El proyecto privado para importar gas natural a Colombia desde Venezuela fue cancelado por escándalo de corrupción.
Un proyecto para importar gas natural desde Venezuela a Colombia con una inversión de hasta 45 millones de dólares y que buscaba reactivar el Gasoducto Transcaribeño Antonio Ricaurte se canceló por el escándalo de corrupción que sacude a la nación petrolera, informó una de las empresas involucradas en el fallido plan.
Energy Transitions, la empresa colombiana que buscaba importar el combustible desde el vecino país, dijo que tomó la decisión de cancelar el proyecto por las informaciones que vinculan a Bernardo Arosio, socio de la firma venezolana Prodata Energy, con una investigación de corrupción de la Fiscalía General de Venezuela.
Prodata Energy es una empresa venezolana que planeaba vender el combustible a la firma colombiana que lo importaría.
“En virtud de los hechos conocidos, y en estricto cumplimiento de nuestras políticas de buen gobierno y responsabilidad social empresarial y de prevención del riesgo de lavado de activos y financiamiento de actividades terroristas, Energy Transitions ha decidido cancelar de manera inmediata el proyecto de importación de gas desde Venezuela”, dijo la empresa colombiana el fin de semana en un comunicado.
Una investigación anticorrupción de la Fiscalía General de Venezuela produjo la detención de 10 funcionarios y 11 empresarios, así como la renuncia del ministro de Petróleo, Tareck El Aissami, uno de los hombres más poderosos del Gobierno de la nación petrolera.
Energy Transitions venía desarrollando el proyecto de importación desde febrero del 2020, para ofrecer a Colombia una nueva alternativa de gas natural a precios atractivos para los consumidores, que complementara la oferta nacional.
“A la fecha no se había adelantado ningún contrato de venta de gas, toda vez que el mismo estaba sujeto al visto bueno del Departamento de Estado del Gobierno de los Estados Unidos, conforme a la solicitud que nuestra empresa hiciera ante esta entidad en noviembre de 2022”, aseguró la empresa colombiana comercializadora de energéticos Energy Transitions.
ALTA DEMANDA DE GAS EN COLOMBIA
Estados Unidos mantiene sanciones económicas al Gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro, que son susceptibles de extenderse a particulares que mantengan negocios con ese país.
Prodata Energy, la empresa venezolana que planeaba comprar y exportar el combustible a Colombia, había recibido autorización de PDVSA gas en octubre del 2020 para exportar el combustible.
En Colombia el gas tiene alta demanda en la industria, en la generación de energía, así como en los sectores residencial y de transporte.
La iniciativa privada contemplaba importar inicialmente desde Venezuela 25 millones de pies cúbicos por día y a largo plazo incrementarlo hasta 200 millones de pies cúbicos diarios, según dijeron a Reuters algunos de los empresarios comprometidos en la fallida operación.
El gasoducto Antonio Ricaurte fue utilizado por la colombiana Ecopetrol para exportar gas a Venezuela.
La tubería de 26 pulgadas de diámetro y 224.5 kilómetros de longitud entre Punta Ballenas, en la Guajira colombiana, y la costa oriental del lago de Maracaibo, en Venezuela, se inauguró en octubre del 2007 y no se utiliza desde 2015 cuando se suspendió en medio de dificultades diplomáticas.
Versiones previas sobre una posible importación de gas natural desde Venezuela provocaron polémica en Colombia y el rechazo de algunos dirigentes del sector, con el argumento de que no es necesario porque el país cafetero puede autoabastecerse e ir incrementando sus reservas.
El saliente presidente de la estatal Ecopetrol, Felipe Bayón, dijo recientemente a Reuters que Colombia puede prescindir del gas venezolano debido a su propio desarrollo prometedor en alta mar.
Venezuela cuenta con 197.1 billones de pies cúbicos de gas natural en reservas probadas, cifra que la ubica en el octavo lugar a escala mundial, mientras que Colombia tiene reservas probadas de 3.164 giga pies cúbicos, equivalentes a 8 años de consumo.
(Reporte de Luis Jaime Acosta, editado por Nelson Bocanegra)