El director general de Pemex dijo a Reuters que la empresa productiva del estado espera cerrar el 2022 con utilidades.
Petróleos Mexicanos (Pemex) espera cerrar el año con utilidades netas, luego de hilar dos trimestres con cifras positivas, y elevar la producción de crudo con la entrada en operación de nuevos pozos, dijo el jueves a Reuters su director general, Octavio Romero.
La petrolera, que arrastra una deuda financiera de 108 mil 100 millones de dólares y de 13 mil 733 millones de dólares con proveedores, reportó el jueves ganancias de 12 mil 703 millones de dólares de enero a junio del 2022, frente a pérdidas que rozaron los 23 mil 000 millones de dólares en igual lapso del año pasado.
“Sin duda se va a hacer el mejor esfuerzo y no tengo dudas que lo vamos a conseguir. No apuesto, simplemente confío”, dijo el ingeniero agrónomo y líder de Pemex, en una entrevista desde una imponente sala de juntas en la sede de la empresa en Ciudad de México.
El funcionario, que suele dar pocas entrevistas, admitió que Pemex ha tenido la fortuna de beneficiarse de los altos precios internacionales del crudo tras la invasión y guerra de Rusia en Ucrania y los problemas de oferta asociados a las sanciones impuestas al crudo ruso.
“Invertir y seguir invirtiendo en un entorno tan feo, tan contrario, fue la gran decisión que tomamos en Pemex”, dijo respecto a los dos años previos en los que la empresa acumuló enormes deudas con proveedores y contratistas y tuvo que renegociar decenas de contratos en un panorama mundial adverso.
“Sembramos en el 2020, regamos en el 2021 y estamos cosechando en el 2022. Nos agarra este incremento en el precio del crudo con una producción creciente”, dijo. “Tuvimos la virtud de no parar y la fortuna de un entorno que se modificó de manera dramática (…) los precios se fueron a las nubes (…) y eso explica muchísimo lo que estamos hoy viendo”.
Durante años, Pemex ha reportado ingentes perdidas asociadas en muchas ocasiones a la fuerte carga impositiva que tributa sobre todo a través del llamado Derecho a la Utilidad Compartida (DUC), que ha sido reducido desde el 65% al 40% este año.
Horas antes, en una llamada con analistas sobre la cifras trimestrales de Pemex, el propio Romero pidió a Moody’s que revisara bien las nuevas cifras, luego que la calificadora rebajara este mes las notas de la firma citando altos vencimientos de deuda y necesidades de financiamiento.
Consultado sobre cómo la empresa sorteará las amortizaciones de deuda pendientes este año por 2,900 millones de dólares, Romero dijo que en primera instancia la idea es pagarla con flujo de Pemex, como lo hizo en el segundo trimestre del año tras recibir más ingresos por la subidas de precios del crudo.
“Yo le voy a apostar a que no (haría falta refinanciamiento). Si no lo logramos, refinanciamos. Pero la idea es que los ingresos que genere Pemex nos permitan salir adelante”, dijo.
Pemex tiene el desafío de vencimientos de 7 mil 800 millones de dólares en 2023 y de 8,900 millones de dólares en 2024, pero Romero confía en que si el panorama se complica el Gobierno apoyará nuevamente a la empresa, como lo ha hecho desde que asumió el poder el presidente Andrés Manuel López Obrador, con miles de millones de dólares en capitalizaciones y beneficios fiscales.
“El presidente ha manifestado públicamente (…) que el Gobierno siempre va a apoyar a Pemex”, dijo. El Gobierno asumió desde una parte del 2021 las amortizaciones de deuda de la firma argumentando que así le dejaba con fondos disponibles para inversiones.
Sobre los planes para incrementar la producción de hidrocarburos, Romero explicó que la empresa planea llevarla a alrededor de 1.9 millón de barriles por día (bpd) hacia el final del 2022, frente a la actual de 1.7 millón de bpd.
“Iniciamos desarrollando 19 campos y hoy tenemos cerca de 40 y tenemos muchos pozos que están por entrar (en operación), muchos pozos que se van a perforar en un futuro muy cercano”, dijo.
López Obrador prometió a inicios de su gestión llevar la producción petrolera de Pemex a 2.6 millones de bpd, pero ha venido bajando la meta argumentando ahora que el país sólo extraerá el crudo que necesita para producir localmente las gasolinas y diésel que requiere el país, desestimando las limitaciones financieras y técnicas de la propia empresa.
Pero sus adversarios sostienen que sus esfuerzos y medidas para revertir la reforma energética del 2013-2014 -que profundizó la apertura del sector a las empresas privadas y al capital foráneo- han contribuido a que Pemex no haya podido apuntalar su producción y aún enfrente fuertes desafíos financieros.
(Reporte de Ana Isabel Martínez, editado por Adriana Barrera)