El impulso de la sostenibilidad y el reciclaje también se ha acelerado, obteniendo niveles cada vez mayores de compromiso de la empresa y apoyo de las iniciativas gubernamentales. Por ejemplo, a partir de enero de 2021, el Consejo Europeo impuso un gravamen sobre los residuos de envases no reciclados y varias grandes empresas de la industria petroquímica han anunciado el uso de resina plástica reciclada.
El año pasado, la pandemia de Covid-19 y la posterior crisis económica trajeron desafíos sin precedentes a la industria petroquímica a nivel global, pero más en aquellas zonas y países cuyos gobiernos eligieron no apoyar a dicha industria (como es el caso en México). Al comienzo de la pandemia, las medidas de cuarentena, los cierres e incertidumbres económicas provocaron retrasos generalizados en los proyectos, y los últimos meses del año, estuvieron marcados por interrupciones extraordinarias en el suministro y el transporte. En muchos casos, fuera de los proyectos designados por el gobierno federal, poco o nada han avanzado proyectos en el área de petroquímica en México, y esto hace espejo hacia el resto de América Latina.
México no es el único país que construye, para bien o para mal, una refinería, al menos otras 80 refinerías se encuentran actualmente en construcción, con la expectativa de entrar en operaciones en 2025. La mayoría están en Medio Oriente y Asia. Hacia 2025, al menos 83 nuevas refinerías comenzarán operaciones a nivel mundial, de acuerdo con un reporte de Global Data, una consultora con sede en Londres.
Los nuevos complejos de refinación están principalmente ubicados en el Medio Oriente y Asia, mientras que en Europa y Estados Unidos la tendencia apunta hacia el cierre de las plantas o a la transformación de los complejos hacia la producción petroquímica y de biocombustibles. En un reporte anterior, de febrero del año pasado –antes de la emergencia sanitaria–, la consultora contabilizaba 154 nuevos proyectos de refinación, que entrarían en operación hacia 2024. Pero la crisis resultante de la pandemia de coronavirus modificó muchos de los planes del sector y aceleró el proceso de descarbonización que ya había iniciado hace unos años. Pese a ello, la estimación es que la capacidad instalada de refinación a nivel mundial aumente en 2.8% rumbo a 2025[1].
Discrepancia en los acuerdos
Por desgracia, la mayoría de estos proyectos como tales no están acoplados a una planta petroquímica (los casos de la India y Corea si toman esta consideración), para hacer eficiente la dupla refinación-producción de petroquímicos de alto valor agregado.
Recientemente los rebotes y resiliencia de los precios del crudo han dado que pensar, ya que las proyecciones de recuperación de la demanda, que se esperaba hasta mediados de 2023 o 2024, podrían ya pasar en 2022. Los precios actuales, por discrepancia en los acuerdos posibles de producción de la OPEC+, han sobrepasado los $70 US/bbl, incluso para mezclas como la mexicana, que tiene en general un valor por debajo del WTI.
A fin de cuentas, la industria petroquímica mundial (con excepciones) resistió la tormenta notablemente bien, con volúmenes y ganancias relativamente resistentes. Aquí hacemos referencia a los ingresos y las ganancias de las empresas petroquímicas a lo largo de 2020 y cómo se vieron afectadas por la fluctuación de los precios del petróleo. Nuestro análisis se centra en el crecimiento de la demanda en los envases de consumo, impulsado por una mayor dependencia de los productos de limpieza e higiene y del equipo de protección personal, y los costos y márgenes de los hidrocarburos clave, incluidos el etileno, el polietileno (PE) y el polipropileno (PP).
Un estudio cuidadoso de cómo la industria manejó la creación de valor durante este tiempo, incluidas las inversiones, la oferta, la demanda, los márgenes y los precios, puede dar información privilegiada sobre una serie de implicaciones potenciales para la industria en el 2021.
Una instantánea de la industria: un año de resiliencia
En general, el crecimiento de la demanda de petroquímicos en 2020 fue impulsado por una mayor demanda de productos básicos de consumo, como artículos para el hogar y bienes de consumo personal, y una caída en bienes duraderos, como autopartes y electrodomésticos. Después de los impactos iniciales debido al Covid-19, el volumen se recuperó en la segunda mitad de 2020. La curva de costo global del etileno se aplanó a medida que disminuyó el precio del petróleo, lo que redujo las ventajas de materia prima en regiones como América del Norte y Medio Oriente. Además, las medidas de cuarentena y la preocupación por las incertidumbres del mercado provocaron retrasos generalizados en los proyectos.
En el cuarto trimestre, las interrupciones en el suministro y el transporte aumentaron las diferencias en los precios regionales. Por ejemplo, América del Norte experimentó restricciones de suministro adicionales, como resultado del mantenimiento y las interrupciones no planificadas, que llevaron a picos de precios para el PE y el PP. Sin embargo, a medida que el precio del petróleo sigue aumentando y la curva de costos se vuelve más pronunciada (y es la tendencia actual), las ventajas de los costos regionales pueden volver (y se estima que ya, a $70 US/bbl esto se puede dar por hecho).
De manera similar, se espera que las tasas de crecimiento del volumen vuelvan a los niveles de crecimiento proyectado en función de las tendencias históricas y probablemente estén menos diferenciadas entre los tipos de productos químicos y las diferentes regiones, a menos que el conflicto en la OPEC+ no se acabe de resolver, o se extienda por razones políticas. Y se espera una utilización de baja a media en la cadena de valor de las olefinas, a medida que la capacidad planificada entre en funcionamiento.
El impulso de la sostenibilidad y el reciclaje también se ha acelerado, obteniendo niveles cada vez mayores de compromiso de la empresa y apoyo de las iniciativas gubernamentales. Por ejemplo, a partir de enero de 2021, el Consejo Europeo impuso un gravamen sobre los residuos de envases no reciclados y varias grandes empresas químicas han anunciado el uso de resina plástica reciclada.
Recordemos que en México también operan ya ciertas leyes locales sobre el reciclado – en la Ciudad de México (CDMX), las bolsas para el supermercado no pueden ser sino de plástico reciclado necesariamente, lo cual ha provocado un impacto en esta industria derivada de la petroquímica.
[1] https://expansion.mx/empresas/2021/06/08/mexico-nuevas-refinerias-tendencia