Según especialistas, los índices de urbanización en algunos países de América Latina son de los más altos en el mundo. Actualmente el 81% de la población de la región vive en ciudades y para el 2050, se calcula que la cifra aumentará al 90%. Para entonces, la urbanización y el crecimiento económico habrán duplicado la demanda de electricidad en América Latina.
Un estudio sobre el futuro energético en LATAM, elaborado por EY en colaboración con una de las empresas líder de analistas en el mundo, señala que muchos países de la región han entrado en un periodo de recuperación de sus economías después de la reciente recesión, lo cual ha impulsado el crecimiento económico, mismo que a su vez ha sido respaldado por un sólido consumo privado. Lo anterior, ha dado lugar a un aumento en la demanda de electricidad.
Los expertos identifican la descarbonización, la digitalización y la descentralización como las 3D´s que impulsan la transformación de la cadena de valor de energía eléctrica a nivel global. La descarbonización hace referencia a la transición hacia una energía más limpia para cumplir con las metas globales de reducción de emisiones, la digitalización se refiere a la implementación de tecnología que habilita una red digital más inteligente y la descentralización, al empoderamiento de los clientes para producir, vender y distribuir su propia energía renovable.
Según los modelos realizados en esta investigación, las tendencias conducen al sector de energía eléctrica hacia tres puntos de inflexión críticos. Sin embargo señalan que estos hitos llegarán a América Latina después que a otros mercados y de forma escalonada en los países de la región, dependiendo de la mezcla de energía de cada país. Actualmente, México y Brasil son los países líderes en energía distribuida renovable de la región.
El primer hito será en el 2031, cuando la energía fotovoltaica (FV) solar distribuida, con almacenamiento de batería, alcance la paridad de costos con la electricidad proporcionada por redes. El segundo punto de inflexión será entre el 2025 y el 2029, cuando los vehículos eléctricos (VE) alcancen la paridad de costos y de desempeño con los vehículos de motores de combustión interna. Y por último, el tercer punto de inflexión será alrededor del año 2046, cuando el costo de solamente proporcionar electricidad a través de la red exceda el costo de la energía almacenada autogenerada.
Gavin Rennie, socio líder de Power & Utilities de EY Latam Norte, comentó que en EY se tiene el fuerte compromiso de ayudar a la industria eléctrica latinoamericana a navegar la transformación que se avecina, “nuestro análisis del sector indica que el desarrollo de tecnologías físicas y digitales empujará a las empresas eléctricas a cambiar su modelo de negocio. La gestión exitosa de la energía distribuida renovable, las baterías y los vehículos eléctricos determinarán quiénes serán los ganadores en el sector”, agregó.
El documento concluye que en la región, uno de los principales obstáculos del sector energético es la necesidad de llevar a cabo importantes actualizaciones en la infraestructura de red. Para integrar las energías renovables y equipar las redes de electricidad, se requerirá una inversión significativa aunque actualmente no se sabe de dónde provendrá este financiamiento, si de la industria o del gobierno. Los reguladores se enfrentarán con el desafío de implementar políticas energéticas, equilibrando los objetivos de descarbonización, el crecimiento económico, las demandas de los consumidores y la sustentabilidad de las empresas eléctricas existentes.
Según especialistas, los índices de urbanización en algunos países de América Latina son de los más altos en el mundo. Actualmente el 81% de la población de la región vive en ciudades y para el 2050, se calcula que la cifra aumentará al 90%. Para entonces, la urbanización y el crecimiento económico habrán duplicado la demanda de electricidad en América Latina.
Un estudio sobre el futuro energético en LATAM, elaborado por EY en colaboración con una de las empresas líder de analistas en el mundo, señala que muchos países de la región han entrado en un periodo de recuperación de sus economías después de la reciente recesión, lo cual ha impulsado el crecimiento económico, mismo que a su vez ha sido respaldado por un sólido consumo privado. Lo anterior, ha dado lugar a un aumento en la demanda de electricidad.
Los expertos identifican la descarbonización, la digitalización y la descentralización como las 3D´s que impulsan la transformación de la cadena de valor de energía eléctrica a nivel global. La descarbonización hace referencia a la transición hacia una energía más limpia para cumplir con las metas globales de reducción de emisiones, la digitalización se refiere a la implementación de tecnología que habilita una red digital más inteligente y la descentralización, al empoderamiento de los clientes para producir, vender y distribuir su propia energía renovable.
Según los modelos realizados en esta investigación, las tendencias conducen al sector de energía eléctrica hacia tres puntos de inflexión críticos. Sin embargo señalan que estos hitos llegarán a América Latina después que a otros mercados y de forma escalonada en los países de la región, dependiendo de la mezcla de energía de cada país. Actualmente, México y Brasil son los países líderes en energía distribuida renovable de la región.
El primer hito será en el 2031, cuando la energía fotovoltaica (FV) solar distribuida, con almacenamiento de batería, alcance la paridad de costos con la electricidad proporcionada por redes. El segundo punto de inflexión será entre el 2025 y el 2029, cuando los vehículos eléctricos (VE) alcancen la paridad de costos y de desempeño con los vehículos de motores de combustión interna. Y por último, el tercer punto de inflexión será alrededor del año 2046, cuando el costo de solamente proporcionar electricidad a través de la red exceda el costo de la energía almacenada autogenerada.
Gavin Rennie, socio líder de Power & Utilities de EY Latam Norte, comentó que en EY se tiene el fuerte compromiso de ayudar a la industria eléctrica latinoamericana a navegar la transformación que se avecina, “nuestro análisis del sector indica que el desarrollo de tecnologías físicas y digitales empujará a las empresas eléctricas a cambiar su modelo de negocio. La gestión exitosa de la energía distribuida renovable, las baterías y los vehículos eléctricos determinarán quiénes serán los ganadores en el sector”, agregó.
El documento concluye que en la región, uno de los principales obstáculos del sector energético es la necesidad de llevar a cabo importantes actualizaciones en la infraestructura de red. Para integrar las energías renovables y equipar las redes de electricidad, se requerirá una inversión significativa aunque actualmente no se sabe de dónde provendrá este financiamiento, si de la industria o del gobierno. Los reguladores se enfrentarán con el desafío de implementar políticas energéticas, equilibrando los objetivos de descarbonización, el crecimiento económico, las demandas de los consumidores y la sustentabilidad de las empresas eléctricas existentes.