Pemex informó a la SEC que existen dudas significativas sobre la capacidad para continuar como negocio en marcha por su alta deuda.
Petróleos Mexicanos (Pemex), informó a las autoridades regulatorias de los Estados Unidos, que continúa experimentando importantes desafíos operativos a pesar de los aumentos marginales en las reservas y producción probadas de hidrocarburos.
La pesada deuda que enfrenta la petrolera ponen en riesgo la continuidad de su negocio, además advierte que existen ciertos riesgos externos que podrían afectar gravemente su capacidad de pago y de operación.
“Tenemos una cantidad sustancial de deuda y otros pasivos y estamos expuestos a importantes restricciones de liquidez, lo que podría dificultarnos la obtención de financiamiento en términos favorables y podría afectar adversamente nuestra condición financiera, resultados de operación y capacidad para pagar nuestra deuda y, en última instancia, nuestra capacidad para operar como un negocio en marcha sin apoyo adicional del Gobierno de México, que es posible que no recibamos”.
Sin embargo, a pesar de estos desafíos, la empresa a productiva del estado se mantiene enfocada en las operaciones y para fortalecer su posición financiera, aprovechando el apoyo del gobierno federal, el aumento en la producción de hidrocarburos líquidos y el aumento en el valor de la mezcla mexicana de petróleo.
Sin embargo, los precios del petróleo se mantuvieron volátiles como resultado de la desestabilización de los mercados energéticos internacionales, las preocupaciones inflacionarias y la mayor incertidumbre con respecto a la actividad económica mundial.
Pemex ha tenido que incurrir en deuda para financiar sus operaciones y los proyectos de capital que le han permitido aumentar ligeramente las reservas y la producción de condensados, no así la producción de petróleo, la cual se encuentra en su nivel más bajo desde la década de los 80´s.
“Tenemos una deuda sustancial, incluida una deuda sustancial a corto plazo, en la que hemos incurrido principalmente para financiar nuestros gastos operativos y financiar proyectos de inversión de capital”.
Debido a la pesada carga fiscal resultante del pago de derechos de extracción de hidrocarburos y otros impuestos que esta obligada a pagar al Gobierno Mexicano, el flujo de efectivo derivado de las operaciones en los últimos años no ha sido suficiente para financiar las operaciones y programas de inversión de capital.
Como resultado, el endeudamiento ha aumentado significativamente y se tuvo un capital de trabajo negativo para los años 2022 y 2021.
La petrolera nacional informó que los flujos de efectivo futuros, incluida la capacidad de refinanciar la deuda, son inciertos debido a circunstancias fuera de su control. Una disminución sostenida en los precios del petróleo crudo por debajo del precio promedio presupuestado para 2023, una desaceleración económica o un aumento en el costo de financiamiento tendría un impacto adverso en nuestros resultados de operación y flujos de efectivo y puede requerir que consideremos acciones adicionales para abordar estas deficiencias.
En 2021 y 2022, las agencias calificadoras bajaron la calificación crediticia de Pemex, debido a los efectos del COVID-19, así como la volatilidad de los precios del crudo y la baja de la calificación de la deuda soberana del Gobierno de México, impactando el acceso a los mercados financieros, el costo financiero y los términos de la nueva deuda y renegociaciones de contratos que realizaron durante 2022 y 2023.
“Estas condiciones han impactado negativamente nuestro desempeño financiero y posición de liquidez”, advirtió Pemex.
Pemex informó a la SEC que existen dudas significativas sobre la capacidad para continuar como negocio en marcha por su alta deuda.
Petróleos Mexicanos (Pemex), informó a las autoridades regulatorias de los Estados Unidos, que continúa experimentando importantes desafíos operativos a pesar de los aumentos marginales en las reservas y producción probadas de hidrocarburos.
La pesada deuda que enfrenta la petrolera ponen en riesgo la continuidad de su negocio, además advierte que existen ciertos riesgos externos que podrían afectar gravemente su capacidad de pago y de operación.
“Tenemos una cantidad sustancial de deuda y otros pasivos y estamos expuestos a importantes restricciones de liquidez, lo que podría dificultarnos la obtención de financiamiento en términos favorables y podría afectar adversamente nuestra condición financiera, resultados de operación y capacidad para pagar nuestra deuda y, en última instancia, nuestra capacidad para operar como un negocio en marcha sin apoyo adicional del Gobierno de México, que es posible que no recibamos”.
Sin embargo, a pesar de estos desafíos, la empresa a productiva del estado se mantiene enfocada en las operaciones y para fortalecer su posición financiera, aprovechando el apoyo del gobierno federal, el aumento en la producción de hidrocarburos líquidos y el aumento en el valor de la mezcla mexicana de petróleo.
Sin embargo, los precios del petróleo se mantuvieron volátiles como resultado de la desestabilización de los mercados energéticos internacionales, las preocupaciones inflacionarias y la mayor incertidumbre con respecto a la actividad económica mundial.
Pemex ha tenido que incurrir en deuda para financiar sus operaciones y los proyectos de capital que le han permitido aumentar ligeramente las reservas y la producción de condensados, no así la producción de petróleo, la cual se encuentra en su nivel más bajo desde la década de los 80´s.
“Tenemos una deuda sustancial, incluida una deuda sustancial a corto plazo, en la que hemos incurrido principalmente para financiar nuestros gastos operativos y financiar proyectos de inversión de capital”.
Debido a la pesada carga fiscal resultante del pago de derechos de extracción de hidrocarburos y otros impuestos que esta obligada a pagar al Gobierno Mexicano, el flujo de efectivo derivado de las operaciones en los últimos años no ha sido suficiente para financiar las operaciones y programas de inversión de capital.
Como resultado, el endeudamiento ha aumentado significativamente y se tuvo un capital de trabajo negativo para los años 2022 y 2021.
La petrolera nacional informó que los flujos de efectivo futuros, incluida la capacidad de refinanciar la deuda, son inciertos debido a circunstancias fuera de su control. Una disminución sostenida en los precios del petróleo crudo por debajo del precio promedio presupuestado para 2023, una desaceleración económica o un aumento en el costo de financiamiento tendría un impacto adverso en nuestros resultados de operación y flujos de efectivo y puede requerir que consideremos acciones adicionales para abordar estas deficiencias.
En 2021 y 2022, las agencias calificadoras bajaron la calificación crediticia de Pemex, debido a los efectos del COVID-19, así como la volatilidad de los precios del crudo y la baja de la calificación de la deuda soberana del Gobierno de México, impactando el acceso a los mercados financieros, el costo financiero y los términos de la nueva deuda y renegociaciones de contratos que realizaron durante 2022 y 2023.
“Estas condiciones han impactado negativamente nuestro desempeño financiero y posición de liquidez”, advirtió Pemex.