Por: Jhovany Amastal Molina
Goldman Sachs redujo su pronóstico de precio promedio para el crudo Brent este año en un 11%, por lo que, se espera que los precios spot de Brent promedien $62.5/b; la Agencia Internacional de Energía, por su parte, prevé un escenario de precios aún más pesimista estableciendo un rango de entre en $ 54.5 /b y $ 60 /b.
Para contextualizar cuáles son los factores que podrían afectar el comportamiento de dicho rango, en este breve artículo se tiene como objetivo identificar los efectos de la interacción entre riesgos geopolíticos y el mercado de petróleo pues, de acuerdo Escribano y Valdés (2017), para poder entender la economía detrás de los movimientos de precio es necesario interpretarla como “una narrativa de precios determinada por intereses comerciales y estratégicos”, es decir, de la confrontación de los objetivos políticos de las diversas unidades interactuantes del Sistema Internacional de Energía. Con ello en mente, se hace una comparación del declive suscitado en 2014 y 2018.
Lecciones del declive de precios en 2014
Durante noviembre de 2014 los precios del petróleo tuvieron un decremento de casi el 40%, pasando de $110 dólares por barril a $70 por barril (véase gráfica 1) durante el mismo año. Si bien, dentro de las causas de este acontecimiento se rastrearon, principalmente, en la desaceleración general de las economías y el aumento de la producción Shale en Estados Unidos (Samuelson, 2014), la (in)estabilidad de los precios dependió en gran medida a la ausencia de un “swing supplier” que pudiera equilibrar la oferta y la demanda de crudo.
Fuentes: U.S. Energy Information Administration, (2019)
Este papel que había sido desde 1970 desarrollado por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP, quedó suspendido no sólo por la descoordinación política que ha caracterizado a la organización sino también porque, como la historia sugiere, la mayor parte de las ganancias de estas medidas se dirigen a otros productores que venderían su petróleo por más mientras aumentaban su participación en el mercado. En esta ocasión, por tanto, la OPEP decidió no estabilizar los precios de ninguna forma pues sería un regalo a los Estados Unidos, Canadá y a países de alta producción en detrimento al sector petrolero del Medio Oriente.
Desde esta perspectiva, la inestabilidad fue determinada por la “guerra contra el shale” (The Economist, 2014), bajo la cual, Arabia Saudita —y con ello la OPEP— buscaba reducir el rol de la industria del shale dado que era considerada “el factor responsable del exceso de producción de petróleo en el mercado”. Bajo dicho supuesto, un entorno de precios bajos, repercutiría directamente en la industria, especialmente, si se considera que los pozos de esquisto “son de corta duración —la producción puede caer en 60% y/o 70% el primer año— por lo que cualquier desaceleración de la inversión se traduciría rápidamente en la disminución de la producción”, de ahí que, de acuerdo con Leonardo Maugeri, la depresión de los precios continuara hasta finales del 2015, cuando la producción de la industria estadounidense finalmente comenzó a caer.
La restauración de los precios a mediados de 2016, por su parte, siguió la misma línea estratégica, pues estos comenzaron a normalizarse tras la decisión de la OPEP y otros productores importantes como Rusia —también llamado Grupo de Viena— de recortar la producción en 1.2 millones de barriles diarios. Al respecto, Mike Bradley, director de la firma de inversión en energía Tudor, Pickering, Holt & Co., señaló que “el acuerdo no subiría los precios del petróleo a sus máximos de principios de octubre, pero sí evitaría que se repitiera lo sucedido a fines de 2014, cuando la inacción de la OPEP provocó una profunda caída del petróleo que envió los precios a un mínimo de $ 26 por barril a principios de 2016”. La recuperación, de la misma manera, se vio beneficiada por la caída de la producción de Venezuela, logrando así que los “precios se recuperaron gradualmente, rondando entre los 50 dólares por barril durante la mayor parte de 2017” (The Economist, 2017)
Factores geopolíticos ¿efectos alcista?
Desde inicios del 2018 la tendencia alcista de precios continuó no sólo por la recuperación económicas de los últimos meses sino también por una serie de eventos geopolíticos, entre ellos:
- la decisión del presidente Donald Trump de retirarse del acuerdo nuclear de Irán y, por lo tanto, volver a imponer sanciones a las ventas de petróleo iraní, pero, principalmente, por el desconocimientos de las características de estas sanciones pues no era claro la cantidad que Irán podría vender a países no alineados a la política estadounidense tales como China, lo cual, se prestó para ser un blanco de especulación dentro del sistema financiero
- el inesperado colapso de la producción Libia de casi 1 millón b/d en mayo a alrededor de 500,000 b/d en julio, tras los ataques a infraestructura de exportación clave y el subsiguiente bloqueo de varios puertos petroleros por parte de las fuerzas del comandante militar libio Khalifa Haftar
- las interrupciones de la producción a corto plazo en Canadá, Brasil y el Mar del Norte, que redujeron aún más la oferta
Panorama actual
A mediados de julio, los precios nuevamente registraron un declive de aproximadamente el 10% de julio hasta finales de año. Dentro de las variables explicativas que generaron que el precio colapsara se encuentra relacionada con las perspectivas alrededor de la posible imposición de tarifas arancelarias del 10% a China por Estados Unidos; la entrega de los terminales de exportación del este de Libia a la National Oil Company por parte del general Khalifa Haftar, así como por el anuncio de la administración Trump sobre las sanciones en Irán, lo que generó la expectativa de que la pérdida del suministro de petróleo iraní sería más gradual.
Dichos acontecimientos, como se observa, infieren tanto incrementos como disminuciones en la cantidad de petróleo en el mercado, es por ello, que la caída de los primeros $10 del precio del petróleo (WTI), de $ 75 por barril a $ 65 por barril, fue un movimiento ordenado que reflejó el despertar de un mercado a nuevas realidades fundamentales en torno a los niveles de inventario. Bajo esta lógica, el denominado Grupo de Viena, debió hacer lo contrario pues tal y como lo esclareció Al-Falih, si “hace dos años retiramos el suministro. Creo que en un futuro cercano habrá tiempo para liberar el suministro”.
Análisis general
Dentro de las múltiples propuestas para entender el comportamiento de los precios de petróleo se ha integrado el factor geopolítico, por lo que, en este breve artículo se puso en perspectiva el panorama de precios de 2014 y 2018, en los cuales, existió, en términos cuantitativos, un patrón similar de declive de un 40% (véase gráfica 1), así como factores de riego político constantes, lo cual, nos llevó a deducir los siguientes puntos:
1.- los riesgos geopolíticos se conceptualizan no como una causa en sí misma en el impacto a los precios, sino más bien como una herramienta que se codifica a partir de los interese de actores para poder “estabilizar” el mercado de energía bajo un precio lo suficientemente bajo para asegurar la demanda, pero lo suficientemente alto para fomentar la inversión en el sector.
2..- Los riesgos se interpretan de una manera subjetiva y específicamente, de la capacidad alterna para controlar dicho riesgo, por ejemplo, la caída del petróleo en Libia o Venezuela, se consolidaron como tal tras la negativa de nuevos créditos, en el caso de Venezuela, o el bloqueo permanente durante varios meses de Libia, lo cual, infería, que la caída de su producción tendría una mayor duración, por lo que otros miembros del grupo tendrían que elevaran sus niveles de producción por encima de su capacidad.
Por consecuencia, podemos concluir que la variación de precios se determinará de acuerdo con la “capacidad de reserva”, es decir, de la cantidad total disponible para reemplazar o absorber la producción en un periodo determinada pues, la simple “impresión de disminuir [o aumentar] los recortes de producción por sí sola es suficiente para poner un límite a los precios [del petróleo]”, según Hussein Sayed, estratega jefe de mercado de FXTM.
Bajo dichos supuestos, se considera la persistencia de un sistema de precios inestables cuya principal variable será el cumplimiento y adecuada capacidad para satisfacer las cuotas de mercado establecidas por el grupo de Viena (el nuevo swing producer) frente a la irresolución de conflictos como es el caso del declive de la producción en Venezuela, las sanciones en Irán, así como el debilitamiento de las relaciones entre Ucrania y Rusia.
Fuentes de consulta
Dempsey, B. M. P. (2019). The Geopolitical Flash Points of 2019. Nueva Jersey, Estados Unidos.
Escribano, G., & Valdés, J. (2017). Oil prices: Governance failures and geopolitical consequences. Geopolitics, 22(3), 693–718. https://doi.org/10.1080/14650045.2016.1254621
Samuelson, R. (2014). Key facts about the great oil crash of 2014. Recuperado el 8 de enero de 2019, a partir de https://www.washingtonpost.com/opinions/robert-samuelson-key-facts-about-the-great-oil-crash-of-2014/2014/12/03/a1e2fd94-7b0f-11e4-b821-503cc7efed9e_story.html?noredirect=on&utm_term=.f0307ae26f71
The Economist. (2014). Why the oil price is falling. Recuperado el 8 de enero de 2019, a partir de https://www.economist.com/the-economist-explains/2014/12/08/why-the-oil-price-is-falling
The Economist. (2017). The markets frustrate OPEC’s efforts to push up oil prices. Recuperado el 9 de octubre de 2017, a partir de https://www.economist.com/news/finance-and-economics/21722182-cartel-fighting-not-just-shale-producers-futures-market-markets?zid=298&ah=0bc99f9da8f185b2964b6cef412227be
U.S. Energy Information Administration. (2019). Petroleum Summary. Recuperado el 8 de enero de 2019, a partir de https://www.eia.gov/petroleum/weekly/archive/2018/181219/includes/analysis_print.php