrollo sostenible y garantizar el derecho a un medio ambiente sano a las futuras generaciones.
“Más allá de las implicaciones negativas para el ecosistema, el petróleo ya no puede continuar como eje principal de la energía nacional. Cifras oficiales refieren que las reservas petroleras alcanzan sólo para los próximos doce años, lo cual es muy desalentador, debido a que México funciona con una matriz energética petrolizada”.
Afirmó que se padece atraso en la utilización de energías sustentables, no por falta de especialistas ni investigadores, sino de voluntad política. El resultado es que hoy existe un debate importante sobre cambio climático y sus efectos en nuestro planeta.
Las consecuencias de ese fenómeno, continuó, “sólo se pueden evitar manteniendo intactas, en los próximos 40 años, una tercera parte de las reservas actuales de petróleo, la mitad de las de gas y más del 80 por ciento de las reservas de carbón. Por ello, es necesario encontrar otra forma de producir energía y mantener la industria”.
Explicó que la extracción de crudo dañó el medio ambiente, pero “también a nosotros por no diversificar la economía”. Las ciudades se hicieron lugares de migrantes en busca de empleos, lo que generó un grave descontrol, que se convirtieron en desastres ecológicos urbanos, y crecimiento demográfico desmedido.
“Es indispensable encaminarnos hacia las energías renovables como la eólica, solar, hidroeléctrica, oceánica, geotérmica y biomasa. Por eso, la importancia de tener una juventud comprometida con el ecosistema, la transición energética y la transformación de procesos industriales, pues sus decisiones y las visiones con que vean a México en los próximos años, serán determinantes para el futuro”.
Francisco Javier Escamilla López, director de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA), del Instituto Politécnico Nacional (IPN), mencionó que hablar de transición energética es romper paradigmas y generar una revolución tecnológica. “Primero fue el carbón, luego el petróleo y ahora estamos de cara a una nueva revolución y los jóvenes serán protagonistas del cambio”.
“En las nuevas generaciones está la responsabilidad de tomar decisiones; hoy la transición energética debe acelerarse porque la decadencia de hidrocarburos es una realidad que impactó social, política y económicamente al país”.
El foro, dijo, debe ser detonador para tomar acción inmediata y que todos y cada uno, haga propuestas que impacten en el trabajo legislativo. “Vamos tarde pero estamos a tiempo para asumir la responsabilidad y actuar”.
Eugenia Hernández Núñez, coordinadora de Maestría en Administración de Empresas y Sustentabilidad, del IPN, destacó los convenios de esa institución educativa con otras academias y organismos como el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), a fin de impulsar el aprendizaje especializado de los estudiantes. “Los programas de posgrados del IPN están acreditados y buscan generar diseños curriculares alineados con las necesidades sociales”.
Florentino Domínguez Cedillo, subdirector de Planeación y Vinculación del Tecnológico Nacional de México, estimó que debe existir mayor apertura de las instituciones profesionales, con el objetivo de brindar formación científica a todos los alumnos interesados en esos campos. “Las colaboraciones también son indispensables, para trabajar estrategias integrales en materia energética”.
El presidente de la Red de Especialistas en Seguridad Energética, Miguel García Reyes, destacó la necesidad de construir políticas públicas para modernizar el sector energético, eliminar su dependencia del petróleo así como fortalecer tanto la seguridad como la sustentabilidad en esta materia para avanzar en el proceso de transición y crear un país más sustentable, lo cual requiere la interacción de todos los ámbitos de la sociedad.
El jefe del departamento de Formación Básica Disciplinaria, de la ESIA-Ticomán, Silvestre Manrique Moreno, explicó los proyectos híbridos de generación de energía que ha desarrollado la institución. Dijo que se deben diseñar, rediseñar e impulsar modelos que impacten positivamente en el medio ambiente y afirmó que para generar energías renovables, “el camino que tomemos es pertinente”.
El investigador de la misma escuela, Leobardo Salazar Peña, mencionó que aun cuando “nos hace falta desarrollarnos, México tiene los suficientes avances científicos y tecnológicos para lograr la transición energética y ser ejemplo para Latinoamérica”.