Los diputados y senadores deberán pensar dos veces el sentido de su voto, pero antes de emitirlo tienen la oportunidad invaluable de revisar a detalle la trascendencia o consecuencias de aprobar una Reforma de este calado, de aprobarse se vendrían olas de juicios internacionales, millones de dólares malgastados por indemnizaciones, un sector con un vigilante que es juez, jurado, testigo, y verdugo, y por último, un número más grande en los recibos de luz.
El 1 de octubre, se puso en marcha el desmantelamiento de la inversión en el país, toda vez que con la iniciativa que envió a la Cámara de Diputados el Ejecutivo federal no sólo se reformarían los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, los cuales regulan la materia energética, sino se plantea un retroceso para la industria eléctrica, de los hidrocarburos y minero, ya que se desalentarán las inversiones en dicho sector.
Esta contrarreforma está dando mucho de qué hablar, incluso antes de comenzar su discusión por el Poder Legislativo, ya que uno de los primeros efectos es que ha comenzado a separar a los partidos de oposición y la incipiente alianza Va por México, haciéndoles un llamado a la adopción de los principios del cardenismo o quedarse estancados en el salinismo, y en palabras pequeñas, ofreciéndoles un lugar en el “otro lado” si es que votan a favor de esta iniciativa.
Con la implementación de la ideología energética con la que está cargada la iniciativa de contrarreforma constitucional, la actual administración logrará que México no sea un atractivo para la inversión, por consiguiente, se dejará de crecer y las oportunidades de empleo se generarán en otras latitudes y habría una notable pérdida de competitividad como país, esto a nivel macro y a nivel micro se podrían incrementar las tarifas eléctricas y elevar la inflación en claro perjuicio del bolsillo de la población.
Sin certeza y seguridad jurídica
Esta administración ha dado varios ejemplos de que la certeza y seguridad jurídica no son su constante y prefieren crear un discurso demagógico, que como bien lo dice el CCE: “Con el tiempo las mentiras cobran vida propia y erosionan la confianza que todos queremos construir”.
La iniciativa propone en general un salto de vuelta al pasado, antes de la Reforma Energética de 2013, haciendo que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) sea responsable de todas las actividades de la industria eléctrica: generación, transmisión, distribución, suministro y abasto; con una participación privada limitada y bajo a las decisiones de la Secretaría de Energía (Sener) y de CFE.
Esto se propone mediante las siguientes premisas:
- Reinstalando el monopolio de CFE.
- Modificando la “orden del despacho”.
- Distribuyendo la capacidad de generación de energía eléctrica; 54% para CFE y 46% para los privados.
- Cancelando los permisos ya vigentes de generación de electricidad.
- Cancelando los certificados de energías limpias, las cuales ayudaban a los privados y también a algunas plantas de generación de CFE mediante subsidios.
- Desaparecer a los órganos reguladores del Sector Hidrocarburos, es decir a la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) y a la Comisión Reguladora de Energía (CRE), e incorporando sus funciones y responsabilidades a la Secretaría de Energía.
Sobre este último rubro, poco se ha escrito, desafortunadamente está mal llamada Reforma Eléctrica, no sólo afecta a dicho sector, sino también al sector de hidrocarburos, ya que propone la disolución de la CNH y la CRE como órganos reguladores convirtiéndose es una afrenta para la libre concurrencia y competencia en el mercado de los hidrocarburos y petrolíferos.
Para la actual administración, los órganos autónomos y reguladores han sido objeto de constantes ataques y son vistos más como un obstáculo para llevar a cabo la llamada 4ª Transformación, además de “oficinas” que no sirven de nada, pero que en mucho entorpecen los objetivos, además de ser clubes de funcionarios que lucran con salarios elevados sin cumplir con el fin social que busca el actual gobierno.
Todo por el poder eléctrico
Desgraciadamente durante este sexenio hemos visto en particular que la CNH y la CRE han visto mermadas o invadidas de facto sus facultades y capacidades por la Sener, quien dicho sea de paso su titular es de las más respaldadas por el titular del Ejecutivo Federal junto con el director de la CFE; de hecho, hay quienes piensan que esa contrarreforma está hecha a modo o dedicada a él para darle un poder ilimitado en materia de electricidad, basta con leer la exposición de motivos.
Dos ejemplos claros de cómo se han visto mermadas de facto las facultades de la CNH y la CRE, los vemos en la incapacidad de la CNH para debatir en el proceso de unificación del campo Zama, además de la negación rotunda de permisos de generación de electricidad por parte de la CRE aunado al rezago de más de 400 permisos en materia de petrolíferos.
La razón por la cual existen estos órganos es porque a pesar de lo que el Poder Ejecutivo opinara o estuviera o no de acuerdo en los temas energéticos, la CNH y la CRE tomaban decisiones con base en su autonomía técnica, operativa y de gestión, dejando a un lado la política o la carga ideológica o demagógica que invaden las líneas discursivas de cualquier administración.
Todo dependería de una sola persona: el titular de la Sener
La CRE -hasta el día de hoy- regula el transporte, almacenamiento, distribución, compresión, licuefacción, descompresión, regasificación, comercialización y expendio al público, todos estos rubros pertenecen al rector de los petrolíferos y de los petroquímicos, la ausencia de este órgano podría causar una incertidumbre (si no es que ya se está teniendo), tanto para las empresas que operan al amparo de permisos que les permite realizar actividades, como gasolineros y gaseros, además de las compañías extranjeras que vinieron a licitar en las rondas petroleras, las cuales algunas siguen en su periodo de exploración y otras, que ya comenzaron su producción y necesitan autorización por parte de la CRE para la logística en la cadena de valor de los hidrocarburos.
Eliminar a la CRE haría que todos los permisionarios/regulados del sector hidrocarburos dependieran para el desarrollo de sus actividades del ánimo y voluntad de una sola persona que sería el titular de la Sener, y no de un grupo colegiado regulador, técnico y autónomo.
Los diputados y senadores deberán pensar dos veces el sentido de su voto, pero antes de emitirlo tienen la oportunidad invaluable de revisar a detalle la trascendencia o consecuencias de aprobar una Reforma de este calado, de aprobarse se vendrían olas de juicios internacionales, millones de dólares malgastados por indemnizaciones, un sector con un vigilante que es juez, jurado, testigo, y verdugo y, por último, un número más grande en los recibos de luz.
Los diputados y senadores deberán pensar dos veces el sentido de su voto, pero antes de emitirlo tienen la oportunidad invaluable de revisar a detalle la trascendencia o consecuencias de aprobar una Reforma de este calado, de aprobarse se vendrían olas de juicios internacionales, millones de dólares malgastados por indemnizaciones, un sector con un vigilante que es juez, jurado, testigo, y verdugo, y por último, un número más grande en los recibos de luz.
El 1 de octubre, se puso en marcha el desmantelamiento de la inversión en el país, toda vez que con la iniciativa que envió a la Cámara de Diputados el Ejecutivo federal no sólo se reformarían los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, los cuales regulan la materia energética, sino se plantea un retroceso para la industria eléctrica, de los hidrocarburos y minero, ya que se desalentarán las inversiones en dicho sector.
Esta contrarreforma está dando mucho de qué hablar, incluso antes de comenzar su discusión por el Poder Legislativo, ya que uno de los primeros efectos es que ha comenzado a separar a los partidos de oposición y la incipiente alianza Va por México, haciéndoles un llamado a la adopción de los principios del cardenismo o quedarse estancados en el salinismo, y en palabras pequeñas, ofreciéndoles un lugar en el “otro lado” si es que votan a favor de esta iniciativa.
Con la implementación de la ideología energética con la que está cargada la iniciativa de contrarreforma constitucional, la actual administración logrará que México no sea un atractivo para la inversión, por consiguiente, se dejará de crecer y las oportunidades de empleo se generarán en otras latitudes y habría una notable pérdida de competitividad como país, esto a nivel macro y a nivel micro se podrían incrementar las tarifas eléctricas y elevar la inflación en claro perjuicio del bolsillo de la población.
Sin certeza y seguridad jurídica
Esta administración ha dado varios ejemplos de que la certeza y seguridad jurídica no son su constante y prefieren crear un discurso demagógico, que como bien lo dice el CCE: “Con el tiempo las mentiras cobran vida propia y erosionan la confianza que todos queremos construir”.
La iniciativa propone en general un salto de vuelta al pasado, antes de la Reforma Energética de 2013, haciendo que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) sea responsable de todas las actividades de la industria eléctrica: generación, transmisión, distribución, suministro y abasto; con una participación privada limitada y bajo a las decisiones de la Secretaría de Energía (Sener) y de CFE.
Esto se propone mediante las siguientes premisas:
- Reinstalando el monopolio de CFE.
- Modificando la “orden del despacho”.
- Distribuyendo la capacidad de generación de energía eléctrica; 54% para CFE y 46% para los privados.
- Cancelando los permisos ya vigentes de generación de electricidad.
- Cancelando los certificados de energías limpias, las cuales ayudaban a los privados y también a algunas plantas de generación de CFE mediante subsidios.
- Desaparecer a los órganos reguladores del Sector Hidrocarburos, es decir a la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) y a la Comisión Reguladora de Energía (CRE), e incorporando sus funciones y responsabilidades a la Secretaría de Energía.
Sobre este último rubro, poco se ha escrito, desafortunadamente está mal llamada Reforma Eléctrica, no sólo afecta a dicho sector, sino también al sector de hidrocarburos, ya que propone la disolución de la CNH y la CRE como órganos reguladores convirtiéndose es una afrenta para la libre concurrencia y competencia en el mercado de los hidrocarburos y petrolíferos.
Para la actual administración, los órganos autónomos y reguladores han sido objeto de constantes ataques y son vistos más como un obstáculo para llevar a cabo la llamada 4ª Transformación, además de “oficinas” que no sirven de nada, pero que en mucho entorpecen los objetivos, además de ser clubes de funcionarios que lucran con salarios elevados sin cumplir con el fin social que busca el actual gobierno.
Todo por el poder eléctrico
Desgraciadamente durante este sexenio hemos visto en particular que la CNH y la CRE han visto mermadas o invadidas de facto sus facultades y capacidades por la Sener, quien dicho sea de paso su titular es de las más respaldadas por el titular del Ejecutivo Federal junto con el director de la CFE; de hecho, hay quienes piensan que esa contrarreforma está hecha a modo o dedicada a él para darle un poder ilimitado en materia de electricidad, basta con leer la exposición de motivos.
Dos ejemplos claros de cómo se han visto mermadas de facto las facultades de la CNH y la CRE, los vemos en la incapacidad de la CNH para debatir en el proceso de unificación del campo Zama, además de la negación rotunda de permisos de generación de electricidad por parte de la CRE aunado al rezago de más de 400 permisos en materia de petrolíferos.
La razón por la cual existen estos órganos es porque a pesar de lo que el Poder Ejecutivo opinara o estuviera o no de acuerdo en los temas energéticos, la CNH y la CRE tomaban decisiones con base en su autonomía técnica, operativa y de gestión, dejando a un lado la política o la carga ideológica o demagógica que invaden las líneas discursivas de cualquier administración.
Todo dependería de una sola persona: el titular de la Sener
La CRE -hasta el día de hoy- regula el transporte, almacenamiento, distribución, compresión, licuefacción, descompresión, regasificación, comercialización y expendio al público, todos estos rubros pertenecen al rector de los petrolíferos y de los petroquímicos, la ausencia de este órgano podría causar una incertidumbre (si no es que ya se está teniendo), tanto para las empresas que operan al amparo de permisos que les permite realizar actividades, como gasolineros y gaseros, además de las compañías extranjeras que vinieron a licitar en las rondas petroleras, las cuales algunas siguen en su periodo de exploración y otras, que ya comenzaron su producción y necesitan autorización por parte de la CRE para la logística en la cadena de valor de los hidrocarburos.
Eliminar a la CRE haría que todos los permisionarios/regulados del sector hidrocarburos dependieran para el desarrollo de sus actividades del ánimo y voluntad de una sola persona que sería el titular de la Sener, y no de un grupo colegiado regulador, técnico y autónomo.
Los diputados y senadores deberán pensar dos veces el sentido de su voto, pero antes de emitirlo tienen la oportunidad invaluable de revisar a detalle la trascendencia o consecuencias de aprobar una Reforma de este calado, de aprobarse se vendrían olas de juicios internacionales, millones de dólares malgastados por indemnizaciones, un sector con un vigilante que es juez, jurado, testigo, y verdugo y, por último, un número más grande en los recibos de luz.