El gobierno de Suecia dice que confirmó que las filtraciones del Nord Stream fueron un sabotaje.
Los investigadores han encontrado restos de explosivos en el lugar donde se encuentran los gasoductos Nord Stream dañados, lo que confirma que hubo un sabotaje, dijo el viernes un fiscal sueco.
Las autoridades suecas y danesas están investigando cuatro agujeros en los gasoductos Nord Stream 1 y 2, que unen Rusia y Alemania a través del Mar Báltico y que se han convertido en un punto álgido de la crisis ucraniana por la escasez de suministro de gas en Europa.
El mes pasado, Dinamarca dijo que una investigación preliminar había demostrado que las fugas fueron causadas por potentes explosiones.
“Los análisis que se han llevado a cabo muestran rastros de explosivos en varios de los objetos recuperados”, dijo la Fiscalía sueca en un comunicado, añadiendo que los hallazgos configuran el incidente como un “grave sabotaje”.
La continuación de la investigación determinará si es posible identificar a los responsables, agregó.
La cooperación con las autoridades tanto de Suecia como de otros países estaba siendo muy buena, dijo el fiscal principal, Mats Ljungqvist.
La fiscalía no quiso hacer más comentarios, ni siquiera sobre qué explosivos se cree que se utilizaron para dañar los oleoductos.
Rusia esperará hasta que se realice una evaluación completa de los daños antes de decidir sobre las reparaciones, si es que las hay, dijo el viernes el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
“El mero hecho de que ya hayan empezado a llegar datos, a favor de confirmar un acto subversivo o un acto terrorista (…) confirma una vez más la información que tiene la parte rusa”, dijo Peskov en su llamada diaria con los periodistas
“Es muy importante no detenerse, es muy importante encontrar a quien está detrás de esta explosión”.
La rotura de las tuberías en el fondo del mar el 26 de septiembre, que arrojó gas al océano y subió a la superficie en la semana siguiente, provocó advertencias de peligro para la población y temores de daños medioambientales.
(Reporte de Anna Ringstrom y Johan Ahlander, edición de Terje Solsvik y Elaine Hardcastle, editado en español por José Muñoz en la redacción de Gdańsk)
El gobierno de Suecia dice que confirmó que las filtraciones del Nord Stream fueron un sabotaje.
Los investigadores han encontrado restos de explosivos en el lugar donde se encuentran los gasoductos Nord Stream dañados, lo que confirma que hubo un sabotaje, dijo el viernes un fiscal sueco.
Las autoridades suecas y danesas están investigando cuatro agujeros en los gasoductos Nord Stream 1 y 2, que unen Rusia y Alemania a través del Mar Báltico y que se han convertido en un punto álgido de la crisis ucraniana por la escasez de suministro de gas en Europa.
El mes pasado, Dinamarca dijo que una investigación preliminar había demostrado que las fugas fueron causadas por potentes explosiones.
“Los análisis que se han llevado a cabo muestran rastros de explosivos en varios de los objetos recuperados”, dijo la Fiscalía sueca en un comunicado, añadiendo que los hallazgos configuran el incidente como un “grave sabotaje”.
La continuación de la investigación determinará si es posible identificar a los responsables, agregó.
La cooperación con las autoridades tanto de Suecia como de otros países estaba siendo muy buena, dijo el fiscal principal, Mats Ljungqvist.
La fiscalía no quiso hacer más comentarios, ni siquiera sobre qué explosivos se cree que se utilizaron para dañar los oleoductos.
Rusia esperará hasta que se realice una evaluación completa de los daños antes de decidir sobre las reparaciones, si es que las hay, dijo el viernes el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
“El mero hecho de que ya hayan empezado a llegar datos, a favor de confirmar un acto subversivo o un acto terrorista (…) confirma una vez más la información que tiene la parte rusa”, dijo Peskov en su llamada diaria con los periodistas
“Es muy importante no detenerse, es muy importante encontrar a quien está detrás de esta explosión”.
La rotura de las tuberías en el fondo del mar el 26 de septiembre, que arrojó gas al océano y subió a la superficie en la semana siguiente, provocó advertencias de peligro para la población y temores de daños medioambientales.
(Reporte de Anna Ringstrom y Johan Ahlander, edición de Terje Solsvik y Elaine Hardcastle, editado en español por José Muñoz en la redacción de Gdańsk)