El Departamento del Tesoro de Estados Unidos emitió el martes una licencia que autoriza a Trinidad desarrollar conjuntamente el campo de gas Dragón.
Trinidad y Tobago pagaría a Venezuela con bienes humanitarios el gas natural a ser producido en un desarrollo costa afuera, dijo el primer ministro Keith Rowley, para cumplir con una licencia estadounidense que prohíbe los pagos en efectivo al gobierno del presidente Nicolás Maduro.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos emitió el martes una licencia que autoriza a Trinidad desarrollar conjuntamente el campo de gas Dragón, que contiene 4.2 billones de pies cúbicos de reservas en el lado venezolano de la frontera marítima con Trinidad. El proyecto permitiría que Trinidad importe el gas y lo convierta en gas natural licuado (GNL) exportable.
“Ya hemos hecho eso antes. Así que compramos el gas y lo pagamos de varias maneras”, dijo el primer ministro Rowley a periodistas tarde el martes. Trinidad suministró previamente a Venezuela alrededor de 50 millones de dólares en bienes humanitarios, agregó.
Venezuela ha recurrido a los intercambios para que su economía funcione en medio de las duras sanciones de Estados Unidos que prohíben las transacciones financieras y el uso del dólar para pagar al país sudamericano o a sus empresas estatales.
El presidente Maduro ha estado presionando a Washington y a otros gobiernos para que liberen más de 3.000 millones de dólares congelados en cuentas bancarias en el exterior, dinero que dice que podría usarse para importar alimentos, medicinas y otros bienes.
Maduro ha hecho un llamado a Naciones Unidas para que administre un fondo que sería financiado con esos recursos, una vez descongelados, pero no ha habido acuerdo entre su gobierno, Estados Unidos y la oposición del país sobre cómo implementarlo.
La oposición controla la mayor parte de los activos extranjeros de Venezuela, pero no tiene potestad, ni tampoco el gobierno, para desbloquear los fondos, algunos de los cuales están sujetos a decisiones judiciales.
NUEVO OPERADOR
La petrolera estatal de Venezuela, PDVSA, es propietaria y operó el proyecto Dragón cuando estuvo activo por última vez hace una década. Se tendría que nombrar un nuevo operador para atraer inversiones frescas, dijo el experto en energía en América Latina Francisco Monaldi.
“Desde la perspectiva de las oportunidades, PDVSA no tiene mejores opciones en este momento para vender ese gas bajo sanciones”, incluso si eso significa renunciar a la operación del proyecto, agregó.
Shell, que opera el vecino campo Hibiscus en Trinidad, idealmente podría convertirse en el operador, dijo Rowley.
Trinidad y Venezuela tendrían que decidir cómo compensar a PDVSA por el dinero que ha invertido en exploración e infraestructura, agregó Monaldi, director del Centro de Estudios Energéticos del Instituto Baker de Políticas Públicas, de la Universidad de Rice.
PDVSA no respondió a una solicitud de comentarios. Shell declinó comentar.
(Reporte de Curtis Williams, escrito por Marianna Parraga. Editado en español por Vivian Sequera y Marion Giraldo)
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos emitió el martes una licencia que autoriza a Trinidad desarrollar conjuntamente el campo de gas Dragón.
Trinidad y Tobago pagaría a Venezuela con bienes humanitarios el gas natural a ser producido en un desarrollo costa afuera, dijo el primer ministro Keith Rowley, para cumplir con una licencia estadounidense que prohíbe los pagos en efectivo al gobierno del presidente Nicolás Maduro.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos emitió el martes una licencia que autoriza a Trinidad desarrollar conjuntamente el campo de gas Dragón, que contiene 4.2 billones de pies cúbicos de reservas en el lado venezolano de la frontera marítima con Trinidad. El proyecto permitiría que Trinidad importe el gas y lo convierta en gas natural licuado (GNL) exportable.
“Ya hemos hecho eso antes. Así que compramos el gas y lo pagamos de varias maneras”, dijo el primer ministro Rowley a periodistas tarde el martes. Trinidad suministró previamente a Venezuela alrededor de 50 millones de dólares en bienes humanitarios, agregó.
Venezuela ha recurrido a los intercambios para que su economía funcione en medio de las duras sanciones de Estados Unidos que prohíben las transacciones financieras y el uso del dólar para pagar al país sudamericano o a sus empresas estatales.
El presidente Maduro ha estado presionando a Washington y a otros gobiernos para que liberen más de 3.000 millones de dólares congelados en cuentas bancarias en el exterior, dinero que dice que podría usarse para importar alimentos, medicinas y otros bienes.
Maduro ha hecho un llamado a Naciones Unidas para que administre un fondo que sería financiado con esos recursos, una vez descongelados, pero no ha habido acuerdo entre su gobierno, Estados Unidos y la oposición del país sobre cómo implementarlo.
La oposición controla la mayor parte de los activos extranjeros de Venezuela, pero no tiene potestad, ni tampoco el gobierno, para desbloquear los fondos, algunos de los cuales están sujetos a decisiones judiciales.
NUEVO OPERADOR
La petrolera estatal de Venezuela, PDVSA, es propietaria y operó el proyecto Dragón cuando estuvo activo por última vez hace una década. Se tendría que nombrar un nuevo operador para atraer inversiones frescas, dijo el experto en energía en América Latina Francisco Monaldi.
“Desde la perspectiva de las oportunidades, PDVSA no tiene mejores opciones en este momento para vender ese gas bajo sanciones”, incluso si eso significa renunciar a la operación del proyecto, agregó.
Shell, que opera el vecino campo Hibiscus en Trinidad, idealmente podría convertirse en el operador, dijo Rowley.
Trinidad y Venezuela tendrían que decidir cómo compensar a PDVSA por el dinero que ha invertido en exploración e infraestructura, agregó Monaldi, director del Centro de Estudios Energéticos del Instituto Baker de Políticas Públicas, de la Universidad de Rice.
PDVSA no respondió a una solicitud de comentarios. Shell declinó comentar.
(Reporte de Curtis Williams, escrito por Marianna Parraga. Editado en español por Vivian Sequera y Marion Giraldo)