El gobierno federal manda señales equivocadas para cumplir los objetivos de la producción hidrocarburos, aunque dependerá de los próximos comicios donde pueda haber una rectificación que dé certidumbre a las inversiones energéticas.
De cara a los nuevos retos de la industria energética y frente a los próximos años de la presente administración, especialistas y consultores del sector ven un panorama político y económico incierto en la industria; y advierten que será difícil que el gobierno federal pueda cumplir con los objetivos estimados de producir 2.4 millones de barriles diarios al 2024. Las siguientes evaluaciones, sin embargo, fueron externadas antes de la epidemia por el nuevo coronavirus, Covid-19.
En el marco de los trabajos de clausura del Encuentro Internacional de Energía México (EIEM) 2019, los participantes en el Panel: Perspectivas del sector energético al 2024, Arturo Carranza, analista del sector energético; Sergio Ampudia Mello, director de Consultoría en Derecho Energético; Benjamín Torres-Barrón, socio en Baker Mackenzie y Alejandra León, directora de Latin América Upstream Research en IHS Markit, alertaron sobre los riesgos que representa para la industria los cambios de señales y una eventual aprobación de una contrarreforma que traiga consigo nuevas reglas de operación que impidan la continuidad de los proyectos e inversiones que ya están trabajando desde 2014.
Las rondas significan la continuidad del compromiso de las inversiones en México
Alejandra León, directora de Latin América Upstream Research en IHS Markit, expresó su preocupación en el sentido de que la presente administración no continúe con las rondas energéticas que den continuidad al compromiso de las inversiones en México y detenga el desarrollo.
“Tenemos todo este periodo, desde la llegada del nuevo gobierno, sin una ronda energética nueva, con lo cual estamos haciendo un hoyo para mantener más allá del 2024 una plataforma, ya no digamos creciente, por lo menos, estable”, reiteró.
En contra de los pronósticos del gobierno federal, la especialista estimó que en 2024 la producción de crudo será de 1.7 o 1.8 millones de barriles diarios. “México se mantendrá poco estable, posiblemente haya una caída en la producción que posteriormente pueda repuntar”.
Según la analista, de la producción que existe de 1.7 millones de barriles diarios (previos a la actual crisis de 2020), se esperan una declinación hacia unos 950 mil barriles diarios para 2024. Sin embargo, “los beneficios de la Reforma Energética se van a cosechar poco a poco, ya viene dando frutos por esta inercia de producción que se emprendió con las primeras rondas energéticas”.
México seguirá con la importación de gasolinas y diésel
Pero sentenció: “Será importante la participación del sector privado para lograr los objetivos planteados. En el escenario inmediato no veo la construcción de la refinería de Dos Bocas, en Tabasco, anunciada por el presidente Andrés Manuel López Obrador; por el contrario, dijo, México seguirá importando entre el 45 y 50% de las gasolinas y de diésel”.
En materia de gas natural, recalcó, “se ha perdido la prioridad de los proyectos, sobre todo, cuando todo mundo se mueve hacia una economía más limpia, a reducir emisiones y en un momento en que el gas está jugando un papel muy importante en esta transición”.
De la misma manera, aseguró, “no veo reconfiguración de las refinerías, quizá creo que la coquizadora de Tula, Hidalgo, pero de ahí, realmente no veo mejora en la capacidad de refinación local”.
Viene un cambio de timón en 2021
Por su parte, Arturo Carranza, analista del sector energético,previó, en los resultados de las elecciones de 2021, un cambio de timón en la conducción del modelo energético que quiere implementar el gobierno federal, sobre todo si los resultados electorales no favorecen al partido en el gobierno.
“Si en las elecciones intermedias hay una decisión que no favorezca al gobierno en términos electorales, creo que el gobierno tendría más incentivos para dar un cambio de timón en el sector energético que incorpore una mayor participación de los privados que ya están acreditados”, evaluó.
Hay inversionistas con poco interés de invertir
En su participación, Benjamín Torres-Barrón, socio en Baker Mackenzie, coincidió con el resto de los panelistas en el sentido de que en la presente administración “hay algunas señales que emiten un mensaje que no es el positivo, eso es lo que hay que cuidar. Vemos menos inversionistas con poco interés de invertir, hay menos apetito de las inversiones”.
El analista puntualizó que en las actuales autoridades regulatorias se ve la intención de modificar el marco normativo, en contrasentido a la Reforma Energética y a los inversionistas que ya están realizando trabajos de exploración y perforación en los campos energéticos.
Sin embargo, estimó un cambio radical en la industria energética para los próximos cuatro o cinco años, donde las nuevas tecnologías para generar energías renovables se impondrán como un nuevo paradigma en el mercado.
Los organismos reguladores están secuestrados
Sergio Ampudia Mello, director de Consultoría en Derecho Energético, alertó sobre un eventual cambio regulatorio para generar una contrarreforma. En ese sentido, “los organismos reguladores están secuestrados, no están funcionando en los términos que establece un mercado de piso parejo, habló de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), que no dice nada ante los cambios de facto en las disposiciones regulatorias”.
Por ello, agregó, “hay que tener en cuenta el primer escenario, el cambio regulatorio, ya sea para hacer una contrarreforma o para regresar a la lógica y dinámica que tiene la industria energética hoy en el marco de lo que permitió la Reforma Energética”.
Ya para concluir, de la misma manera que el resto de los panelistas, Ampudia Mello vio en el proceso electoral intermedio de 2021 un cambio de timón, sobre todo, si los resultados no le favorecen al partido en el poder.
El gobierno federal manda señales equivocadas para cumplir los objetivos de la producción hidrocarburos, aunque dependerá de los próximos comicios donde pueda haber una rectificación que dé certidumbre a las inversiones energéticas.
De cara a los nuevos retos de la industria energética y frente a los próximos años de la presente administración, especialistas y consultores del sector ven un panorama político y económico incierto en la industria; y advierten que será difícil que el gobierno federal pueda cumplir con los objetivos estimados de producir 2.4 millones de barriles diarios al 2024. Las siguientes evaluaciones, sin embargo, fueron externadas antes de la epidemia por el nuevo coronavirus, Covid-19.
En el marco de los trabajos de clausura del Encuentro Internacional de Energía México (EIEM) 2019, los participantes en el Panel: Perspectivas del sector energético al 2024, Arturo Carranza, analista del sector energético; Sergio Ampudia Mello, director de Consultoría en Derecho Energético; Benjamín Torres-Barrón, socio en Baker Mackenzie y Alejandra León, directora de Latin América Upstream Research en IHS Markit, alertaron sobre los riesgos que representa para la industria los cambios de señales y una eventual aprobación de una contrarreforma que traiga consigo nuevas reglas de operación que impidan la continuidad de los proyectos e inversiones que ya están trabajando desde 2014.
Las rondas significan la continuidad del compromiso de las inversiones en México
Alejandra León, directora de Latin América Upstream Research en IHS Markit, expresó su preocupación en el sentido de que la presente administración no continúe con las rondas energéticas que den continuidad al compromiso de las inversiones en México y detenga el desarrollo.
“Tenemos todo este periodo, desde la llegada del nuevo gobierno, sin una ronda energética nueva, con lo cual estamos haciendo un hoyo para mantener más allá del 2024 una plataforma, ya no digamos creciente, por lo menos, estable”, reiteró.
En contra de los pronósticos del gobierno federal, la especialista estimó que en 2024 la producción de crudo será de 1.7 o 1.8 millones de barriles diarios. “México se mantendrá poco estable, posiblemente haya una caída en la producción que posteriormente pueda repuntar”.
Según la analista, de la producción que existe de 1.7 millones de barriles diarios (previos a la actual crisis de 2020), se esperan una declinación hacia unos 950 mil barriles diarios para 2024. Sin embargo, “los beneficios de la Reforma Energética se van a cosechar poco a poco, ya viene dando frutos por esta inercia de producción que se emprendió con las primeras rondas energéticas”.
México seguirá con la importación de gasolinas y diésel
Pero sentenció: “Será importante la participación del sector privado para lograr los objetivos planteados. En el escenario inmediato no veo la construcción de la refinería de Dos Bocas, en Tabasco, anunciada por el presidente Andrés Manuel López Obrador; por el contrario, dijo, México seguirá importando entre el 45 y 50% de las gasolinas y de diésel”.
En materia de gas natural, recalcó, “se ha perdido la prioridad de los proyectos, sobre todo, cuando todo mundo se mueve hacia una economía más limpia, a reducir emisiones y en un momento en que el gas está jugando un papel muy importante en esta transición”.
De la misma manera, aseguró, “no veo reconfiguración de las refinerías, quizá creo que la coquizadora de Tula, Hidalgo, pero de ahí, realmente no veo mejora en la capacidad de refinación local”.
Viene un cambio de timón en 2021
Por su parte, Arturo Carranza, analista del sector energético,previó, en los resultados de las elecciones de 2021, un cambio de timón en la conducción del modelo energético que quiere implementar el gobierno federal, sobre todo si los resultados electorales no favorecen al partido en el gobierno.
“Si en las elecciones intermedias hay una decisión que no favorezca al gobierno en términos electorales, creo que el gobierno tendría más incentivos para dar un cambio de timón en el sector energético que incorpore una mayor participación de los privados que ya están acreditados”, evaluó.
Hay inversionistas con poco interés de invertir
En su participación, Benjamín Torres-Barrón, socio en Baker Mackenzie, coincidió con el resto de los panelistas en el sentido de que en la presente administración “hay algunas señales que emiten un mensaje que no es el positivo, eso es lo que hay que cuidar. Vemos menos inversionistas con poco interés de invertir, hay menos apetito de las inversiones”.
El analista puntualizó que en las actuales autoridades regulatorias se ve la intención de modificar el marco normativo, en contrasentido a la Reforma Energética y a los inversionistas que ya están realizando trabajos de exploración y perforación en los campos energéticos.
Sin embargo, estimó un cambio radical en la industria energética para los próximos cuatro o cinco años, donde las nuevas tecnologías para generar energías renovables se impondrán como un nuevo paradigma en el mercado.
Los organismos reguladores están secuestrados
Sergio Ampudia Mello, director de Consultoría en Derecho Energético, alertó sobre un eventual cambio regulatorio para generar una contrarreforma. En ese sentido, “los organismos reguladores están secuestrados, no están funcionando en los términos que establece un mercado de piso parejo, habló de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), que no dice nada ante los cambios de facto en las disposiciones regulatorias”.
Por ello, agregó, “hay que tener en cuenta el primer escenario, el cambio regulatorio, ya sea para hacer una contrarreforma o para regresar a la lógica y dinámica que tiene la industria energética hoy en el marco de lo que permitió la Reforma Energética”.
Ya para concluir, de la misma manera que el resto de los panelistas, Ampudia Mello vio en el proceso electoral intermedio de 2021 un cambio de timón, sobre todo, si los resultados no le favorecen al partido en el poder.