El petróleo de los Estados Unidos se encuentra en Europa en cantidades récord, capitalizando el esfuerzo realizado por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y otros diez productores fuera del grupo, para estabilizar el mercado.
Desde finales del 2016, Rusia y la OPEP encabezaron un esfuerzo para crear un sistema de cuotas de producción que permitirá reducir de manera conjunta 1.8 millones de barriles diarios, lo que ha permitido acaba con el exceso de inventarios y elevar el precio del barril por encima de los 70 dólares.
Con el incremento en los precios, los productores norteamericanos reactivaron sus actividades en las cuencas de no convencionales, aumentando la producción y exportando el crudo a Europa.
Tan solo en esa región las compras de crudo americano crecieron en 7% el año pasado y se espera que en los cuatro primeros meses del año llegue a 12%.
“El petróleo estadounidense se está ofreciendo en todas partes”, dijo un operador de una refinería del Mediterráneo que regularmente compra crudo ruso y del Mar Caspio y que recientemente empezó a adquirir petróleo de Estados Unidos.