La resistencia de Hungría a dejar de importar petróleo ruso a puesto a prueba la unidad de la Unión Europea.
Los países de la Unión Europea (UE) fueron incapaces de lograr ayer un acuerdo para vetar las importaciones de petróleo de Rusia como respuesta a la guerra de Ucrania, por las dificultades que plantea para algunos socios su dependencia del crudo de Moscú.
Los miembros de la UE no han podido eliminar las reservas de países como Hungría, Eslovaquia o República Checa, quienes tienen una alta dependencia al petróleo de Moscú.
El embargo al petróleo sigue siendo la principal dificultad para sacar adelante el sexto paquete de represalias del bloque contra Rusia, a pesar de que la propuesta original de la Comisión Europea contempla un plazo genérico de retirada que va hasta final de año y da un año más a Hungría y Eslovaquia por su dependencia en las importaciones de crudo ruso por oleoducto.
Sin embargo, se han logrado avances en la mayoría de los elementos que conforman el paquete de sanciones y se espera que en los próximos días se alcance un acuerdo.
Hungría, Eslovaquia y República Checa buscan que se les garantice el suministro de petróleo cuando renuncien al crudo ruso.
El grupo busca prohibir las importaciones de petróleo ruso en la UE seis meses después de la entrada en vigor de las sanciones, mientras que en el caso del petróleo refinado el plazo se amplía a ocho meses.
En el caso de Hungría y Eslovaquia, gozarían de un plazo mayor, hasta el 31 de diciembre de 2023, pero a ambos países les parece corto y a ellos se unió también República Checa, que pidió que fuera de tres años.
Además, para evitar que los petroleros rusos puedan esquivar las sanciones, el texto pide prohibir el transporte de petróleo ruso en todas sus modalidades, incluidas las trasferencias de carga de barco a barco de naves rusas a cargueros.