Antonio Brufau, presidente de Repsol, criticó ayer que se destine dinero público a que se desarrollen tecnologías inmaduras como el automóvil eléctrico.
Durante la clausura del XVI Encuentro de Energía organizado por IESE, ha apuntado que fijarse un objetivo de reducción de emisiones de más del 40 % entre 2005 y 2030, por encima del 33 % que exige la Unión Europea, supone pasar de tener que reducir 60 millones de toneladas de CO2 a 120 millones.
En opinión del directivo, nadie es capaz de anticipar qué tecnología habrá en 2050, como nadie pudo anticipar que en 2018 la fotovoltaica sería la tecnología del futuro.
Ha criticado que se quiera prohibir el vehículo de combustión interna y al mismo tiempo, se diga que hay que subvencionar una tecnología no madura, como el vehículo eléctrico, con dinero público, que va a beneficiar a los fabricantes que lo desarrollan.